/ martes 29 de octubre de 2019

La estancada Reforma Laboral obstaculizara la aprobación del T-MEC en E.U.

Durante 25 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) la producción, el comercio y la economía de las grandes empresas trasnacionales y algunas medianas empresas mexicanas creció de manera extraordinaria, pero para los trabajadores mexicanos ha sido una etapa negra de atraso, sus raquíticos salarios, su pobreza ha financiado el éxito de las empresas. No hay capacitación a los obreros, se les desplaza con la robotización.

Felipe Calderón promulgó una reforma laboral que puso fin a los derechos laborales, sustituyó el derecho al trabajo por el derecho al empleo, instauró la contratación temporal, acabó con los contratos colectivos de trabajo, consolidó a los sindicatos blancos, afianzó los contratos patronales. Abrió paso a la tercerización, a las empresas outsourcing, que tienen esclavizados, con contratos precarios, bajos salarios, sin prestaciones a más de 8 millones de trabajadores.

En Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, estos hechos no han pasado inadvertidos. La competitividad comercial de las empresas mexicanas se ha fincado en el sacrificio de la mano de obra. México apuesta a la competencia internacional pagando la mano de obra más barata del mundo. Por esta razón, ahora que vinieron a México congresistas demócratas de Estados Unidos, lo primero que le preguntaron al presidente Andrés Manuel López Obrador (que les pidió que aprueben para noviembre el T-MEC), cómo van los avances de la reforma laboral en México, cuál es el presupuesto que se le dedica..

¿Acaso van mejorando las políticas salariales a la clase trabajadora; las empresas ya practican programas de capacitación; cuáles son los avances de la reforma laboral que desaparece las Juntas de Conciliación y Arbitraje federal y estatales, y las sustituirá por tribunales de mediación y administración de justicia laboral a cargo del Poder Judicial?

¿Cómo va el proceso de democratización sindical; son los trabajadores los que discuten y deciden la firma de los contratos colectivos de trabajo con las empresas; son los obreros los que deciden en asambleas por voto directo, universal y secreto la elección de sus líderes; los dirigentes sindicales ya son auditados en el manejo de las cuotas sindicales; ya se aprobó en las cámaras de senadores y diputados la reforma laboral a las empresas aoutsourcing que evaden impuestos y explotan la mano de obra con pobres salarios, contratos temporales y sin pago de prestaciones?

Estas y otras dudas e interrogantes plantean a México los congresistas norteamericanos como condición para aprobar el T-MEC Y por el evidente atraso y estancamiento en la reforma laboral y por los años que todavía llevará su aplicación es muy posible que no se apruebe el T-MEC en noviembre próximo como presume o desea el gobierno mexicano.

El presidente les informó que está en marcha la reforma laboral y los cambios en los salarios de los trabajadores. Son los objetivos de la Cuarta Transformación, independientemente del tratado. Eso está cambiando en México y va a seguir cambiando; México no va a sostener más su desarrollo en bajos salarios, prometió el tabasqueño.

Sin embargo, el presidente de la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo, Jorge Jiménez Alonso sostiene que en la academia existe el convencimiento de que la implementación de la reforma laboral -que se aprobó en la administración de Enrique Peña Nieto- se llevará al menos otros 7 años, mientras se desahogan y resuelven más de 400 mil litigios laborales que se han acumulado en la Junta federal de Conciliación y Arbitraje, más los miles de casos pendientes de resolver en las 32 entidades del país, que no tienen presupuesto ni más personal para resolver en menor tiempo tan enormes rezagos.

Con tal atascamiento es muy posible que hasta después que concluya la administración de López Obrador se puedan crear los tribunales judiciales laborales bajo la dirección del Poder Judicial Federal y de los estados que sustituirán a las juntas federal y estatales.

La democratización sindical, que fue aprobada por la administración de López Obrador, como relevante componente de la reforma laboral a favor de los trabajadores, también se encuentra estancada. De Tres mil 750 sindicatos que hay en el país sólo 400 han cumplido con la renovación de sus dirigentes mediante elecciones libres y democráticas, explicó el jurista.

. Miles de líderes sindicales se aferran al poder y prácticas autoritarias y antidemocráticas del pasado: no rinden cuentas de las cuotas sindicales, están coludidos y vendidos con los patrones, venden los contratos colectivos a los empresarios, obstaculizan la renovación democrática de las dirigencias sindicales.

El incremento a los salarios está en manos de López Obrador y los empresarios. Los patrones se afanan en cerrarle el paso al incremento de las percepciones salariales más allá de la inflación; son opositores de la democratización sindical que vendría a poner término a los sindicatos blancos y al tráfico de los contratos colectivos. Así marcha la Reforma Laboral... NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM. L

Durante 25 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) la producción, el comercio y la economía de las grandes empresas trasnacionales y algunas medianas empresas mexicanas creció de manera extraordinaria, pero para los trabajadores mexicanos ha sido una etapa negra de atraso, sus raquíticos salarios, su pobreza ha financiado el éxito de las empresas. No hay capacitación a los obreros, se les desplaza con la robotización.

Felipe Calderón promulgó una reforma laboral que puso fin a los derechos laborales, sustituyó el derecho al trabajo por el derecho al empleo, instauró la contratación temporal, acabó con los contratos colectivos de trabajo, consolidó a los sindicatos blancos, afianzó los contratos patronales. Abrió paso a la tercerización, a las empresas outsourcing, que tienen esclavizados, con contratos precarios, bajos salarios, sin prestaciones a más de 8 millones de trabajadores.

En Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, estos hechos no han pasado inadvertidos. La competitividad comercial de las empresas mexicanas se ha fincado en el sacrificio de la mano de obra. México apuesta a la competencia internacional pagando la mano de obra más barata del mundo. Por esta razón, ahora que vinieron a México congresistas demócratas de Estados Unidos, lo primero que le preguntaron al presidente Andrés Manuel López Obrador (que les pidió que aprueben para noviembre el T-MEC), cómo van los avances de la reforma laboral en México, cuál es el presupuesto que se le dedica..

¿Acaso van mejorando las políticas salariales a la clase trabajadora; las empresas ya practican programas de capacitación; cuáles son los avances de la reforma laboral que desaparece las Juntas de Conciliación y Arbitraje federal y estatales, y las sustituirá por tribunales de mediación y administración de justicia laboral a cargo del Poder Judicial?

¿Cómo va el proceso de democratización sindical; son los trabajadores los que discuten y deciden la firma de los contratos colectivos de trabajo con las empresas; son los obreros los que deciden en asambleas por voto directo, universal y secreto la elección de sus líderes; los dirigentes sindicales ya son auditados en el manejo de las cuotas sindicales; ya se aprobó en las cámaras de senadores y diputados la reforma laboral a las empresas aoutsourcing que evaden impuestos y explotan la mano de obra con pobres salarios, contratos temporales y sin pago de prestaciones?

Estas y otras dudas e interrogantes plantean a México los congresistas norteamericanos como condición para aprobar el T-MEC Y por el evidente atraso y estancamiento en la reforma laboral y por los años que todavía llevará su aplicación es muy posible que no se apruebe el T-MEC en noviembre próximo como presume o desea el gobierno mexicano.

El presidente les informó que está en marcha la reforma laboral y los cambios en los salarios de los trabajadores. Son los objetivos de la Cuarta Transformación, independientemente del tratado. Eso está cambiando en México y va a seguir cambiando; México no va a sostener más su desarrollo en bajos salarios, prometió el tabasqueño.

Sin embargo, el presidente de la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo, Jorge Jiménez Alonso sostiene que en la academia existe el convencimiento de que la implementación de la reforma laboral -que se aprobó en la administración de Enrique Peña Nieto- se llevará al menos otros 7 años, mientras se desahogan y resuelven más de 400 mil litigios laborales que se han acumulado en la Junta federal de Conciliación y Arbitraje, más los miles de casos pendientes de resolver en las 32 entidades del país, que no tienen presupuesto ni más personal para resolver en menor tiempo tan enormes rezagos.

Con tal atascamiento es muy posible que hasta después que concluya la administración de López Obrador se puedan crear los tribunales judiciales laborales bajo la dirección del Poder Judicial Federal y de los estados que sustituirán a las juntas federal y estatales.

La democratización sindical, que fue aprobada por la administración de López Obrador, como relevante componente de la reforma laboral a favor de los trabajadores, también se encuentra estancada. De Tres mil 750 sindicatos que hay en el país sólo 400 han cumplido con la renovación de sus dirigentes mediante elecciones libres y democráticas, explicó el jurista.

. Miles de líderes sindicales se aferran al poder y prácticas autoritarias y antidemocráticas del pasado: no rinden cuentas de las cuotas sindicales, están coludidos y vendidos con los patrones, venden los contratos colectivos a los empresarios, obstaculizan la renovación democrática de las dirigencias sindicales.

El incremento a los salarios está en manos de López Obrador y los empresarios. Los patrones se afanan en cerrarle el paso al incremento de las percepciones salariales más allá de la inflación; son opositores de la democratización sindical que vendría a poner término a los sindicatos blancos y al tráfico de los contratos colectivos. Así marcha la Reforma Laboral... NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM. L