/ sábado 20 de octubre de 2018

La hora final del VIH y los peligros que vendrán

Cuando su servidor era adolescente había una campaña enorme acerca de la prevención del virus citado. La estigmatización respecto a los infectados era de un total escarnio, creando una discriminación radical y toda una serie de leyendas urbanas que crearon miedos y hasta fobias por contraer la enfermedad.

Fue una noticia muy esperanzadora la eliminación del Virus de Inmunodeficiencia Humana mediante la utilización de células madre, experimento que se suma a toda la serie de avances que hay en la materia.

Ya tiene algunos años que el VIH se ha vuelto un padecimiento crónico, dejando de ser una sentencia de muerte, como sucedía en los inicios y hasta hace unos años, en los que se volvió algo semejante a la lepra o la peste negra.

En este caso me refiero solamente al virus como tal y no al Síndrome de Inmunodeficiencia Humana, que es la enfermedad desarrollada, la cual, como cualquier otro padecimiento desarrollado, es letal.

Recordemos que cualquier malestar es un paso inicial a la muerte, por ejemplo, un resfriado, mal tratado, se puede convertir en una gripe, una bronquitis y hasta una pulmonía fulminante.

Ahora bien, nadie duda de que la erradicación de cualquier padecimiento siempre será algo positivo; sin embargo, el miedo social que existía hasta hace unos años al virus citado provocó que una muy buena parte de la población usara preservativo. Esto previno los contagios y los embarazos no deseados.

Ahora se han conjugado nocivamente dos factores: la irresponsabilidad y promiscuidad de algún porcentaje de los sujetos y la relajación del miedo a la enfermedad, lo que da como resultado nuestro penoso primer lugar en los embarazos no deseados y la propagación de diversas enfermedades venéreas. Esto lo digo porque hay que recalcar que no solo existe el VIH, también tenemos a la milenaria sífilis, clamidia o un mal que está cobrando muchas víctimas femeninas: el Virus del Papiloma Humano, el cual, a su vez, se puede convertir en cáncer cervicouterino.

Evidentemente no es bueno temer a una infección, pero esto puede resultar algo menos negativo respecto a las conductas relajadas o irresponsables que tienen millones de personas.

El problema también lo tenemos en los medios de comunicación masiva, ya que se muestran como noticias a las fotos sugestivas de mujeres atractivas o algún accidente en el cual muestra más de lo que es socialmente aceptado. Ese tipo de notas merman los esfuerzos orientados a no cosificar a la mujer, la reducción de delitos sexuales y a evitar embarazos no deseados, los cuales también pueden ser fuente de niños maltratados, que a su vez tienen altas probabilidad de ser adultos violentos.

Obviamente la educación sexual y la apertura en la información deben ser necesarias en nuestra sociedad mexicana, pero no puedo dejar de mencionar que, cuando esos factores eran limitados, no teníamos las estadísticas tan malas como las de hoy en los problemas que he citado. Es entonces que debemos analizar y darnos cuenta de que la actitud y la responsabilidad de la gente son los factores principales. Desgraciadamente eso es lo que menos tiene buena parte de los mexicanos, aun con todas las campañas de prevención y las facilidades para poder comprar un condón, algo que en mi adolescencia era algo sumamente vergonzoso.

Así como hay una mayor valoración y aprovechamiento de las computadoras e Internet para los que escribían a máquina y utilizaban diccionarios respecto a los millenials. Del mismo modo creo que aquellos que vivieron el temor social al VIH/SIDA sentirán mayor alivio al ver que una pandemia tan terrible está agonizando. No me queda más que señalar un mensaje repetido hasta el cansancio, pero que parece que ya no se escucha del todo: el condón debe ser usado de manera correcta y siempre, solo así es efectivo.

Hasta la próxima semana.




Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05 o vicente_leopoldo@hotmail.com. Síganme en Facebook por mi nombre y en Twitter: @vicente_aven.


Cuando su servidor era adolescente había una campaña enorme acerca de la prevención del virus citado. La estigmatización respecto a los infectados era de un total escarnio, creando una discriminación radical y toda una serie de leyendas urbanas que crearon miedos y hasta fobias por contraer la enfermedad.

Fue una noticia muy esperanzadora la eliminación del Virus de Inmunodeficiencia Humana mediante la utilización de células madre, experimento que se suma a toda la serie de avances que hay en la materia.

Ya tiene algunos años que el VIH se ha vuelto un padecimiento crónico, dejando de ser una sentencia de muerte, como sucedía en los inicios y hasta hace unos años, en los que se volvió algo semejante a la lepra o la peste negra.

En este caso me refiero solamente al virus como tal y no al Síndrome de Inmunodeficiencia Humana, que es la enfermedad desarrollada, la cual, como cualquier otro padecimiento desarrollado, es letal.

Recordemos que cualquier malestar es un paso inicial a la muerte, por ejemplo, un resfriado, mal tratado, se puede convertir en una gripe, una bronquitis y hasta una pulmonía fulminante.

Ahora bien, nadie duda de que la erradicación de cualquier padecimiento siempre será algo positivo; sin embargo, el miedo social que existía hasta hace unos años al virus citado provocó que una muy buena parte de la población usara preservativo. Esto previno los contagios y los embarazos no deseados.

Ahora se han conjugado nocivamente dos factores: la irresponsabilidad y promiscuidad de algún porcentaje de los sujetos y la relajación del miedo a la enfermedad, lo que da como resultado nuestro penoso primer lugar en los embarazos no deseados y la propagación de diversas enfermedades venéreas. Esto lo digo porque hay que recalcar que no solo existe el VIH, también tenemos a la milenaria sífilis, clamidia o un mal que está cobrando muchas víctimas femeninas: el Virus del Papiloma Humano, el cual, a su vez, se puede convertir en cáncer cervicouterino.

Evidentemente no es bueno temer a una infección, pero esto puede resultar algo menos negativo respecto a las conductas relajadas o irresponsables que tienen millones de personas.

El problema también lo tenemos en los medios de comunicación masiva, ya que se muestran como noticias a las fotos sugestivas de mujeres atractivas o algún accidente en el cual muestra más de lo que es socialmente aceptado. Ese tipo de notas merman los esfuerzos orientados a no cosificar a la mujer, la reducción de delitos sexuales y a evitar embarazos no deseados, los cuales también pueden ser fuente de niños maltratados, que a su vez tienen altas probabilidad de ser adultos violentos.

Obviamente la educación sexual y la apertura en la información deben ser necesarias en nuestra sociedad mexicana, pero no puedo dejar de mencionar que, cuando esos factores eran limitados, no teníamos las estadísticas tan malas como las de hoy en los problemas que he citado. Es entonces que debemos analizar y darnos cuenta de que la actitud y la responsabilidad de la gente son los factores principales. Desgraciadamente eso es lo que menos tiene buena parte de los mexicanos, aun con todas las campañas de prevención y las facilidades para poder comprar un condón, algo que en mi adolescencia era algo sumamente vergonzoso.

Así como hay una mayor valoración y aprovechamiento de las computadoras e Internet para los que escribían a máquina y utilizaban diccionarios respecto a los millenials. Del mismo modo creo que aquellos que vivieron el temor social al VIH/SIDA sentirán mayor alivio al ver que una pandemia tan terrible está agonizando. No me queda más que señalar un mensaje repetido hasta el cansancio, pero que parece que ya no se escucha del todo: el condón debe ser usado de manera correcta y siempre, solo así es efectivo.

Hasta la próxima semana.




Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05 o vicente_leopoldo@hotmail.com. Síganme en Facebook por mi nombre y en Twitter: @vicente_aven.