/ viernes 8 de marzo de 2019

La importancia del día internacional de la mujer

La realidad social en la que se encuentra inmersa una gran mayoría de población vulnerable en México, debido a la pobreza, la desigualdad, la falta de equidad, la marginación; entre otros aspectos, obliga a construir un nuevo andamiaje social, que logre revertir las inequidades y las injusticias.

El desarrollo humano invariablemente, va ligado al proceso de aprendizaje y consecuentemente de su aplicación, sin duda, esta acción, mejorara la calidad de vida, la cual debe estar sustentada por la solidaridad, la justicia y el respeto a los derechos humanos.

Ante ello, se debe consolidar la alianza sociedad-gobierno, mediante una comunicación directa, que supere insuficiencias, evite conflictos y atienda con oportunidad los problemas en el lugar donde se generen, mediante el respeto y la solidaridad; siendo estos dos valores imprescindibles para que la convivencia armoniosa sea posible y se obtengan beneficios que sean medibles.

Por esta razón, la agenda social debe construirse y evaluarse, mediante la aplicación de programas que reduzcan la pobreza, incrementen la participación social y generen riqueza en cada demarcación territorial, lo cual, sin duda, fortalecerá la gobernabilidad.

Es por ello importante destacar en el Día Internacional de la Mujer, el esfuerzo de las mujeres, al tiempo de señalar la desigualdad de derechos respecto a los hombres, para disminuir estas deferencias.

Los análisis dados a conocer por la ONU, señalan que: en 89 países, el número de mujeres y niñas viven en condiciones de pobreza; más del 50 por ciento de las mujeres y las niñas en medios urbanos de los países en vías de desarrollo viven en condiciones donde carecen de al menos uno de estos recursos: acceso a agua limpia, instalaciones sanitarias mejoradas, una vivienda durable y espacio suficiente para vivir.

Lo anterior aunado a la eliminación de todas las formas de violencia en contra de las mujeres y las niñas es una condición indispensable para forjar sociedades pacíficas; sin embargo, 1 de cada 5 mujeres menores de 50 años; han sido víctimas de violencia física o sexual a manos de su pareja.

La ONU espera que en el año 2030 “todas las mujeres y las niñas tengan las mismas oportunidades y los mismos derechos” que los hombres. Para lo cual, los gobiernos deben seguir comprometidos para superar las dificultades que impiden el progreso a las mujeres para alcanzar su desarrollo pleno.

Lo cierto es que cuando una sociedad, se debate entre la pobreza y la desesperanza y, se atenta contra su desarrollo, el Estado se debilita; caso contrario, cuando la ciudadanía se involucra, evolucionamos, edificando proyectos sólidos; pues con la polarización, o mediante acciones mediáticas, se vulnera la marcha de un buen gobierno y se deteriora el desarrollo social.

La agenda 2030, además de impulsar sociedades pacíficas, justas e inclusivas, plantea la necesidad de que participen todos los países, con el objetivo central de erradicar la pobreza de aquí al año 2030.

A pesar de los avances, las mujeres enfrentan grandes desafíos, por lo que es necesario adoptar una serie de medidas, mediante políticas públicas en los tres niveles de gobierno, que promuevan la convivencia social y fortalezcan su desempeño, al tiempo de establecer mecanismos de prevención y coordinación, insisto, con autoridades de los tres órdenes de gobierno.

Para lograr esta meta, los servidores públicos deben tener presente y comprender, pero además saber interpretar que, en cada acción a desarrollar, deben asumir con decoro y ética su responsabilidad como servidores públicos.

Lo cual significa que se deben diseñar soluciones inteligentes que vayan más allá del reconocimiento de las disparidades de género y atiendan las necesidades de hombres y mujeres, en un plano de igualdad.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

La realidad social en la que se encuentra inmersa una gran mayoría de población vulnerable en México, debido a la pobreza, la desigualdad, la falta de equidad, la marginación; entre otros aspectos, obliga a construir un nuevo andamiaje social, que logre revertir las inequidades y las injusticias.

El desarrollo humano invariablemente, va ligado al proceso de aprendizaje y consecuentemente de su aplicación, sin duda, esta acción, mejorara la calidad de vida, la cual debe estar sustentada por la solidaridad, la justicia y el respeto a los derechos humanos.

Ante ello, se debe consolidar la alianza sociedad-gobierno, mediante una comunicación directa, que supere insuficiencias, evite conflictos y atienda con oportunidad los problemas en el lugar donde se generen, mediante el respeto y la solidaridad; siendo estos dos valores imprescindibles para que la convivencia armoniosa sea posible y se obtengan beneficios que sean medibles.

Por esta razón, la agenda social debe construirse y evaluarse, mediante la aplicación de programas que reduzcan la pobreza, incrementen la participación social y generen riqueza en cada demarcación territorial, lo cual, sin duda, fortalecerá la gobernabilidad.

Es por ello importante destacar en el Día Internacional de la Mujer, el esfuerzo de las mujeres, al tiempo de señalar la desigualdad de derechos respecto a los hombres, para disminuir estas deferencias.

Los análisis dados a conocer por la ONU, señalan que: en 89 países, el número de mujeres y niñas viven en condiciones de pobreza; más del 50 por ciento de las mujeres y las niñas en medios urbanos de los países en vías de desarrollo viven en condiciones donde carecen de al menos uno de estos recursos: acceso a agua limpia, instalaciones sanitarias mejoradas, una vivienda durable y espacio suficiente para vivir.

Lo anterior aunado a la eliminación de todas las formas de violencia en contra de las mujeres y las niñas es una condición indispensable para forjar sociedades pacíficas; sin embargo, 1 de cada 5 mujeres menores de 50 años; han sido víctimas de violencia física o sexual a manos de su pareja.

La ONU espera que en el año 2030 “todas las mujeres y las niñas tengan las mismas oportunidades y los mismos derechos” que los hombres. Para lo cual, los gobiernos deben seguir comprometidos para superar las dificultades que impiden el progreso a las mujeres para alcanzar su desarrollo pleno.

Lo cierto es que cuando una sociedad, se debate entre la pobreza y la desesperanza y, se atenta contra su desarrollo, el Estado se debilita; caso contrario, cuando la ciudadanía se involucra, evolucionamos, edificando proyectos sólidos; pues con la polarización, o mediante acciones mediáticas, se vulnera la marcha de un buen gobierno y se deteriora el desarrollo social.

La agenda 2030, además de impulsar sociedades pacíficas, justas e inclusivas, plantea la necesidad de que participen todos los países, con el objetivo central de erradicar la pobreza de aquí al año 2030.

A pesar de los avances, las mujeres enfrentan grandes desafíos, por lo que es necesario adoptar una serie de medidas, mediante políticas públicas en los tres niveles de gobierno, que promuevan la convivencia social y fortalezcan su desempeño, al tiempo de establecer mecanismos de prevención y coordinación, insisto, con autoridades de los tres órdenes de gobierno.

Para lograr esta meta, los servidores públicos deben tener presente y comprender, pero además saber interpretar que, en cada acción a desarrollar, deben asumir con decoro y ética su responsabilidad como servidores públicos.

Lo cual significa que se deben diseñar soluciones inteligentes que vayan más allá del reconocimiento de las disparidades de género y atiendan las necesidades de hombres y mujeres, en un plano de igualdad.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com