/ miércoles 17 de febrero de 2021

La incompetencia del Congreso exhibida en tribunales

El fallo de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que permitirá a presidentes municipales y diputados locales de Puebla buscar la reelección sin separarse de sus cargos, pone en su justa dimensión el mediocre desempeño de la legislatura dominada por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que tuvo que realizar el marco jurídico para dar cauce a esta nueva posibilidad de competencia electoral y no lo hizo.

“El que alguien no deje su cargo para volverse a postular provocará una inequidad evidente ante los que aspiran sin tener una función pública y puede ser una situación de doble filo porque la ciudadanía puede no sentirse satisfecha y responder de forma poco favorable.”

¿Quién cree usted que escribió esa doble sentencia tan llena de racionalidad?

¿Habrán sido los dirigentes de los partidos políticos de oposición a Morena?

Si no ellos, ¿personajes ociosos con ganas de manchar la encomiable labor de los 41 diputados poblanos que cobran puntuales sus quincenas por trabajar enjundiosos desde casa?

No.

Esas palabras corresponden al gobernador Miguel Barbosa, quien las publicó en twitter para fijar su postura, reprobatoria, en torno a la sentencia de los magistrados federales, que no hicieron más que echar abajo un acuerdo del Instituto Electoral del Estado que no estaba fundamentado en el Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Puebla, un texto que regula la organización de los comicios en la entidad cuya elaboración corresponde a los diputados.

Gabriel Biestro, evidentemente desencajado frente al revés del máximo órgano de justicia electoral del país, solo atinó a responder que los diputados no legislaron sobre ese tema porque así lo acordaron todos, sin explicar las razones legales, técnicas o políticas que los habrían conducido a ello.

Inmediatamente después, sin embargo, y sin advertir la contradicción de sus palabras, dijo que valoraría impugnar el fallo para tratar de revertir la decisión de los magistrados, aunque no precisó si lo haría en calidad de ciudadano, de presidente del Congreso que no reguló el tema cuando pudo hacerlo o de precandidato a la presidencia municipal de Puebla.

En resumen:

Miguel Barbosa y Gabriel Biestro reprueban un fallo que existe como consecuencia de una deficiencia del Congreso del Estado.

¿Hace falta preguntar quiénes mandan en ese poder?

El 9 de junio de 2020, EL SOL DE PUEBLA publicó una entrevista con el consejero presidente del IEE, Miguel Ángel García Onofre, en la que advertía de la necesidad de reformar el código electoral para corregir los vacíos legales que existían, precisamente, alrededor de la reelección y las obligaciones de los servidores públicos en funciones para separarse o no de sus cargos.

Dentro de esa misma entrevista, García Onofre adelantaba que, en caso de que los diputados no hicieran el trabajo, el organismo electoral tendría que emitir una normatividad para regular los plazos dentro de los que tanto diputados como presidentes municipales tuvieran que solicitar licencia.

Y así ocurrió.

Los consejeros electorales armaron lo que pudieron frente a la omisión legislativa.

Vergüenza debería de darles a todos, los 41, pero sobre todo a Gabriel Biestro, Tonatzin Fernández, Emilio Maurer y Nora Merino, el núcleo morenista en el poder legislativo al que le pasó de noche su responsabilidad.

***

¿Qué hizo que llegara a su fin la telenovela panista y pudieran ponerse de acuerdo Eduardo Rivera Pérez y Genoveva Huerta Villegas para ungir al primero como candidato a la presidencia municipal de Puebla?

La respuesta es simple: la repartición del pastel de manera equilibrada entre los invitados a la fiesta.

Así quedó la negociación:

De las 16 posiciones que irán en la planilla de candidatos a regidores, cuatro serán definidas por Genoveva Huerta, cuatro por Jesús Zaldívar, cuatro más por Eduardo Rivera y las últimas cuatro por el resto de los partidos que se sumen en candidatura común.

Como verá usted, imperó la regla del 25 por ciento para cada una de las partes.

Y hay más.

Rivera Pérez se comprometió ante Marko Cortés a ceder espacios dentro de su administración, también correspondientes al 25 por ciento, para aquellos panistas que no pertenecen a su grupo de aliados pero que lo apoyarán como parte del ejército electoral que lo acompañará desde ahora y hasta el 6 de junio.

Siempre que gane, claro.

Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

El fallo de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que permitirá a presidentes municipales y diputados locales de Puebla buscar la reelección sin separarse de sus cargos, pone en su justa dimensión el mediocre desempeño de la legislatura dominada por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que tuvo que realizar el marco jurídico para dar cauce a esta nueva posibilidad de competencia electoral y no lo hizo.

“El que alguien no deje su cargo para volverse a postular provocará una inequidad evidente ante los que aspiran sin tener una función pública y puede ser una situación de doble filo porque la ciudadanía puede no sentirse satisfecha y responder de forma poco favorable.”

¿Quién cree usted que escribió esa doble sentencia tan llena de racionalidad?

¿Habrán sido los dirigentes de los partidos políticos de oposición a Morena?

Si no ellos, ¿personajes ociosos con ganas de manchar la encomiable labor de los 41 diputados poblanos que cobran puntuales sus quincenas por trabajar enjundiosos desde casa?

No.

Esas palabras corresponden al gobernador Miguel Barbosa, quien las publicó en twitter para fijar su postura, reprobatoria, en torno a la sentencia de los magistrados federales, que no hicieron más que echar abajo un acuerdo del Instituto Electoral del Estado que no estaba fundamentado en el Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Puebla, un texto que regula la organización de los comicios en la entidad cuya elaboración corresponde a los diputados.

Gabriel Biestro, evidentemente desencajado frente al revés del máximo órgano de justicia electoral del país, solo atinó a responder que los diputados no legislaron sobre ese tema porque así lo acordaron todos, sin explicar las razones legales, técnicas o políticas que los habrían conducido a ello.

Inmediatamente después, sin embargo, y sin advertir la contradicción de sus palabras, dijo que valoraría impugnar el fallo para tratar de revertir la decisión de los magistrados, aunque no precisó si lo haría en calidad de ciudadano, de presidente del Congreso que no reguló el tema cuando pudo hacerlo o de precandidato a la presidencia municipal de Puebla.

En resumen:

Miguel Barbosa y Gabriel Biestro reprueban un fallo que existe como consecuencia de una deficiencia del Congreso del Estado.

¿Hace falta preguntar quiénes mandan en ese poder?

El 9 de junio de 2020, EL SOL DE PUEBLA publicó una entrevista con el consejero presidente del IEE, Miguel Ángel García Onofre, en la que advertía de la necesidad de reformar el código electoral para corregir los vacíos legales que existían, precisamente, alrededor de la reelección y las obligaciones de los servidores públicos en funciones para separarse o no de sus cargos.

Dentro de esa misma entrevista, García Onofre adelantaba que, en caso de que los diputados no hicieran el trabajo, el organismo electoral tendría que emitir una normatividad para regular los plazos dentro de los que tanto diputados como presidentes municipales tuvieran que solicitar licencia.

Y así ocurrió.

Los consejeros electorales armaron lo que pudieron frente a la omisión legislativa.

Vergüenza debería de darles a todos, los 41, pero sobre todo a Gabriel Biestro, Tonatzin Fernández, Emilio Maurer y Nora Merino, el núcleo morenista en el poder legislativo al que le pasó de noche su responsabilidad.

***

¿Qué hizo que llegara a su fin la telenovela panista y pudieran ponerse de acuerdo Eduardo Rivera Pérez y Genoveva Huerta Villegas para ungir al primero como candidato a la presidencia municipal de Puebla?

La respuesta es simple: la repartición del pastel de manera equilibrada entre los invitados a la fiesta.

Así quedó la negociación:

De las 16 posiciones que irán en la planilla de candidatos a regidores, cuatro serán definidas por Genoveva Huerta, cuatro por Jesús Zaldívar, cuatro más por Eduardo Rivera y las últimas cuatro por el resto de los partidos que se sumen en candidatura común.

Como verá usted, imperó la regla del 25 por ciento para cada una de las partes.

Y hay más.

Rivera Pérez se comprometió ante Marko Cortés a ceder espacios dentro de su administración, también correspondientes al 25 por ciento, para aquellos panistas que no pertenecen a su grupo de aliados pero que lo apoyarán como parte del ejército electoral que lo acompañará desde ahora y hasta el 6 de junio.

Siempre que gane, claro.

Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx