/ miércoles 30 de junio de 2021

La justicia fiscal de Biden y López Obrador

El presidente Andrés Manuel López Obrador detonó desde el año pasado una revolución hacendaria de corte antineoliberal. Les está cobrando parte de las tasas impositivas que escandalosamente evaden los grandes corporativos empresariales. Algo similar anuncia Joe Biden desde su llegada a la Casa Blanca: elevará los impuestos a los ciudadanos más acaudalados, los más ricos del planeta, que no pagan impuestos. Gravará la riqueza, no el trabajo. Invertirá los valores neoliberales.

El presidente mexicano busca afanosamente recursos fiscales para financiar el gasto público en tiempos de la mayor crisis económica de los últimos 90 años. Ha emprendido implacable campaña recaudatoria entre las intocables empresas extranjeras y nacionales que prácticamente no pagaban impuestos.

Dinero que dedicará apoyar a los 10 millones de mexicanos vulnerables que constituyen su base de apoyo político-electoral; a pagar el servicio de la deuda externa por 850 mil millones; a cubrir un billón de pesos a los pensionados del IMSS y el ISSSTE; a continuar sus obras emblemáticas; a seguir realizando el rescate de PEMEX, que los anteriores presidentes endeudaron, dejaron en la quiebra.

Joe Biden requiere recursos fiscales por dos billones de dólares para realizar el más ambicioso programa de infraestructura nacional que se ha ejecutado en Estados Unidos desde que terminó la segunda guerra mundial. Reasume su gobierno el papel del Estado generador del crecimiento económico, de millones de empleos, del bienestar social. Lo que fue prohibitivo, desde el Reganismo, en 40 años de neoliberalismo.

Biden impulsa un nuevo modelo económico, contrario al neoliberalismo. Piensa que la economía debe crecer de abajo hacia arriba. No de arriba hacia abajo, etapa en que los ricos se hicieron más ricos, no dejaron caer hacia abajo las ganancias del capitalismo, se propagaron desempleo y pobreza. Propondrá al Congreso que los archimillonarios paguen impuestos sobre sus fortunas personales, y a las personas físicas que ganan más de 400 mil dólares hacia arriba,

López Obrador descubrió un boquete fiscal por un billón 400 mil millones de pesos (equivalente al 6% del PIB), veta de donde ha empezado a obtener el dinero que necesita su gobierno. Como primer saque, en 2021, recaudará 200 mil millones de pesos, adicionales a los 480 mil millones que captó en 2020. Recursos con que salvó de la quiebra las finanzas públicas.

En 2022 y 2023 se propone recaudar otros 470 mil millones de pesos (adicionales) sin necesidad de realizar una reforma fiscal. El tabasqueño (como Biden) está grabando la riqueza, fortaleciendo al Estado, alentando la justicia social, sin recurrir al endeudamiento, como lo hicieron Fox, Calderón y Peña Nieto.

Le dará tiempo en los tres años que le quedan de incrementar la recaudación hacendaria en un billón 150 o 250 mil millones de pesos, equivalentes a 5% del PIB.

Pero el boquete fiscal todavía es muy grande, da para mucho más, si el próximo presidente decide seguir aplicando la justicia fiscal a las corporaciones que casi no pagan impuestos. Por ejemplo, en 2019 los grandes contribuyentes pagaron en promedio 3.92 por ciento de tasa efectiva de impuesto sobre la renta sobre sus ingresos, en vez del 30%.

Joe Biden acabará con el proteccionismo fiscal a los ricos, dará un súper giro al neoliberalismo que no cobró impuestos federales a las fortunas de los estadounidenses más ricos del planeta, como los multimillonarios Jeff Bezos, de Amazon; Elon Musk, de Tesla; George Soros y Michael Bloomberg, que pagaron cero impuestos federales (y no cometieron ningún delito) al menos durante los últimos 15 años, aunque sus fortunas se dispararon.

Biden ha enviado al congreso norteamericano una iniciativa de ley para grabar con mayores impuestos a los ciudadanos que ganan 400 mil dólares en adelante, y a las fortunas de los 719 multimillonarios estadunidenses con fortunas superiores a mil millones de dólares, que han visto incrementarse su riqueza colectiva en más de 1.6 billones de dólares desde que se detonó la pandemia, mientras decenas de millones perdieron sus empleos, sus hogares, sus ahorros, ingresaron en la pobreza.

Justicia Fiscal, para que se cumpla la Justicia social. La que practican López Obrador y Biden. Dos valores universales negados durante el neoliberalismo. ESCUCHANOS DIARIAMENTE de 12 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.

El presidente Andrés Manuel López Obrador detonó desde el año pasado una revolución hacendaria de corte antineoliberal. Les está cobrando parte de las tasas impositivas que escandalosamente evaden los grandes corporativos empresariales. Algo similar anuncia Joe Biden desde su llegada a la Casa Blanca: elevará los impuestos a los ciudadanos más acaudalados, los más ricos del planeta, que no pagan impuestos. Gravará la riqueza, no el trabajo. Invertirá los valores neoliberales.

El presidente mexicano busca afanosamente recursos fiscales para financiar el gasto público en tiempos de la mayor crisis económica de los últimos 90 años. Ha emprendido implacable campaña recaudatoria entre las intocables empresas extranjeras y nacionales que prácticamente no pagaban impuestos.

Dinero que dedicará apoyar a los 10 millones de mexicanos vulnerables que constituyen su base de apoyo político-electoral; a pagar el servicio de la deuda externa por 850 mil millones; a cubrir un billón de pesos a los pensionados del IMSS y el ISSSTE; a continuar sus obras emblemáticas; a seguir realizando el rescate de PEMEX, que los anteriores presidentes endeudaron, dejaron en la quiebra.

Joe Biden requiere recursos fiscales por dos billones de dólares para realizar el más ambicioso programa de infraestructura nacional que se ha ejecutado en Estados Unidos desde que terminó la segunda guerra mundial. Reasume su gobierno el papel del Estado generador del crecimiento económico, de millones de empleos, del bienestar social. Lo que fue prohibitivo, desde el Reganismo, en 40 años de neoliberalismo.

Biden impulsa un nuevo modelo económico, contrario al neoliberalismo. Piensa que la economía debe crecer de abajo hacia arriba. No de arriba hacia abajo, etapa en que los ricos se hicieron más ricos, no dejaron caer hacia abajo las ganancias del capitalismo, se propagaron desempleo y pobreza. Propondrá al Congreso que los archimillonarios paguen impuestos sobre sus fortunas personales, y a las personas físicas que ganan más de 400 mil dólares hacia arriba,

López Obrador descubrió un boquete fiscal por un billón 400 mil millones de pesos (equivalente al 6% del PIB), veta de donde ha empezado a obtener el dinero que necesita su gobierno. Como primer saque, en 2021, recaudará 200 mil millones de pesos, adicionales a los 480 mil millones que captó en 2020. Recursos con que salvó de la quiebra las finanzas públicas.

En 2022 y 2023 se propone recaudar otros 470 mil millones de pesos (adicionales) sin necesidad de realizar una reforma fiscal. El tabasqueño (como Biden) está grabando la riqueza, fortaleciendo al Estado, alentando la justicia social, sin recurrir al endeudamiento, como lo hicieron Fox, Calderón y Peña Nieto.

Le dará tiempo en los tres años que le quedan de incrementar la recaudación hacendaria en un billón 150 o 250 mil millones de pesos, equivalentes a 5% del PIB.

Pero el boquete fiscal todavía es muy grande, da para mucho más, si el próximo presidente decide seguir aplicando la justicia fiscal a las corporaciones que casi no pagan impuestos. Por ejemplo, en 2019 los grandes contribuyentes pagaron en promedio 3.92 por ciento de tasa efectiva de impuesto sobre la renta sobre sus ingresos, en vez del 30%.

Joe Biden acabará con el proteccionismo fiscal a los ricos, dará un súper giro al neoliberalismo que no cobró impuestos federales a las fortunas de los estadounidenses más ricos del planeta, como los multimillonarios Jeff Bezos, de Amazon; Elon Musk, de Tesla; George Soros y Michael Bloomberg, que pagaron cero impuestos federales (y no cometieron ningún delito) al menos durante los últimos 15 años, aunque sus fortunas se dispararon.

Biden ha enviado al congreso norteamericano una iniciativa de ley para grabar con mayores impuestos a los ciudadanos que ganan 400 mil dólares en adelante, y a las fortunas de los 719 multimillonarios estadunidenses con fortunas superiores a mil millones de dólares, que han visto incrementarse su riqueza colectiva en más de 1.6 billones de dólares desde que se detonó la pandemia, mientras decenas de millones perdieron sus empleos, sus hogares, sus ahorros, ingresaron en la pobreza.

Justicia Fiscal, para que se cumpla la Justicia social. La que practican López Obrador y Biden. Dos valores universales negados durante el neoliberalismo. ESCUCHANOS DIARIAMENTE de 12 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.