/ lunes 25 de febrero de 2019

La lucha de Jiménez, Urzúa y Rivera contra la imposición de Doger

Después de las elecciones de julio del año pasado todos los críticos, analistas y columnistas decretaron el réquiem para el Partido Revolucionario Institucional, luego de su histórica y desastrosa derrota electoral en los comicios presidenciales. Ese día murió una estrella: el PRI, y se iluminó otro astro en el horizonte estelar mexicano: Morena, partido que arrasó en la presidencial y amenaza con arrasar el próximo 2 de junio en las elecciones en que los poblanos elegirán Gobernador del Estado para un período de 5 años y medio.

Pese al catastrófico golpe del año pasado, el priismo militante sigue viendo con optimismo renovado el panorama político, pese a sus remotas posibilidades de alzarse con un triunfo en Puebla. Hay pasión y entusiasmo entre quienes han alzado la mano para competir por la candidatura del tricolor a la gubernatura, pasión y entusiasmo engañoso pero contagioso, no obstante que el PRI figura en el tercer y último lugar en las preferencias electorales.

Todavía están muy frescas en la memoria de los mexicanos y de los poblanos las frivolidades y los desenfrenados despilfarros y actos de corrupción de la administración de Enrique Peña Nieto; aún está muy presente cómo los gobiernos neoliberales se encargaron de trabajar para los mercados, los consorcios multinacionales y el sistema financiero y se olvidaron de los trabajadores, de los pobres y marginados; aún está muy fresca la crisis y el desastre financiero de PEMEX, el inmisericorde saqueo de que fue víctima esta empresa durante 6 sexenios..

A Pemex lo endeudaron por más de 100 mil millones de dólares, y le cobraron impuestos, derechos y aprovechamientos por 10.5 billones de pesos durante las adminis0traciones de Felipe Calderón y Enrique Peña, lo hundieron en la quiebra y dejaron caer su producción, mientras los intereses de su deuda se hicieron casi impagables.

Lo que pretendieron Calderón y Peña es la quiebra, el remate y la privatización de la empresa. Ahora que Andrés Manuel López Obrador ha anunciado su rescate financiero con la inyección de recursos frescos y la reducción de impuestos, las calificadoras como Fitch Ratings pegan el grito en el cielo y lo califican insuficiente, cuando en las administraciones de Calderón y Peña guardaron silencio cómplice. Es el capital multinacional el que se alarma por el rescate de una empresa que ya consideraban suya.

La vida que le queda al PRI está en su clase política abundante y políticamente sólida y leal que no pierde la esperanza de volver a levantar el vuelo. Muchos de ellos se formaron priistas y morirán fielmente tricolores, no les cunde el pánico de la desesperanza ni la tentación de la deslealtad de pasarse a Morena al partido de moda, el que está en el poder, al que se le auguran por lo menos otros seis años en la presidencia.

Alberto Jiménez Merino, secretario de Desarrollo Rural en dos sexenios, diputado federal; ex delegado de Agricultura y ex delegado de CONAGUA ha levantado el brazo y anda enarbolando la bandera de aspirante a la candidatura del PRI. Es un político serio, maduro, con preparación técnica y administrativa, con experiencia y conocimiento del gobierno, y, sin embargo, sabe perfectamente que no es su momento, que es el momento más adverso electoralmente para el PRI., pero ahí está levantando la mano haciéndole sombra a la figura de Enrique Doger Guerrero; Doger, quien ya hizo lo que podía en su momento y no le alcanzó.

Ricardo Urzúa, ex diputado federal, exsenador y destacado empresario de la aeronáutica, es otra de las piezas claves en estos momentos de retraimiento y reconstrucción priista. Es otro aspirante a la candidatura del PRI a la gubernatura. Ser candidato del PRI es más orgullo que toda posibilidad de un casi imposible triunfo; Urzúa lo sabe, prefiere tener la bola en los pies, aunque no la estrelle en las mallas,

Lorenzo Rivera anda en precampaña buscando el apoyo como aspirante a la candidatura gobernador del tricolor. Es un serrano del Norte del Estado, fue alcalde de Chignahuapan, diputado local y diputado federal; delegado de SEDESOL y de SEDATU en el Estado, y empresario de la avicultura y silvicultura. La característica de Rivera, como la de Urzúa y la de Jiménez Merino, es la sencillez; no se trata de políticos altamente pretensiosos; saben que no podrán alcanzar en esta oportunidad su gran objetivo, pero están cansados de que los candidatos lleguen designados del Centro; por eso se arriesgaron y encaminaron en esta contienda interna que, quiérase o no, lleva dedicatoria contra otra posible imposición de Enrique Doger Guerrero, el cuarto candidato que está convencido que por derecho le corresponde ser el candidato…. Escúchanos diariamente de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.

Después de las elecciones de julio del año pasado todos los críticos, analistas y columnistas decretaron el réquiem para el Partido Revolucionario Institucional, luego de su histórica y desastrosa derrota electoral en los comicios presidenciales. Ese día murió una estrella: el PRI, y se iluminó otro astro en el horizonte estelar mexicano: Morena, partido que arrasó en la presidencial y amenaza con arrasar el próximo 2 de junio en las elecciones en que los poblanos elegirán Gobernador del Estado para un período de 5 años y medio.

Pese al catastrófico golpe del año pasado, el priismo militante sigue viendo con optimismo renovado el panorama político, pese a sus remotas posibilidades de alzarse con un triunfo en Puebla. Hay pasión y entusiasmo entre quienes han alzado la mano para competir por la candidatura del tricolor a la gubernatura, pasión y entusiasmo engañoso pero contagioso, no obstante que el PRI figura en el tercer y último lugar en las preferencias electorales.

Todavía están muy frescas en la memoria de los mexicanos y de los poblanos las frivolidades y los desenfrenados despilfarros y actos de corrupción de la administración de Enrique Peña Nieto; aún está muy presente cómo los gobiernos neoliberales se encargaron de trabajar para los mercados, los consorcios multinacionales y el sistema financiero y se olvidaron de los trabajadores, de los pobres y marginados; aún está muy fresca la crisis y el desastre financiero de PEMEX, el inmisericorde saqueo de que fue víctima esta empresa durante 6 sexenios..

A Pemex lo endeudaron por más de 100 mil millones de dólares, y le cobraron impuestos, derechos y aprovechamientos por 10.5 billones de pesos durante las adminis0traciones de Felipe Calderón y Enrique Peña, lo hundieron en la quiebra y dejaron caer su producción, mientras los intereses de su deuda se hicieron casi impagables.

Lo que pretendieron Calderón y Peña es la quiebra, el remate y la privatización de la empresa. Ahora que Andrés Manuel López Obrador ha anunciado su rescate financiero con la inyección de recursos frescos y la reducción de impuestos, las calificadoras como Fitch Ratings pegan el grito en el cielo y lo califican insuficiente, cuando en las administraciones de Calderón y Peña guardaron silencio cómplice. Es el capital multinacional el que se alarma por el rescate de una empresa que ya consideraban suya.

La vida que le queda al PRI está en su clase política abundante y políticamente sólida y leal que no pierde la esperanza de volver a levantar el vuelo. Muchos de ellos se formaron priistas y morirán fielmente tricolores, no les cunde el pánico de la desesperanza ni la tentación de la deslealtad de pasarse a Morena al partido de moda, el que está en el poder, al que se le auguran por lo menos otros seis años en la presidencia.

Alberto Jiménez Merino, secretario de Desarrollo Rural en dos sexenios, diputado federal; ex delegado de Agricultura y ex delegado de CONAGUA ha levantado el brazo y anda enarbolando la bandera de aspirante a la candidatura del PRI. Es un político serio, maduro, con preparación técnica y administrativa, con experiencia y conocimiento del gobierno, y, sin embargo, sabe perfectamente que no es su momento, que es el momento más adverso electoralmente para el PRI., pero ahí está levantando la mano haciéndole sombra a la figura de Enrique Doger Guerrero; Doger, quien ya hizo lo que podía en su momento y no le alcanzó.

Ricardo Urzúa, ex diputado federal, exsenador y destacado empresario de la aeronáutica, es otra de las piezas claves en estos momentos de retraimiento y reconstrucción priista. Es otro aspirante a la candidatura del PRI a la gubernatura. Ser candidato del PRI es más orgullo que toda posibilidad de un casi imposible triunfo; Urzúa lo sabe, prefiere tener la bola en los pies, aunque no la estrelle en las mallas,

Lorenzo Rivera anda en precampaña buscando el apoyo como aspirante a la candidatura gobernador del tricolor. Es un serrano del Norte del Estado, fue alcalde de Chignahuapan, diputado local y diputado federal; delegado de SEDESOL y de SEDATU en el Estado, y empresario de la avicultura y silvicultura. La característica de Rivera, como la de Urzúa y la de Jiménez Merino, es la sencillez; no se trata de políticos altamente pretensiosos; saben que no podrán alcanzar en esta oportunidad su gran objetivo, pero están cansados de que los candidatos lleguen designados del Centro; por eso se arriesgaron y encaminaron en esta contienda interna que, quiérase o no, lleva dedicatoria contra otra posible imposición de Enrique Doger Guerrero, el cuarto candidato que está convencido que por derecho le corresponde ser el candidato…. Escúchanos diariamente de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.