Ser madre es un hecho maravilloso, fundamental y que no tiene comparación en la vida de un ser humano, sin embargo, hay que preguntarnos qué sucede con las damas que no quieren, o no pueden procrear, y las diversas ideas que hay al respecto y la plenitud que pueden alcanzar.
Ayer se celebró el tradicional Día de las Madres, fecha muy importante y que se toma como día feriado no oficial en nuestro país. La importancia de la figura materna es prístina para el desarrollo humano, una progenitora es capaz de hacer el sacrificio más extremo por salvar a sus hijos y hacer cualquier cosa con tal de verlos felices.
También tenemos que decir que, para la gran mayoría de las mamás, el ver bien a sus vástagos es lo más importante, sin embargo, tenemos que señalar qué sucede con aquellas damas que no acceden a la maternidad.
En primer lugar hay que hablar de conceptos anatómicos, antropológicos y sociales. Una dama es quien tiene adentro de sí un niño que se gesta, lapso en el que se crea una relación sumamente fuerte y que solo puede describir quien la siente. La figura materna representa auténticamente un mundo para el bebé y el infante, en el que una palabra positiva representa una seguridad total para el niño.
La maternidad representa la preservación de la especie, misión que está por encima de la individualidad de cualquiera, por eso ha sido objeto de culto, respeto y reconocimiento.
En una sociedad que aspire a la equidad de género, no debe haber un roles obligatorios conforme a los sexos, es decir, no deben haber actividades que sean exclusivas, salvo algunos casos muy específicos y obvios, por lo que la dama no debe ser sujeta a una maternidad de manera forzosa.
Tenemos que recalcar que tener hijos implica una enorme responsabilidad, debe ser una decisión tomada bajo el más estricto de los cuidados. Lamentablemente vivimos en el país con más número de casos de embarazos adolescentes en el mundo, además de que vemos muchas mujeres que quieren poner en posición de víctimas a sus hijos, debido a que ellas quieren seguir con realizando actividades que no siempre son compatibles con la maternidad, esto sin dejar de lado que la crianza debe ser una responsabilidad compartida.
Hace unos días me sorprendió un anuncio en Facebook, donde una tía estaba vendiendo a su sobrino debido a que la madre lo había dejado encargado unas horas y llevaba días sin aparecer. Una progenitora así no es un ejemplo a seguir y mucho menos una dama realizada, mejor hubiera sido que se abstuviese de haber tenido descendencia.
No es un secreto que el tener hijos fuera del matrimonio o de distintos padres es reflejo de la ignorancia y la indolencia, caso contrario al de mujeres bien preparadas y con buenos puestos de trabajo que se abstienen de ser madres, situación que obedece a una decisión personal y reflexionada que debe ser respetada. Una fémina puede acceder al éxito y al desarrollo pleno sin necesidad de ser madre, sin embargo, todavía encontramos a quien hace un juicio de reproche ante ello.
También no hay que irnos al lado contrario, ya que algunas damas y caballeros promueven el no tener hijos, aludiendo a situaciones ecológicas o de sobrepoblación. Personalmente creo que la dama que promueve la no maternidad, pero se expresa férreamente a favor de tener un “perrijo”, posee algún problema emocional que, efectivamente es solo de su incumbencia, y por eso mismo no debe querer imponer axiomas a los demás. Como lo he señalado, el tener o no tener hijos no te hace mejor ni peor mujer, así que no hay que criticar ninguna de las dos esas posturas.
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