/ viernes 5 de junio de 2020

La polarización vulnera la gobernabilidad

Estimado lector sin duda considero que Usted estará de acuerdo en que la fortaleza de cualquier Gobierno, tiene que estar sustentada en sus actos, al tiempo de brindar atención y trato humano a toda demanda ciudadana; pues la pérdida de legitimidad ante cualquier eventualidad lo que provoca es desconfianza.

Y la pérdida de confianza mina la base social e institucional, pierde eficacia; cuando ello acontece, algunos gobiernos deciden instrumentar acciones espectaculares, las cuales a través del tiempo terminan generando mayor desconfianza en la sociedad y, ante la falta de credibilidad, cualquier acontecimiento o acción pública termina siendo objeto de burla.

La realidad a la que hoy día nos enfrentamos por la pandemia del Covid-19, viene precedida por una ola de inseguridad y delincuencia; situación que nos obliga a mantener la unidad en torno a nuestros gobiernos y, eliminar los enfrentamientos que sin duda debilita a toda la estructura social.

Escenario que debe servirnos para reflexionar y evitar la polarización tanto política como social, de no hacerlo, se seguirá alimentando el divisionismo e incrementara la violencia en todas sus modalidades. La consecuencia de no frenar esta polarización es que esta venga precedida de la degradación social.

La sociedad mexicana debe recuperar la confianza para poder enfrentar esta inevitable crisis; al tiempo de reconstruir a una nación que continúa fracturada por la desigualdad, la violencia y ahora también por las diferencias entre las entidades federativas y el gobierno central.

Esta incertidumbre ha provocado enojo y división en gran parte de la sociedad, lo cual ahonda más la polarización. En la “nueva normalidad”, debemos trabajar de manera conjunta todos los actores sociales económicos y políticos, para rediseñar el futuro del país.

Pues los datos presentados al inicio de la presente semana por el INEGI señalan que el país tuvo una caída en abril en la ocupación laboral de 12.3% en la población en edad de trabajar, dato alarmante que representa que cerca de 12 millones de trabajadores, dejaron de percibir ingresos o se dejo de contratar a personal asalariado ya sea formales o informales, por cuenta propia etc.

Y a su vez banco de México (BANXICO) señaló que la confianza en el sector privado (manufacturas) disminuyó en 17.7% puntos, respecto al mismo mes del año pasado y la inversión descendió 32 puntos respecto al mismo año anterior.

Cifras que en su interpretación plantean la gravedad en la que se encuentra la economía mexicana con esta disminución o pérdida de ingresos y de inversión. Ante lo cual lamentablemente la recuperación se ve lejana.

Independientemente de la narrativa que plantea el presidente López Obrador, en sus expresiones de “golpista”, deja entrever el peligro ante el desgaste de su gobierno, y de la confrontación con empresarios, gobernadores, etc. situación que genera división, incertidumbre y confusión, ante un escenario donde lo que se debe de hacer, es mandar mensajes de aliento, cooperación y de colaboración.

La tarea debe centrarse en unir a la sociedad y tender puentes de comunicación claros y objetivos con todos los actores políticos, restablecer el diálogo e interlocución; y que las decisiones políticas se den sin matices dogmáticos.

Se tiene que reconciliar a una gran parte de la sociedad que ha sido agraviada por décadas. De alta prioridad es el establecimiento de políticas públicas que orienten la reactivación económica, retomen la coordinación con los gobiernos de los estados y, eliminen la incertidumbre en la que se encuentra una gran parte de la clase media; así como detener el desempleo masivo.

El gobierno debe centrarse en establecer o tender puentes de comunicación, determinar acciones precisas para lograr la unidad y no por la polarización, de lo contrario llegaríamos a lo que los expertos señalan, que “las crisis evidencian a las sociedades, pero desnudan a sus gobiernos”. Aún estamos a tiempo.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.comLa polarización vulnera la gobernabilidad

Estimado lector sin duda considero que Usted estará de acuerdo en que la fortaleza de cualquier Gobierno, tiene que estar sustentada en sus actos, al tiempo de brindar atención y trato humano a toda demanda ciudadana; pues la pérdida de legitimidad ante cualquier eventualidad lo que provoca es desconfianza.

Y la pérdida de confianza mina la base social e institucional, pierde eficacia; cuando ello acontece, algunos gobiernos deciden instrumentar acciones espectaculares, las cuales a través del tiempo terminan generando mayor desconfianza en la sociedad y, ante la falta de credibilidad, cualquier acontecimiento o acción pública termina siendo objeto de burla.

La realidad a la que hoy día nos enfrentamos por la pandemia del Covid-19, viene precedida por una ola de inseguridad y delincuencia; situación que nos obliga a mantener la unidad en torno a nuestros gobiernos y, eliminar los enfrentamientos que sin duda debilita a toda la estructura social.

Escenario que debe servirnos para reflexionar y evitar la polarización tanto política como social, de no hacerlo, se seguirá alimentando el divisionismo e incrementara la violencia en todas sus modalidades. La consecuencia de no frenar esta polarización es que esta venga precedida de la degradación social.

La sociedad mexicana debe recuperar la confianza para poder enfrentar esta inevitable crisis; al tiempo de reconstruir a una nación que continúa fracturada por la desigualdad, la violencia y ahora también por las diferencias entre las entidades federativas y el gobierno central.

Esta incertidumbre ha provocado enojo y división en gran parte de la sociedad, lo cual ahonda más la polarización. En la “nueva normalidad”, debemos trabajar de manera conjunta todos los actores sociales económicos y políticos, para rediseñar el futuro del país.

Pues los datos presentados al inicio de la presente semana por el INEGI señalan que el país tuvo una caída en abril en la ocupación laboral de 12.3% en la población en edad de trabajar, dato alarmante que representa que cerca de 12 millones de trabajadores, dejaron de percibir ingresos o se dejo de contratar a personal asalariado ya sea formales o informales, por cuenta propia etc.

Y a su vez banco de México (BANXICO) señaló que la confianza en el sector privado (manufacturas) disminuyó en 17.7% puntos, respecto al mismo mes del año pasado y la inversión descendió 32 puntos respecto al mismo año anterior.

Cifras que en su interpretación plantean la gravedad en la que se encuentra la economía mexicana con esta disminución o pérdida de ingresos y de inversión. Ante lo cual lamentablemente la recuperación se ve lejana.

Independientemente de la narrativa que plantea el presidente López Obrador, en sus expresiones de “golpista”, deja entrever el peligro ante el desgaste de su gobierno, y de la confrontación con empresarios, gobernadores, etc. situación que genera división, incertidumbre y confusión, ante un escenario donde lo que se debe de hacer, es mandar mensajes de aliento, cooperación y de colaboración.

La tarea debe centrarse en unir a la sociedad y tender puentes de comunicación claros y objetivos con todos los actores políticos, restablecer el diálogo e interlocución; y que las decisiones políticas se den sin matices dogmáticos.

Se tiene que reconciliar a una gran parte de la sociedad que ha sido agraviada por décadas. De alta prioridad es el establecimiento de políticas públicas que orienten la reactivación económica, retomen la coordinación con los gobiernos de los estados y, eliminen la incertidumbre en la que se encuentra una gran parte de la clase media; así como detener el desempleo masivo.

El gobierno debe centrarse en establecer o tender puentes de comunicación, determinar acciones precisas para lograr la unidad y no por la polarización, de lo contrario llegaríamos a lo que los expertos señalan, que “las crisis evidencian a las sociedades, pero desnudan a sus gobiernos”. Aún estamos a tiempo.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.comLa polarización vulnera la gobernabilidad