/ martes 6 de febrero de 2018

La prioridad: el combate a la corrupción

Miguel Barbosa

Tanto para México como para Puebla, el primer lugar en la lista de prioridades nacionales lo ocupa el combate a la corrupción. El aumento exponencial de la corrupción en nuestra vida pública afecta la vida cotidiana en todos sus aspectos y ámbitos. La corrupción perjudica la hacienda pública, daña la economía, disminuye la respuesta de nuestras instituciones ante las demandas sociales, como la seguridad pública, y mina la credibilidad de nuestro país en la comunidad internacional. Por estas razones, el primer punto en la agenda de la transformación de México y de nuestro estado consiste en el combate a la corrupción.

No somos una nación de corruptos. A diferencia de la visión del gobierno de Enrique Peña Nieto que trata de generalizar la idea de que la corrupción es una característica de nuestra cultura, porque así le conviene a sus intereses; la inmensa mayoría de la población que integra nuestro país y nuestro estado son personas buenas que cumple la ley. Los que se han corrompido hasta la médula de los huesos son los gobernantes. Las manzanas podridas están en los gobiernos estatales, en las secretarías y en las empresas del Estado. Ahí está esa generación de gobernadores que en apenas unos años han amasado fortunas inmensas y enriquecido a sus familiares y amigos, que han desfalcado y endeudado a sus estados con total impunidad.

José Antonio Meade y Ricardo Anaya mienten descaradamente cuando dicen que combatirán la corrupción. Al primero lo engañaron y el segundo es un cínico. Ambos representan exactamente lo mismo, forman parte, con sus partidos aliados, de un pacto de impunidad, el cual consiste en solapar y cuidarse mutuamente los hechos de corrupción que realizan. José Antonio Meade tiene las manos atadas. Muy tarde se dio cuenta que se colgaron de su imagen de honestidad, lo cual no fue suficiente para que la sociedad pase por alto todo lo que representa el PRI.

Ricardo Anaya se rasga las vestiduras tratando de deslindarse de hechos de corrupción, pero nadie le cree. Al final, el PAN de Anaya siempre pacta con el PRI. En su estrategia por apropiarse del partido que fundó Manuel Gómez Morín, destruyó la credibilidad panista y puso a su partido al servicio de sus intereses personales. Mientras escalaba los peldaños del escalafón panista, se enriqueció, enriqueció a sus familiares y permitió que otros lo hicieran. Basta revisar los titulares de los principales diarios nacionales para ejemplificar de lo que hablo.

¿Qué se necesita para acabar con la corrupción? El próximo 1° de julio tenemos la gran oportunidad de colocar a un hombre honesto en la presidencia de la república y de hacer un cambio fundamental en nuestro estado. Ese es el primer paso. La gente buena de nuestro país y de Puebla puede derrotar a los corruptos. Después de esto vendría la aplicación de la ley, el funcionamiento pleno del sistema anticorrupción, nacional y local, autonomía del fiscal general de la república y del fiscal anticorrupción, para ir contra los corruptos; así como de los jueces y magistrados anticorrupción.

XXX Twitter @MBarbosaMX

Miguel Barbosa

Tanto para México como para Puebla, el primer lugar en la lista de prioridades nacionales lo ocupa el combate a la corrupción. El aumento exponencial de la corrupción en nuestra vida pública afecta la vida cotidiana en todos sus aspectos y ámbitos. La corrupción perjudica la hacienda pública, daña la economía, disminuye la respuesta de nuestras instituciones ante las demandas sociales, como la seguridad pública, y mina la credibilidad de nuestro país en la comunidad internacional. Por estas razones, el primer punto en la agenda de la transformación de México y de nuestro estado consiste en el combate a la corrupción.

No somos una nación de corruptos. A diferencia de la visión del gobierno de Enrique Peña Nieto que trata de generalizar la idea de que la corrupción es una característica de nuestra cultura, porque así le conviene a sus intereses; la inmensa mayoría de la población que integra nuestro país y nuestro estado son personas buenas que cumple la ley. Los que se han corrompido hasta la médula de los huesos son los gobernantes. Las manzanas podridas están en los gobiernos estatales, en las secretarías y en las empresas del Estado. Ahí está esa generación de gobernadores que en apenas unos años han amasado fortunas inmensas y enriquecido a sus familiares y amigos, que han desfalcado y endeudado a sus estados con total impunidad.

José Antonio Meade y Ricardo Anaya mienten descaradamente cuando dicen que combatirán la corrupción. Al primero lo engañaron y el segundo es un cínico. Ambos representan exactamente lo mismo, forman parte, con sus partidos aliados, de un pacto de impunidad, el cual consiste en solapar y cuidarse mutuamente los hechos de corrupción que realizan. José Antonio Meade tiene las manos atadas. Muy tarde se dio cuenta que se colgaron de su imagen de honestidad, lo cual no fue suficiente para que la sociedad pase por alto todo lo que representa el PRI.

Ricardo Anaya se rasga las vestiduras tratando de deslindarse de hechos de corrupción, pero nadie le cree. Al final, el PAN de Anaya siempre pacta con el PRI. En su estrategia por apropiarse del partido que fundó Manuel Gómez Morín, destruyó la credibilidad panista y puso a su partido al servicio de sus intereses personales. Mientras escalaba los peldaños del escalafón panista, se enriqueció, enriqueció a sus familiares y permitió que otros lo hicieran. Basta revisar los titulares de los principales diarios nacionales para ejemplificar de lo que hablo.

¿Qué se necesita para acabar con la corrupción? El próximo 1° de julio tenemos la gran oportunidad de colocar a un hombre honesto en la presidencia de la república y de hacer un cambio fundamental en nuestro estado. Ese es el primer paso. La gente buena de nuestro país y de Puebla puede derrotar a los corruptos. Después de esto vendría la aplicación de la ley, el funcionamiento pleno del sistema anticorrupción, nacional y local, autonomía del fiscal general de la república y del fiscal anticorrupción, para ir contra los corruptos; así como de los jueces y magistrados anticorrupción.

XXX Twitter @MBarbosaMX