/ miércoles 27 de junio de 2018

La reconfiguración del poder en Puebla luego del 1 de julio

Pase lo que pase el domingo 1 de julio, gane quien gane la elección de gobernador, habrá una reconfiguración en el tablero del poder local producto de la disruptiva llegada del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y su detonante potencial de voto que le hará ganar desde la Presidencia de la República hasta diputaciones locales y alcaldías.

Incluso si Martha Erika Alonso Hidalgo mantiene la gubernatura bajo los partidos que integran el Frente por Puebla (PAN, PRD, MC, CPP y PSI), el morenovallismo no será el mismo que hoy por varios factores.

Si la lógica se impone, Andrés Manuel López Obrador se convertirá en primer mandatario y ello implicará, de entrada la necesidad para la eventual gobernadora de hacer verdadero trabajo político para mantener una buena relación que no afecte la llegada de partidas presupuestales, hasta ahora privilegiadas, en los últimos dos sexenios.

Ahora bien y aunque estaría por verse su tamaño, está claro que su gobierno tendría una oposición más sólida y crítica que la simulación en la que ha incurrido el tricolor en el congreso local. La ola de votos que trae consigo el Peje puede alcanzar para un congreso local dividido o con una bancada fuerte distinta al morenovallismo.

Que la coalición panista repita el triunfo en 22 de los 26 distritos locales se antoja difícil para no decir que imposible. Los otros cuatro los ganó el PRI en el proceso electoral pasado y también para ellos se torna complejo retener ese número.

Y a nivel federal el panorama no pintaría distinto. Una parte de los senadores y diputados federales por Puebla emanarán de Morena y por tanto las labores de gestión de recursos entrarían en un escenario más complejo frente a una oposición efectiva.

El otro escenario, el de la victoria de Luis Miguel Barbosa en la gubernatura quitaría el principal soporte del proyecto de Rafael Moreno Valle por buscar la presidencia de México. De ahí la importancia que para su grupo tiene mantenerse en el poder local y que por ello se valdrán de todo lo que tengan a su alcance.

***

La redefinición de la fuerza de los partidos políticos, a partir del número de gobernados se verá también en las presidencias municipales, Hoy en día, el morenovallismo controla formalmente 110 municipios, si tomamos en cuentas a sus partidos PAN, PRD, CPP, Nueva Alianza, Movimiento

Ciudadano y PSI.

De ahí le sigue el bloque que conformaban el PRI y el PVEM con 86 municipios y el Partido del Trabajo con 21.

Con la llegada del actor Morena, este escenario cambiará con las posibilidades amplias de obtener el triunfo en ciudades importantes, la zona conurbada y la capital.

***

Por cierto que hablando del escenario en la capital poblana le comento que entre los panistas ligados a Eduardo Rivera Pérez ronda el temor de que, una vez más, se vieran traicionados por el morenovallismo en un escenario en el que se complique la votación para la candidata a la gubernatura y tengan que recurrir a prácticas poco democráticas para retener el gobierno estatal.

Suponen que en el hipotético de una desfavorable votación o muy cerrada con el partido Morena, el grupo en el poder local optaría por soltar la capital a favor de Claudia Rivera como una suerte de moneda de cambio.

¿será?

***

Hasta la próxima.

Twitter @elsalvadorrios

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

Pase lo que pase el domingo 1 de julio, gane quien gane la elección de gobernador, habrá una reconfiguración en el tablero del poder local producto de la disruptiva llegada del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y su detonante potencial de voto que le hará ganar desde la Presidencia de la República hasta diputaciones locales y alcaldías.

Incluso si Martha Erika Alonso Hidalgo mantiene la gubernatura bajo los partidos que integran el Frente por Puebla (PAN, PRD, MC, CPP y PSI), el morenovallismo no será el mismo que hoy por varios factores.

Si la lógica se impone, Andrés Manuel López Obrador se convertirá en primer mandatario y ello implicará, de entrada la necesidad para la eventual gobernadora de hacer verdadero trabajo político para mantener una buena relación que no afecte la llegada de partidas presupuestales, hasta ahora privilegiadas, en los últimos dos sexenios.

Ahora bien y aunque estaría por verse su tamaño, está claro que su gobierno tendría una oposición más sólida y crítica que la simulación en la que ha incurrido el tricolor en el congreso local. La ola de votos que trae consigo el Peje puede alcanzar para un congreso local dividido o con una bancada fuerte distinta al morenovallismo.

Que la coalición panista repita el triunfo en 22 de los 26 distritos locales se antoja difícil para no decir que imposible. Los otros cuatro los ganó el PRI en el proceso electoral pasado y también para ellos se torna complejo retener ese número.

Y a nivel federal el panorama no pintaría distinto. Una parte de los senadores y diputados federales por Puebla emanarán de Morena y por tanto las labores de gestión de recursos entrarían en un escenario más complejo frente a una oposición efectiva.

El otro escenario, el de la victoria de Luis Miguel Barbosa en la gubernatura quitaría el principal soporte del proyecto de Rafael Moreno Valle por buscar la presidencia de México. De ahí la importancia que para su grupo tiene mantenerse en el poder local y que por ello se valdrán de todo lo que tengan a su alcance.

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La redefinición de la fuerza de los partidos políticos, a partir del número de gobernados se verá también en las presidencias municipales, Hoy en día, el morenovallismo controla formalmente 110 municipios, si tomamos en cuentas a sus partidos PAN, PRD, CPP, Nueva Alianza, Movimiento

Ciudadano y PSI.

De ahí le sigue el bloque que conformaban el PRI y el PVEM con 86 municipios y el Partido del Trabajo con 21.

Con la llegada del actor Morena, este escenario cambiará con las posibilidades amplias de obtener el triunfo en ciudades importantes, la zona conurbada y la capital.

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Por cierto que hablando del escenario en la capital poblana le comento que entre los panistas ligados a Eduardo Rivera Pérez ronda el temor de que, una vez más, se vieran traicionados por el morenovallismo en un escenario en el que se complique la votación para la candidata a la gubernatura y tengan que recurrir a prácticas poco democráticas para retener el gobierno estatal.

Suponen que en el hipotético de una desfavorable votación o muy cerrada con el partido Morena, el grupo en el poder local optaría por soltar la capital a favor de Claudia Rivera como una suerte de moneda de cambio.

¿será?

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Hasta la próxima.

Twitter @elsalvadorrios

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx