/ jueves 22 de octubre de 2020

La rectora que vendrá del Palacio, pero no de Hierro

Lourdes Rosales tiene el semblante adusto, impasible y de pocos amigos que se necesita para ser lo que es y hacer lo que hace. Si su expresión facial fuera linda, tierna y dulce no le serviría a la seguridad pública. Para ser hay que parecer. Su arma personal son los ojos fríos y abismales que torturan a quien sorprende en su visión periférica.

Estadísticas frescas del Inegi en percepción de inseguridad indican un ligero descenso en la capital poblana, no mucho qué presumir, pero mientras la tendencia sea a la baja se agradece, estrellita pegada en la frente de Lourdes, aunque algunos misóginos se la arranquen para pegársela a otro varón.

Para la alcaldesa Claudia Rivera sus resultados le merecen sostenerla donde está valiéndole tres toneladas de cacahuates y cinco de rábano lo que opinen sus detractores políticos y no políticos.

–¡Esto es Esparta! –dijo antes de enviar al hoyo de un patadón a aquel que pidió la cabeza de Lourdes meses atrás. Y así se ha mantenido la activista con Lourdes a su derecha.

Uno de tantos por qués, el Congreso del Estado se apresta a iniciar procedimiento de revocación de mandato contra Claudia es ese. Su negativa a no ceder a caprichos y arrodillamientos.

¿Para qué sirve poseer poder? Claudia tiene en Lourdes Rosales el mejor ejemplo. A estas alturas queda claro que nadie la influye ni la despersonaliza, sus aciertos lo mismo que sus errores son de ella y a ella se le debe reclamar.

El 20 por ciento de la fuerza policial del país está constituida por mujeres, no todas con el alto rango de responsabilidad de Lourdes, pero sí en mayor número puede decirse que portan orgullosas el uniforme por mera vocación aunque también por necesidad económica. Son gente de trabajo, heroínas en tono azul.

A México le hacen falta más mujeres en cargos y acciones de seguridad. Amnistía Internacional, la ONU y ONGs expertas en la materia, a través de investigaciones sociológicas, aseguran que la seguridad pública y militar con supremacía de varones incrementa los delitos cometidos contra las mujeres civiles.

Los cometen a la hora de aprehenderlas, de arrestarlas durante protestas, en el trato que les dan en las cárceles, en sus derechos humanos y en las mismas instancias de impartición y administración de justicia.

Es falsa la idea de que los puestos de alto rango en seguridad y en la milicia son exclusivos de los hombres, la mujer es un contrapeso natural en asuntos de justicia y estrategia de género contra la delincuencia, y después del escándalo Cienfuegos hasta en la lucha contra la corrupción.

********

La rectora que vendrá del Palacio…

Nos dicen de por el rumbo de Palacio Nacional que Beatriz Gutiérrez jugará un papel relevante en la sucesión de la BUAP. Que será ella la garante de que a la Máxima Casa de Estudios del Estado nadie meta un Caballo de Troya.

La BUAP, por primera vez en su historia, se alista a estrenar mujer rectora, Lupita parece llamarse y arribará por prelación en caso de que Esparza salga antes de finalizar su mandato, o en elección normal si los tiempos se consumen acorde a sus planes.

*****

No estaría de más…

Granadas, municiones, armas y morteros son parte de la producción de la industria militar de La Célula, el regalo de 600 hectáreas del gobierno de Puebla se lo entregó en 2017 con espantasuegras y fanfarrias en propias manos del generalísimo Cienfuegos, ese año los bombos y platillos del estado se cubrieron de gloria y Peña Nieto decía que 5 minutos eran menos que 60 segundos.

El supuesto indica que lo producido ahí sirve para abastecer a la Sedena, la Marina, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, sin embargo, después de revelados los presuntos vínculos de Cienfuegos con cárteles mexicanos la suspicacia obligaría no sólo a auditar sino comunicar por las vías oficiales que ninguno de esos fierros, un solo cacharro pues, paró, ha parado o parará en manos criminales.

Tampoco está de más recordar que el director y general del complejo armamentístico, Sánchez León, fue puesto en el cargo por el hoy militar preso en Estados Unidos, apellidos que podrían iluminar en cualquier momento los reflectores gringos y no precisamente para bien del ejército, del gobierno de Puebla y los poblanos.

Lourdes Rosales tiene el semblante adusto, impasible y de pocos amigos que se necesita para ser lo que es y hacer lo que hace. Si su expresión facial fuera linda, tierna y dulce no le serviría a la seguridad pública. Para ser hay que parecer. Su arma personal son los ojos fríos y abismales que torturan a quien sorprende en su visión periférica.

Estadísticas frescas del Inegi en percepción de inseguridad indican un ligero descenso en la capital poblana, no mucho qué presumir, pero mientras la tendencia sea a la baja se agradece, estrellita pegada en la frente de Lourdes, aunque algunos misóginos se la arranquen para pegársela a otro varón.

Para la alcaldesa Claudia Rivera sus resultados le merecen sostenerla donde está valiéndole tres toneladas de cacahuates y cinco de rábano lo que opinen sus detractores políticos y no políticos.

–¡Esto es Esparta! –dijo antes de enviar al hoyo de un patadón a aquel que pidió la cabeza de Lourdes meses atrás. Y así se ha mantenido la activista con Lourdes a su derecha.

Uno de tantos por qués, el Congreso del Estado se apresta a iniciar procedimiento de revocación de mandato contra Claudia es ese. Su negativa a no ceder a caprichos y arrodillamientos.

¿Para qué sirve poseer poder? Claudia tiene en Lourdes Rosales el mejor ejemplo. A estas alturas queda claro que nadie la influye ni la despersonaliza, sus aciertos lo mismo que sus errores son de ella y a ella se le debe reclamar.

El 20 por ciento de la fuerza policial del país está constituida por mujeres, no todas con el alto rango de responsabilidad de Lourdes, pero sí en mayor número puede decirse que portan orgullosas el uniforme por mera vocación aunque también por necesidad económica. Son gente de trabajo, heroínas en tono azul.

A México le hacen falta más mujeres en cargos y acciones de seguridad. Amnistía Internacional, la ONU y ONGs expertas en la materia, a través de investigaciones sociológicas, aseguran que la seguridad pública y militar con supremacía de varones incrementa los delitos cometidos contra las mujeres civiles.

Los cometen a la hora de aprehenderlas, de arrestarlas durante protestas, en el trato que les dan en las cárceles, en sus derechos humanos y en las mismas instancias de impartición y administración de justicia.

Es falsa la idea de que los puestos de alto rango en seguridad y en la milicia son exclusivos de los hombres, la mujer es un contrapeso natural en asuntos de justicia y estrategia de género contra la delincuencia, y después del escándalo Cienfuegos hasta en la lucha contra la corrupción.

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La rectora que vendrá del Palacio…

Nos dicen de por el rumbo de Palacio Nacional que Beatriz Gutiérrez jugará un papel relevante en la sucesión de la BUAP. Que será ella la garante de que a la Máxima Casa de Estudios del Estado nadie meta un Caballo de Troya.

La BUAP, por primera vez en su historia, se alista a estrenar mujer rectora, Lupita parece llamarse y arribará por prelación en caso de que Esparza salga antes de finalizar su mandato, o en elección normal si los tiempos se consumen acorde a sus planes.

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No estaría de más…

Granadas, municiones, armas y morteros son parte de la producción de la industria militar de La Célula, el regalo de 600 hectáreas del gobierno de Puebla se lo entregó en 2017 con espantasuegras y fanfarrias en propias manos del generalísimo Cienfuegos, ese año los bombos y platillos del estado se cubrieron de gloria y Peña Nieto decía que 5 minutos eran menos que 60 segundos.

El supuesto indica que lo producido ahí sirve para abastecer a la Sedena, la Marina, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, sin embargo, después de revelados los presuntos vínculos de Cienfuegos con cárteles mexicanos la suspicacia obligaría no sólo a auditar sino comunicar por las vías oficiales que ninguno de esos fierros, un solo cacharro pues, paró, ha parado o parará en manos criminales.

Tampoco está de más recordar que el director y general del complejo armamentístico, Sánchez León, fue puesto en el cargo por el hoy militar preso en Estados Unidos, apellidos que podrían iluminar en cualquier momento los reflectores gringos y no precisamente para bien del ejército, del gobierno de Puebla y los poblanos.