/ sábado 26 de mayo de 2018

La religión en la historia

“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.” Así está asentado en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por lo que la religión se considera un derecho humano fundamental.

A lo largo de la historia muchos han dedicado su vida y hasta su muerte a sus creencias religiosas, y también han existido personas quienes han utilizado a la religión como estandarte para diversos fines, incluso para pasar por encima de los derechos humanos de otros.

También están los que han tomado símbolos religiosos y les han dado otro significado, tal es el caso de Hitler quien adoptó la esvástica, o también llamada cruz gamada como su emblema, convirtiéndola en uno de los símbolos más temidos del siglo XX al ser relacionada con la Alemania nazi.

Según la Enciclopedia del Holocausto la palabra “esvástica” proviene del sánscrito svastika, que significa “buena fortuna” o “bienestar” y el símbolo se usaba al menos 5 000 años antes de que la adoptara Hitler.

A fines del siglo XIX, el arqueólogo Heinrich Schliemann, quien descubrió la cruz en forma de gancho donde estaba la antigua Troya, la relacionó con formas similares halladas en piezas de cerámica en Alemania y su teoría fue que era un “importante símbolo religioso de nuestros antepasados remotos”.

Hitler conocía los milenarios significados de la esvástica como signo de fuerza y poder, atributos que quería para su partido, por lo que corrompió un símbolo tan venerado convirtiéndolo en una marca de opresión.

No es necesario ir tan lejos, para recordar que la religión fue factor clave en la Conquista de México, para muestra solo basta dar un paseo por Cholula y observar la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, la cual fue construida en 1594 en el basamento de la Gran Pirámide de Cholula, como una forma de imposición de una nueva religión pisoteando las creencias ancestrales de nuestros antepasados, algo muy común en la época de la evangelización.

Muchas guerras alrededor del mundo han sido en nombre de la religión, hay quienes afirman que la religión ha causado más muertes que cualquier otra institución humana y sin duda alguna muchos la han utilizado como una excusa para matar y en otros casos ha alentado a las personas perseguidas a derrocar a sus opresores.

Sin embargo, la religión también ha salvado muchas vidas. Por ejemplo, el cristianismo unificó la Europa medieval, sobre todo antes de la aparición del protestantismo y también cabe mencionar que mucha de la labor altruista que se realiza en el mundo se hace en nombre de alguna religión.

Según CONAPRED “las personas que no siguen la religión mayoritaria están expuestas a ser discriminados en sus creencias y prácticas, ya que son diferentes a las costumbres generalizadas. Y es que la religión no se reduce a una dimensión meramente espiritual o una actividad del pensamiento sino que se expresa en la forma de vida. Pensemos en los días sagrados y festivos, en el tipo de comida, en la ropa que se utiliza, en el arreglo personal y en otros aspectos cotidianos, del día a día, que están orientados por la religión.” Tan es así que en estos días de semana santa muchas actividades se ven influenciadas por la religión católica que es la predominante en nuestro país como resultado de la evangelización española que mencionaba anteriormente.

Concluyo con la frase de Jonathan Swift (1667-1745) Político y escritor irlandés "Tenemos bastante religión para odiarnos unos a otros, pero no la bastante para amarnos" y los invito a reflexionar sobre la importancia de lo que inculcamos a las futuras generaciones, y sea cual sea nuestra religión lo importante es respetar las creencias de otros y no transgredir los derechos de los demás.


monserrat.publicaciones@gmail.com


“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.” Así está asentado en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por lo que la religión se considera un derecho humano fundamental.

A lo largo de la historia muchos han dedicado su vida y hasta su muerte a sus creencias religiosas, y también han existido personas quienes han utilizado a la religión como estandarte para diversos fines, incluso para pasar por encima de los derechos humanos de otros.

También están los que han tomado símbolos religiosos y les han dado otro significado, tal es el caso de Hitler quien adoptó la esvástica, o también llamada cruz gamada como su emblema, convirtiéndola en uno de los símbolos más temidos del siglo XX al ser relacionada con la Alemania nazi.

Según la Enciclopedia del Holocausto la palabra “esvástica” proviene del sánscrito svastika, que significa “buena fortuna” o “bienestar” y el símbolo se usaba al menos 5 000 años antes de que la adoptara Hitler.

A fines del siglo XIX, el arqueólogo Heinrich Schliemann, quien descubrió la cruz en forma de gancho donde estaba la antigua Troya, la relacionó con formas similares halladas en piezas de cerámica en Alemania y su teoría fue que era un “importante símbolo religioso de nuestros antepasados remotos”.

Hitler conocía los milenarios significados de la esvástica como signo de fuerza y poder, atributos que quería para su partido, por lo que corrompió un símbolo tan venerado convirtiéndolo en una marca de opresión.

No es necesario ir tan lejos, para recordar que la religión fue factor clave en la Conquista de México, para muestra solo basta dar un paseo por Cholula y observar la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, la cual fue construida en 1594 en el basamento de la Gran Pirámide de Cholula, como una forma de imposición de una nueva religión pisoteando las creencias ancestrales de nuestros antepasados, algo muy común en la época de la evangelización.

Muchas guerras alrededor del mundo han sido en nombre de la religión, hay quienes afirman que la religión ha causado más muertes que cualquier otra institución humana y sin duda alguna muchos la han utilizado como una excusa para matar y en otros casos ha alentado a las personas perseguidas a derrocar a sus opresores.

Sin embargo, la religión también ha salvado muchas vidas. Por ejemplo, el cristianismo unificó la Europa medieval, sobre todo antes de la aparición del protestantismo y también cabe mencionar que mucha de la labor altruista que se realiza en el mundo se hace en nombre de alguna religión.

Según CONAPRED “las personas que no siguen la religión mayoritaria están expuestas a ser discriminados en sus creencias y prácticas, ya que son diferentes a las costumbres generalizadas. Y es que la religión no se reduce a una dimensión meramente espiritual o una actividad del pensamiento sino que se expresa en la forma de vida. Pensemos en los días sagrados y festivos, en el tipo de comida, en la ropa que se utiliza, en el arreglo personal y en otros aspectos cotidianos, del día a día, que están orientados por la religión.” Tan es así que en estos días de semana santa muchas actividades se ven influenciadas por la religión católica que es la predominante en nuestro país como resultado de la evangelización española que mencionaba anteriormente.

Concluyo con la frase de Jonathan Swift (1667-1745) Político y escritor irlandés "Tenemos bastante religión para odiarnos unos a otros, pero no la bastante para amarnos" y los invito a reflexionar sobre la importancia de lo que inculcamos a las futuras generaciones, y sea cual sea nuestra religión lo importante es respetar las creencias de otros y no transgredir los derechos de los demás.


monserrat.publicaciones@gmail.com