/ domingo 12 de enero de 2020

La Tercera Guerra Mundial; o, ¿nuevamente el coco bélico?

En la guerra no existe la victoria, sino distintos grados de derrotas

Paul Joseph Goebbels

Una vez más los Estados Unidos demuestra su prepotencia guerrerista a través de su presidente Donald Trump, quien dio la orden de asesinar al general Qasem Soleimani, líder de Quds, que es la fuerza élite de la Guardia Revolucionaria de Irán. El Quds es una estructura militar garante del sistema político, contrario a sistema capitalista de los Estados Unidos, mientras que éste apoya a los israelitas en detrimento de Irán. Esta es una lucha de años que hoy pone de manifiesto las alertas ante la conjetura de la Tercera Guerra Mundial; o, ¿nuevamente el coco bélico?

De acuerdo al investigador A. Cagliani, de la Facultad de Historia de Buenos Aires, que publica en De Re Militari, indica que: "En los últimos 5.000 años de historia, la humanidad solo estuvo 900 años en paz, en los cuales los hombres se preparaban para el conflicto siguiente. Más de 8.000 tratados de paz se han firmado en el transcurso de los últimos 35 siglos. Desde 1945 hasta finales del siglo XX se disputaron 140 guerras con 13.000.000 de muertos."

Sigue diciendo que: “Desde el año 1.000 d.c. hasta el 2.000 se calcula que las guerras han causado unos 148 millones de víctimas, casi las 2/3 partes durante las contiendas habidas en el siglo XX. Hasta la primera mitad de este siglo, se estima que 9 de cada 10 víctimas eran soldados; en la segunda mitad esta proporción varia hasta que, a finales del siglo XX, 9 de cada 10 víctimas en los conflictos armados son civiles.”

Así las cosas, las guerras no son acciones desconocidas en la historia de la humanidad. Y, aunque cada guerra ha tenido sus particularidades, en lo general han existido denominadores comunes como la lucha por el poder (militar, económico), el control social, el sometimiento de las mayorías y la conquista por la fuerza para el coloniaje físico e ideológico, con el fin primero que es mantener el poder sin importar los desastres que causan.

El poder, que es una forma de codicia, pretende vivir con todos los privilegios y confort que se pueda, incluso con excesos. Ese es el asunto sustancial de la guerra, tener todo lo que se pueda, aunque al final se pierda mucho.

Ninguna guerra es con el fin de ganar-ganar sino de imponerse uno sobre otro. En toda guerra hay daños colaterales donde se manifiesta la prepotencia de las fuerzas; pese que unos y otros se dicen ser los buenos, gritando que los otros son los malos.

Es el argumento permanente de los guerreristas. Se justifica aludiendo que es por la defensa y promoción de la paz contra los malos.

Después de la Segunda Guerra Mundial han sido cientos los conatos de guerra entre los más poderosos. Las alianzas son una constante en la búsqueda del interés. Así es porque nadie puede solo contra el mundo. Las alianzas son la estrategia económica-militar para mantener el poder. Sin embargo “siempre” surge el que impone a los demás y se rompe las alianzas.

El mundo ha estado polarizado -quizás- de toda la vida. El poderoso contra el débil. El grande que somete al pequeño. Y se hacen las alianzas entre débiles con fuertes buscando el apoyo. Esto sigue siendo así. Lo peor es que no va a cambiar hasta el fin de la existencia humana. Lo que dure.

Sin embargo, soy de los que cree que luego de Vietnam; las guerras del medio oriente, las guerras latinoamericanas, y las polarizaciones de “malos contra buenos”, todo lo que se ha anunciado son sólo formas de demostración de poder, pero ninguno de los poderosos es suficientemente absurdo para optar por una Tercera Guerra, porque nadie ganaría. Ya lo dijo el mismo Vladimir Putin. ¿Le suena?

En la guerra no existe la victoria, sino distintos grados de derrotas

Paul Joseph Goebbels

Una vez más los Estados Unidos demuestra su prepotencia guerrerista a través de su presidente Donald Trump, quien dio la orden de asesinar al general Qasem Soleimani, líder de Quds, que es la fuerza élite de la Guardia Revolucionaria de Irán. El Quds es una estructura militar garante del sistema político, contrario a sistema capitalista de los Estados Unidos, mientras que éste apoya a los israelitas en detrimento de Irán. Esta es una lucha de años que hoy pone de manifiesto las alertas ante la conjetura de la Tercera Guerra Mundial; o, ¿nuevamente el coco bélico?

De acuerdo al investigador A. Cagliani, de la Facultad de Historia de Buenos Aires, que publica en De Re Militari, indica que: "En los últimos 5.000 años de historia, la humanidad solo estuvo 900 años en paz, en los cuales los hombres se preparaban para el conflicto siguiente. Más de 8.000 tratados de paz se han firmado en el transcurso de los últimos 35 siglos. Desde 1945 hasta finales del siglo XX se disputaron 140 guerras con 13.000.000 de muertos."

Sigue diciendo que: “Desde el año 1.000 d.c. hasta el 2.000 se calcula que las guerras han causado unos 148 millones de víctimas, casi las 2/3 partes durante las contiendas habidas en el siglo XX. Hasta la primera mitad de este siglo, se estima que 9 de cada 10 víctimas eran soldados; en la segunda mitad esta proporción varia hasta que, a finales del siglo XX, 9 de cada 10 víctimas en los conflictos armados son civiles.”

Así las cosas, las guerras no son acciones desconocidas en la historia de la humanidad. Y, aunque cada guerra ha tenido sus particularidades, en lo general han existido denominadores comunes como la lucha por el poder (militar, económico), el control social, el sometimiento de las mayorías y la conquista por la fuerza para el coloniaje físico e ideológico, con el fin primero que es mantener el poder sin importar los desastres que causan.

El poder, que es una forma de codicia, pretende vivir con todos los privilegios y confort que se pueda, incluso con excesos. Ese es el asunto sustancial de la guerra, tener todo lo que se pueda, aunque al final se pierda mucho.

Ninguna guerra es con el fin de ganar-ganar sino de imponerse uno sobre otro. En toda guerra hay daños colaterales donde se manifiesta la prepotencia de las fuerzas; pese que unos y otros se dicen ser los buenos, gritando que los otros son los malos.

Es el argumento permanente de los guerreristas. Se justifica aludiendo que es por la defensa y promoción de la paz contra los malos.

Después de la Segunda Guerra Mundial han sido cientos los conatos de guerra entre los más poderosos. Las alianzas son una constante en la búsqueda del interés. Así es porque nadie puede solo contra el mundo. Las alianzas son la estrategia económica-militar para mantener el poder. Sin embargo “siempre” surge el que impone a los demás y se rompe las alianzas.

El mundo ha estado polarizado -quizás- de toda la vida. El poderoso contra el débil. El grande que somete al pequeño. Y se hacen las alianzas entre débiles con fuertes buscando el apoyo. Esto sigue siendo así. Lo peor es que no va a cambiar hasta el fin de la existencia humana. Lo que dure.

Sin embargo, soy de los que cree que luego de Vietnam; las guerras del medio oriente, las guerras latinoamericanas, y las polarizaciones de “malos contra buenos”, todo lo que se ha anunciado son sólo formas de demostración de poder, pero ninguno de los poderosos es suficientemente absurdo para optar por una Tercera Guerra, porque nadie ganaría. Ya lo dijo el mismo Vladimir Putin. ¿Le suena?