/ domingo 28 de junio de 2020

La violencia como otra pandemia

Los reportes y seguimiento a la contención de la pandemia provocada por el COVID-19 por un momento eclipsó la otra realidad, la violencia en México, que no se detuvo, siguió campante y rampante. Los focos regresaron al lugar después del atentado homicida que sufrió el secretario de seguridad de CdMx, Omar García Harfuch, en Polanco.

Casi se me había olvidado el nivel de violencia en el que nos habíamos quedado hasta marzo 23, al menos mi prioridad está en la limpieza y los cuidados para no infectarnos y la cantidad de información que diariamente recibí (y recibimos) a través de todos los medios disponibles, virtuales por supuesto.

Pues el cuento que no acaba está en los homicidios dolosos que se han producido por los cárteles que se disputan las plazas, sea para traficar droga o huachicol. La descomposición social que generan se puede apreciar con lo que hasta ahora conocemos del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG); secuestros, asesinatos, y quitar del camino a todo lo que se oponga a su “negocio”, armados hasta los dientes. Sólo ver el recuento de las armas decomisadas, resultado de la refriega.

El 20 de junio, en el poblado de San Isidro de Elguera, Celaya, y en al menos 14 municipios, en Guanajuato, tuvo que intervenir la Guardia Nacional y personal militar porque miembros del Cártel de Santa Rosa de Lima bloqueó calles, quemó vehículos, negocios y generó una debacle, como distractor por la detención de algunos de sus líderes. Detuvieron a 29, dos operadoras financieras del cártel -madre e hija de José Antonio Yépez “El Marro” líder del cártel-. Entre otros delitos, la organización se dedica al huachicol en la zona de la refinería de Salamanca.

Sólo unos días antes, el 17 de junio, el Juez Uriel Villegas y su esposa fueron asesinados en su casa, “porque llevaba casos de <personajes de la delincuencia organizada>”, a decir de la Secretaria de Gobernación Olga Sánchez. Así que, la violencia parece que no sufre pandemia, los contagios no son su problema, tener impunidad, sí. La lucha contra el narcotráfico que sumió al país en la espiral de violencia desde hace ya 15 años no tiene tregua, tan solo en marzo y abril de este año fueron asesinadas 6 mil 98 personas, 338 personas más que en el mismo periodo del año pasado. En 18 de los 32 estados los asesinatos repuntaron con todo y el confinamiento (Sistema Nacional de Seguridad Pública, SNSP).

Siguiendo los datos del NSP (animalpolitico.com, 21 de mayo, 2020), hay 30 ciudades en todo el país que concentran 1 de cada 3 de los homicidios y feminicidios registrados durante la emergencia de salud. “En 17 de esas ciudades hay incrementos hasta de cien por ciento en la violencia. Hay 30 ciudades que acumularon 1 mil 992 homicidios en marzo y abril, que equivale a casi la tercera parte de todos los asesinatos registrados en México en los primeros dos meses de pandemia. En 17 de estas ciudades los homicidios dolosos crecieron en comparación con el año pasado. La lista de las 30 ciudades la completan Guadalajara, San Pedro Tlaquepaque, Tlajomulco de Zúñiga, Zapopan y Tonalá en Jalisco; las alcaldías Iztapalapa y Gustavo A. Madero en Ciudad de México; los municipios de Solidaridad y Benito Juárez en Quintana Roo; las ciudades de Salamanca e Irapuato en Guanajuato.”

La Secretaría de Salud registra el 27 de junio 25,779 defunciones y 208,392 casos confirmados, pero tal parece que la pandemia del crimen organizado seguirá sumando decesos con la eficacia del covid-19, aunque hasta ahora tristemente no hay manera de que termine.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

Los reportes y seguimiento a la contención de la pandemia provocada por el COVID-19 por un momento eclipsó la otra realidad, la violencia en México, que no se detuvo, siguió campante y rampante. Los focos regresaron al lugar después del atentado homicida que sufrió el secretario de seguridad de CdMx, Omar García Harfuch, en Polanco.

Casi se me había olvidado el nivel de violencia en el que nos habíamos quedado hasta marzo 23, al menos mi prioridad está en la limpieza y los cuidados para no infectarnos y la cantidad de información que diariamente recibí (y recibimos) a través de todos los medios disponibles, virtuales por supuesto.

Pues el cuento que no acaba está en los homicidios dolosos que se han producido por los cárteles que se disputan las plazas, sea para traficar droga o huachicol. La descomposición social que generan se puede apreciar con lo que hasta ahora conocemos del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG); secuestros, asesinatos, y quitar del camino a todo lo que se oponga a su “negocio”, armados hasta los dientes. Sólo ver el recuento de las armas decomisadas, resultado de la refriega.

El 20 de junio, en el poblado de San Isidro de Elguera, Celaya, y en al menos 14 municipios, en Guanajuato, tuvo que intervenir la Guardia Nacional y personal militar porque miembros del Cártel de Santa Rosa de Lima bloqueó calles, quemó vehículos, negocios y generó una debacle, como distractor por la detención de algunos de sus líderes. Detuvieron a 29, dos operadoras financieras del cártel -madre e hija de José Antonio Yépez “El Marro” líder del cártel-. Entre otros delitos, la organización se dedica al huachicol en la zona de la refinería de Salamanca.

Sólo unos días antes, el 17 de junio, el Juez Uriel Villegas y su esposa fueron asesinados en su casa, “porque llevaba casos de <personajes de la delincuencia organizada>”, a decir de la Secretaria de Gobernación Olga Sánchez. Así que, la violencia parece que no sufre pandemia, los contagios no son su problema, tener impunidad, sí. La lucha contra el narcotráfico que sumió al país en la espiral de violencia desde hace ya 15 años no tiene tregua, tan solo en marzo y abril de este año fueron asesinadas 6 mil 98 personas, 338 personas más que en el mismo periodo del año pasado. En 18 de los 32 estados los asesinatos repuntaron con todo y el confinamiento (Sistema Nacional de Seguridad Pública, SNSP).

Siguiendo los datos del NSP (animalpolitico.com, 21 de mayo, 2020), hay 30 ciudades en todo el país que concentran 1 de cada 3 de los homicidios y feminicidios registrados durante la emergencia de salud. “En 17 de esas ciudades hay incrementos hasta de cien por ciento en la violencia. Hay 30 ciudades que acumularon 1 mil 992 homicidios en marzo y abril, que equivale a casi la tercera parte de todos los asesinatos registrados en México en los primeros dos meses de pandemia. En 17 de estas ciudades los homicidios dolosos crecieron en comparación con el año pasado. La lista de las 30 ciudades la completan Guadalajara, San Pedro Tlaquepaque, Tlajomulco de Zúñiga, Zapopan y Tonalá en Jalisco; las alcaldías Iztapalapa y Gustavo A. Madero en Ciudad de México; los municipios de Solidaridad y Benito Juárez en Quintana Roo; las ciudades de Salamanca e Irapuato en Guanajuato.”

La Secretaría de Salud registra el 27 de junio 25,779 defunciones y 208,392 casos confirmados, pero tal parece que la pandemia del crimen organizado seguirá sumando decesos con la eficacia del covid-19, aunque hasta ahora tristemente no hay manera de que termine.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com