/ jueves 27 de enero de 2022

Las enseñanzas de Douglas MacArthur para la juventud actual

No se llega a viejo por haber vivido cierto número de años. Uno llega a viejo porque ha abandonado su ideal. Los años arrugan la piel, renunciar al ideal arruga el alma.


Ante los problemas de depresión, falta de autoestima, irresponsabilidad, cobardía y falta de tolerancia que vive una parte de los jóvenes, bien podemos recurrir a figuras históricas que tuvieron un papel fundamental en momentos críticos. En el marco del natalicio de este general, mencionaremos algunas de sus hazañas y aspectos de su colosal personalidad.


Un 26 de enero de 1880 vio la luz del mundo un bebé que se convertiría en una leyenda, nacido en Arkansas, fue hijo de un héroe de la Guerra Civil y nieto de un jurista y político. El pequeño Douglas afirmó que aprendió a cabalgar y a disparar, antes que a leer y escribir, demostrando su vocación por la carrera de las armas, la cual concreto al asistir a la prestigiada academia de West Point, obteniendo altísimas notas que presagiaban un gran futuro.

Participó en diversas misiones, una en el Puerto de Veracruz; y en la Primera Guerra Mundial, en territorio francés, ya con grado de general brigadier.

La primera gran prueba fue el conservar un empleo entre el periodo de guerras del siglo XX, inclusive llegando a un retiro parcial, porque, al ocurrir el bombardeo de Pearl Harbor, fue llamado nuevamente al servicio activo como comandante de las fuerzas norteamericanas en el Lejano Oriente.

Ante la avasalladora fuerza de los japoneses, MacArthur tuvo que abandonar la isla de Leyte diciendo su frase mítica “Volveré”.

El general tuvo que organizar toda una estrategia para resistir primero, y luego avanzar sobre el país del sol naciente, cuyas fuerzas parecían invencibles hasta la batalla de Midway, en la que las cosas cambiaron de rumbo. Con gran liderazgo y soportando muchas adversidades, pudo ir conquistando ese espacio, isla por isla, a un costo enorme por la ferocidad y total sacrificio de los japoneses.

La invasión de Japón como isla hubiese representado una carnicería auténtica, así que el presidente Truman autorizó el primer y único uso de una bomba nuclear de la historia. El general fue responsable de reorganizar el gobierno japonés y de recibir la rendición a bordo del USS Missouri, con su típico uniforme de campaña y sus características gafas obscuras.

Criticado por prácticamente perdonarle la vida a Hiroito, fue el artífice de la geopolítica norteamericana en Asia-Pacífico, donde nuevamente tuvo que soportar la invasión de los chinos en Corea, país que fue dividido en dos, cuyas partes pertenecían a los sendos bloques de las flamantes superpotencias: EU y la URSS.

MacArthur se pronunció por utilizar armas nucleares e intimidar a los chinos y soviéticos, pero la mesura de Truman evitó que ese conflicto trascendiera y se volviese una Tercera Guerra Mundial.

Debido al odio manifiesto con el presidente, MacArthur fue relevado del mando, situación que causó un descontento nacional, por lo cual el general tuvo actividad política, al grado de que se le consideró serio aspirante a una candidatura presidencial. Todavía tuvo oportunidad de aconsejar a Kennedy en el sentido de no intervenir en Vietnam y murió en 1964, accediendo a un funeral de estado.

Lo notable de su vida fue su gran disciplina en el estudio y dedicación para hacer las cosas, pero sobre todo, el saber levantarse de situaciones sumamente comprometidas que pusieron en riesgo su vida y la estabilidad de su nación. Dotado de una gran masculinidad e inteligencia, supo tomar la batuta en momentos determinantes, seguro de sí mismo y aplicando un gran liderazgo y responsabilidad. Fuerte en sus declaraciones, no tuvo reparo en decir lo que pensaba y criticar duramente a quien fuera.

Respecto al contexto actual, hay que decir que en la red se encuentran muchas frases repudiando el paso de los años, lo duro de una resaca o una limitación por ilusionarse por un nuevo proyecto o amor. En el marco del natalicio de nuestro personaje de hoy, cabe mencionar el epígrafe mencionado al inicio de esta editorial. En este sentido e infortunadamente tenemos muchos veinteañeros o treinañeros que auténticamente son unos ancianos, alejados de los verdaderos activismos, llenos de rencores, sin hambre de triunfo y esclavizados por las redes sociales, por lo que bien vale la pena recordar la vida este personaje digno de reconocimiento internacional. Hasta la próxima.


Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

No se llega a viejo por haber vivido cierto número de años. Uno llega a viejo porque ha abandonado su ideal. Los años arrugan la piel, renunciar al ideal arruga el alma.


Ante los problemas de depresión, falta de autoestima, irresponsabilidad, cobardía y falta de tolerancia que vive una parte de los jóvenes, bien podemos recurrir a figuras históricas que tuvieron un papel fundamental en momentos críticos. En el marco del natalicio de este general, mencionaremos algunas de sus hazañas y aspectos de su colosal personalidad.


Un 26 de enero de 1880 vio la luz del mundo un bebé que se convertiría en una leyenda, nacido en Arkansas, fue hijo de un héroe de la Guerra Civil y nieto de un jurista y político. El pequeño Douglas afirmó que aprendió a cabalgar y a disparar, antes que a leer y escribir, demostrando su vocación por la carrera de las armas, la cual concreto al asistir a la prestigiada academia de West Point, obteniendo altísimas notas que presagiaban un gran futuro.

Participó en diversas misiones, una en el Puerto de Veracruz; y en la Primera Guerra Mundial, en territorio francés, ya con grado de general brigadier.

La primera gran prueba fue el conservar un empleo entre el periodo de guerras del siglo XX, inclusive llegando a un retiro parcial, porque, al ocurrir el bombardeo de Pearl Harbor, fue llamado nuevamente al servicio activo como comandante de las fuerzas norteamericanas en el Lejano Oriente.

Ante la avasalladora fuerza de los japoneses, MacArthur tuvo que abandonar la isla de Leyte diciendo su frase mítica “Volveré”.

El general tuvo que organizar toda una estrategia para resistir primero, y luego avanzar sobre el país del sol naciente, cuyas fuerzas parecían invencibles hasta la batalla de Midway, en la que las cosas cambiaron de rumbo. Con gran liderazgo y soportando muchas adversidades, pudo ir conquistando ese espacio, isla por isla, a un costo enorme por la ferocidad y total sacrificio de los japoneses.

La invasión de Japón como isla hubiese representado una carnicería auténtica, así que el presidente Truman autorizó el primer y único uso de una bomba nuclear de la historia. El general fue responsable de reorganizar el gobierno japonés y de recibir la rendición a bordo del USS Missouri, con su típico uniforme de campaña y sus características gafas obscuras.

Criticado por prácticamente perdonarle la vida a Hiroito, fue el artífice de la geopolítica norteamericana en Asia-Pacífico, donde nuevamente tuvo que soportar la invasión de los chinos en Corea, país que fue dividido en dos, cuyas partes pertenecían a los sendos bloques de las flamantes superpotencias: EU y la URSS.

MacArthur se pronunció por utilizar armas nucleares e intimidar a los chinos y soviéticos, pero la mesura de Truman evitó que ese conflicto trascendiera y se volviese una Tercera Guerra Mundial.

Debido al odio manifiesto con el presidente, MacArthur fue relevado del mando, situación que causó un descontento nacional, por lo cual el general tuvo actividad política, al grado de que se le consideró serio aspirante a una candidatura presidencial. Todavía tuvo oportunidad de aconsejar a Kennedy en el sentido de no intervenir en Vietnam y murió en 1964, accediendo a un funeral de estado.

Lo notable de su vida fue su gran disciplina en el estudio y dedicación para hacer las cosas, pero sobre todo, el saber levantarse de situaciones sumamente comprometidas que pusieron en riesgo su vida y la estabilidad de su nación. Dotado de una gran masculinidad e inteligencia, supo tomar la batuta en momentos determinantes, seguro de sí mismo y aplicando un gran liderazgo y responsabilidad. Fuerte en sus declaraciones, no tuvo reparo en decir lo que pensaba y criticar duramente a quien fuera.

Respecto al contexto actual, hay que decir que en la red se encuentran muchas frases repudiando el paso de los años, lo duro de una resaca o una limitación por ilusionarse por un nuevo proyecto o amor. En el marco del natalicio de nuestro personaje de hoy, cabe mencionar el epígrafe mencionado al inicio de esta editorial. En este sentido e infortunadamente tenemos muchos veinteañeros o treinañeros que auténticamente son unos ancianos, alejados de los verdaderos activismos, llenos de rencores, sin hambre de triunfo y esclavizados por las redes sociales, por lo que bien vale la pena recordar la vida este personaje digno de reconocimiento internacional. Hasta la próxima.


Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.