La pandemia del COVID-19 ha impactado a toda la humanidad, evidenciado en la mayoría de países, la desigualdad que vivimos y puso al descubierto en los sistemas de salud, los aciertos y fracasos en su manejo. El sector más afectado es el de la educación; puesto que millones de niñas y niños se vieron obligados a abandonar las aulas y a convertir su hogar en escuela.
La ONU y el Banco Mundial estiman que el 94% de los estudiantes a nivel mundial dejaron las aulas, es decir, prácticamente 700 millones de estudiantes realizan sus estudios desde casa. Banco mundial considera que los estudiantes mexicanos perderán los aprendizajes equivalentes a 1.8 grados escolares.
En México, este cambio acentúo la desigualdad y el rezago educativo que existía aún antes de la pandemia, acontecimiento, que provoco una alta deserción, cercana al millón de estudiantes, debido a las carencias económicas decidieron abandonar las aulas, al tiempo de generar un preocupante rezago educativo.
Si consideramos que previo a la pandemia, ya existían en nuestro país más de 30.8 millones de personas en condición de rezago educativo, de acuerdo a datos del INEGI en 2016. Es decir, que de los 89.7 millones de personas de 15 años o más en nuestro país el 34.4% se encuentra en una situación de rezago educativo.
Se considera que para que existan condiciones de rezago educativo, se debe de cumplir alguno de los siguientes criterios:
Tener de tres a quince años, no contar con la educación básica obligatoria y no asistir a un centro de educación formal.
Nacer antes de 1982 y no contar con la primaria completa.
Nacer a partir de 1982 y no contar la secundaria completa
Situación por demás preocupante, Aunada a que la pandemia del COVID-19 dejó prácticamente un rezago de dos años educativos a casi 10 millones de estudiantes, debido al cierre de todas las escuelas en el país.
Por su parte, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Señala que si bien previo a la pandemia, los mexicanos alcanzaban los 8.8 años de escolaridad equivalentes a secundaria completa, y debido a las clases virtuales y la deserción escolar podrían hacer que el indicador disminuya 1.8 años, es decir, hasta el primer año de secundaria, de acuerdo a un informe de la organización, sustentado en datos del Banco Mundial.
El IMCO considera en sus métricas que, al menos 10 millones de niñas, niños y jóvenes enfrentan un riesgo alto-medio de tener rezagos educativos que los pondría en desventaja al momento de entrar al campo laboral.
Para disminuir este impacto, el IMCO propone generar una estrategia, donde lo primero que debe efectuarse, es un diagnóstico, el cual refleje el nivel de aprendizaje de los estudiantes, para generar información que sirva para planear la estrategia de recuperación educativa y el desarrollo de programas de nivelación educativa.
Para el nuevo ciclo escolar, la secretaria de educación destacó que sería mediante un modelo híbrido, sin embargo, una gran cantidad de padres de familia señaló que eran presionados por parte de las autoridades educativas para que el retorno fuera presencial; casi un millón de docentes recibieron a más de once millones de estudiantes que regresaron a sus aulas en 119 mil escuelas.
Las imágenes en la mañanera de Palacio Nacional mostraron escuelas limpias, cumpliendo con sana distancia y ventilación; lo cierto es que algunos maestros recibieron a sus alumnos en salones sucios, pues muchos planteles no habían abierto en más de un año y no cuentan con la ventilación adecuada. Aunque la asistencia de alumnos fue menor, la matricula en cada grupo es alta y las aulas pequeñas. Corresponderá en consecuencia a cada director de escuela ser flexible en las medidas y sobre todo priorizar la salud de estudiantes y profesores.
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