/ viernes 27 de abril de 2018

Las medias verdades de los lamentos en el PRI

Las acusaciones de Humberto Aguilar Viveros contra la dirigencia nacional del PRI le cayeron exactas a su compañero de partido, Juan Manuel Vega Rayet.

Aguilar Viveros, candidato a diputado federal por el distrito 7, con cabecera en Tepeaca, puso en duda las presuntas intenciones de su dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, por ganar el estado de Puebla en la ya arrancada contienda electoral.

Como hombre inteligente que es, porque no es ningún “pendejo”, como él mismo aclaró, usando, literal, ese adjetivo, ha visto suficientes elementos de prueba para creer en la existencia de un pacto político, celebrado entre los jerarcas del priismo y Rafael Moreno Valle, para acomodar los resultados electorales a gusto y conveniencia del ex gobernador.

Eso dijo Aguilar Viveros ayer en una conferencia de prensa.

Salió a reprochar el abandono del Comité Ejecutivo Nacional a los candidatos a diputados federales del tricolor.

Tres semanas antes, el mismo aspirante a legislador hizo un reclamo muy parecido frente a la secretaria general del CEN, Claudia Ruiz Massieu, en Tepeaca.

El priista se quejó de los colaboradores del presidente Enrique Peña Nieto, quienes, pese a los agravios de Moreno Valle contra el PRI, usaron cada una de las visitas oficiales a Puebla, desde que arrancó el sexenio en diciembre de 2012, para elogiar las administraciones del grupo en el poder, pero principalmente la del ex mandatario.

“¿Es acaso que los priistas poblanos no merecemos respeto?”, preguntó esa vez el ex delegado de la Comisión Nacional Forestal, con Ruiz Massieu a dos metros de distancia.

La de Aguilar Viveros ha sido una postura más o menos congruente.

Dibuja un escenario real en el que los aspirantes priistas siguen a la espera del dinero del CEN para meterse de lleno en sus campañas.

Lo que parece olvidar es que el recurso llegará como lo marca el código electoral, de acuerdo a las prerrogativas; que él debió buscar financiamiento privado por su cuenta y que en su momento le advirtieron, como al resto de los aspirantes tricolores, que “papá gobierno” no resolvería todas sus necesidades económicas.

El punto es que las expresiones de inconformidad hechas públicas por este candidato han servido de pretexto para Vega Rayet, abanderado a diputado federal por el distrito 13, con cabecera en Atlixco.

El ahijado de Juan Carlos Lastiri Quirós soltó ayer mismo entre sus colaboradores la versión de que se prepara para renunciar a la candidatura, como consecuencia, subrayó, del escaso apoyo que ha recibido para competir en condiciones, digamos, equitativas.

Eso suena a una contundente verdad en el contexto ya descrito, en un escenario de estrechísima relación –nutrida de un sinfín de complicidades—de Moreno Valle con Peña Nieto y todos sus colaboradores, entre ellos, por supuesto, el ex secretario José Antonio Meade Kuribreña.

Pero con Vega Rayet hay que hacer un alto para encontrar el auténtico motivo de la huida.

El ex delegado de la Secretaría de Desarrollo Social y protegido de Lastiri, a su vez protegido de Miguel Ángel Osorio Chong y Rosario Robles Berlanga, que no debe sufrir por falta de recursos en el cajón de su casa de campaña, se sabe en tercer lugar de las preferencias electorales y considera imposible remontar en dos meses para conseguir la victoria.

Gracias al “bendito” efecto López Obrador, Héctor Jiménez y Meneses, de Morena, es quien tiene hoy por hoy más posibilidades de hacerse con la diputación federal en ese distrito.

Le sigue el panista Salvador Escobedo Zoletto.

Contra el compromiso que el candidato a senador en primera fórmula, Juan Carlos Lastiri, hizo ante los dirigentes del partido, que Vega Rayet obtendría el triunfo sin problemas, las condiciones se han vuelto negativas para el ex delegado, que ahora mira en las palabras de Humberto Aguilar el mejor pretexto para tirar la toalla y saltar del cuadrilátero.

¿Apoco hasta apenas se ha dado cuenta de las complicidades de su partido y el Presidente con el ex gobernador Moreno Valle?

¿En qué estado de la República Mexicana ha vivido los últimos seis años?

Si ya olvidó el pasado, que recurra a Lastiri, seguro le dará datos sorprendentes.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Las acusaciones de Humberto Aguilar Viveros contra la dirigencia nacional del PRI le cayeron exactas a su compañero de partido, Juan Manuel Vega Rayet.

Aguilar Viveros, candidato a diputado federal por el distrito 7, con cabecera en Tepeaca, puso en duda las presuntas intenciones de su dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, por ganar el estado de Puebla en la ya arrancada contienda electoral.

Como hombre inteligente que es, porque no es ningún “pendejo”, como él mismo aclaró, usando, literal, ese adjetivo, ha visto suficientes elementos de prueba para creer en la existencia de un pacto político, celebrado entre los jerarcas del priismo y Rafael Moreno Valle, para acomodar los resultados electorales a gusto y conveniencia del ex gobernador.

Eso dijo Aguilar Viveros ayer en una conferencia de prensa.

Salió a reprochar el abandono del Comité Ejecutivo Nacional a los candidatos a diputados federales del tricolor.

Tres semanas antes, el mismo aspirante a legislador hizo un reclamo muy parecido frente a la secretaria general del CEN, Claudia Ruiz Massieu, en Tepeaca.

El priista se quejó de los colaboradores del presidente Enrique Peña Nieto, quienes, pese a los agravios de Moreno Valle contra el PRI, usaron cada una de las visitas oficiales a Puebla, desde que arrancó el sexenio en diciembre de 2012, para elogiar las administraciones del grupo en el poder, pero principalmente la del ex mandatario.

“¿Es acaso que los priistas poblanos no merecemos respeto?”, preguntó esa vez el ex delegado de la Comisión Nacional Forestal, con Ruiz Massieu a dos metros de distancia.

La de Aguilar Viveros ha sido una postura más o menos congruente.

Dibuja un escenario real en el que los aspirantes priistas siguen a la espera del dinero del CEN para meterse de lleno en sus campañas.

Lo que parece olvidar es que el recurso llegará como lo marca el código electoral, de acuerdo a las prerrogativas; que él debió buscar financiamiento privado por su cuenta y que en su momento le advirtieron, como al resto de los aspirantes tricolores, que “papá gobierno” no resolvería todas sus necesidades económicas.

El punto es que las expresiones de inconformidad hechas públicas por este candidato han servido de pretexto para Vega Rayet, abanderado a diputado federal por el distrito 13, con cabecera en Atlixco.

El ahijado de Juan Carlos Lastiri Quirós soltó ayer mismo entre sus colaboradores la versión de que se prepara para renunciar a la candidatura, como consecuencia, subrayó, del escaso apoyo que ha recibido para competir en condiciones, digamos, equitativas.

Eso suena a una contundente verdad en el contexto ya descrito, en un escenario de estrechísima relación –nutrida de un sinfín de complicidades—de Moreno Valle con Peña Nieto y todos sus colaboradores, entre ellos, por supuesto, el ex secretario José Antonio Meade Kuribreña.

Pero con Vega Rayet hay que hacer un alto para encontrar el auténtico motivo de la huida.

El ex delegado de la Secretaría de Desarrollo Social y protegido de Lastiri, a su vez protegido de Miguel Ángel Osorio Chong y Rosario Robles Berlanga, que no debe sufrir por falta de recursos en el cajón de su casa de campaña, se sabe en tercer lugar de las preferencias electorales y considera imposible remontar en dos meses para conseguir la victoria.

Gracias al “bendito” efecto López Obrador, Héctor Jiménez y Meneses, de Morena, es quien tiene hoy por hoy más posibilidades de hacerse con la diputación federal en ese distrito.

Le sigue el panista Salvador Escobedo Zoletto.

Contra el compromiso que el candidato a senador en primera fórmula, Juan Carlos Lastiri, hizo ante los dirigentes del partido, que Vega Rayet obtendría el triunfo sin problemas, las condiciones se han vuelto negativas para el ex delegado, que ahora mira en las palabras de Humberto Aguilar el mejor pretexto para tirar la toalla y saltar del cuadrilátero.

¿Apoco hasta apenas se ha dado cuenta de las complicidades de su partido y el Presidente con el ex gobernador Moreno Valle?

¿En qué estado de la República Mexicana ha vivido los últimos seis años?

Si ya olvidó el pasado, que recurra a Lastiri, seguro le dará datos sorprendentes.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx