/ domingo 2 de agosto de 2020

Lecciones del Covid-19

El filósofo Byung-Chul Han escribió en su primera obra “La sociedad del cansancio”, críticas al capitalismo tardío, al consumo, a la vida acelerada y afectada por los virus neurológicos porque, decía en la obra de 2012, en el siglo XXI iniciaba la era inmunológica, los virus que atacaron al siglo XIX y XX estaban controlados unos y erradicados otros. Bueno, el COVID-19 nos tomó por sorpresa a todos. Sin embargo, un ambiente tan contaminado psicológica y neuronalmente fue propicio para que llegara este nuevo virus pandémico que busca al huésped idóneo, porque es selectivo.

Ni bacterias ni virus, depresión, suicidio, bulimia, anorexia, atención dispersa con hiperactividad (tdah), el trastorno límite de la personalidad (tlp), el síndrome de desgaste ocupacional (sdo), la impudicia que llega a límites inimaginables en la pornografía, esta era la patología que señalaba la crítica del filósofo, originario de Corea del Sur. Yo agregaría a la corrupción, en todas sus presentaciones, y que a partir del padre de los virus, nuestro aprendizaje está iniciando casi de cero o más bien, desde la muerte y la supervivencia.

El caso Odebrech nos da cuenta de los alcances de la corrupción desde las cúpulas del poder, con pillos de cuello blanco. Esa corrupción que hizo ricos a unos cuantos, rodeados de impunidad y de una vida escandalosa, de esas que apestan, como la de Jeffry Epstein cuya fortuna es de origen dudoso, aunque claramente sucio dada la red de explotación sexual a menores de edad; bueno, en México tenemos también una red de pederastia y pornografía infantil con Kamel Nacif, Mario Marin y Succar Kuri, señalada y denunciada por Lidia Cacho en 2003. La corrupción que siempre tiene efectos secundarios y daños colaterales.

Después de leer a Byung-Chul Han , el panorama era sombrío, casi que caí en depresión , pero la llegada del COVID-19 obliga a la limpieza profunda de todos los sistemas. O cómo se puede explicar que contra viento y marea el esfuerzo de los pequeños, micro empresarios y el resto de la población sobrevivimos, no obstante la corrupción que invade como cáncer la vida nacional en todas sus esferas.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) publicó los infomes de Pobreza y Evaluación 2020 para todos los estados del país. El lado amargo de los resultados del monitoreo de 2011 a 2019, con sus antecedentes desde 2008 (al menos para Puebla), devela la pobreza en la que la población se sumergió, y por supuesto que no fue gratis, el fantasma de la corrupción muestra así su sello.

Las necesidades básicas no tienen ideología, todos requerimos comer para vivir, tener un techo, vestir, incluso acceder a la educación y a los servicios de salud aunque no sea pública. Así que, en el sistema democrático que vivimos toca a los gobiernos asistir esas necesidades y generar las condiciones para que la vida del ciudadano logre bienestar, el mínimo al menos; el juego de los partidos, entonces, se remite a la competencia por los ofrecimientos para lograr esos estadios y competir para llegar al poder a implementar sus estrategias de gobierno. Al menos era la lógica hasta que nos inundó la pandemia, además de la corrupción que veníamos arrastrando. Ahora, además de las necesidades básicas señaladas, la aplicación de la justica para erradicar a la impunidad es el ítem que tendrían que esgrimir en las próximas campañas, aunque hay muchos políticosde todos los colores , impresentables, cuyos mensajes de todas maneras van a sonar huecos. Veremos.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

El filósofo Byung-Chul Han escribió en su primera obra “La sociedad del cansancio”, críticas al capitalismo tardío, al consumo, a la vida acelerada y afectada por los virus neurológicos porque, decía en la obra de 2012, en el siglo XXI iniciaba la era inmunológica, los virus que atacaron al siglo XIX y XX estaban controlados unos y erradicados otros. Bueno, el COVID-19 nos tomó por sorpresa a todos. Sin embargo, un ambiente tan contaminado psicológica y neuronalmente fue propicio para que llegara este nuevo virus pandémico que busca al huésped idóneo, porque es selectivo.

Ni bacterias ni virus, depresión, suicidio, bulimia, anorexia, atención dispersa con hiperactividad (tdah), el trastorno límite de la personalidad (tlp), el síndrome de desgaste ocupacional (sdo), la impudicia que llega a límites inimaginables en la pornografía, esta era la patología que señalaba la crítica del filósofo, originario de Corea del Sur. Yo agregaría a la corrupción, en todas sus presentaciones, y que a partir del padre de los virus, nuestro aprendizaje está iniciando casi de cero o más bien, desde la muerte y la supervivencia.

El caso Odebrech nos da cuenta de los alcances de la corrupción desde las cúpulas del poder, con pillos de cuello blanco. Esa corrupción que hizo ricos a unos cuantos, rodeados de impunidad y de una vida escandalosa, de esas que apestan, como la de Jeffry Epstein cuya fortuna es de origen dudoso, aunque claramente sucio dada la red de explotación sexual a menores de edad; bueno, en México tenemos también una red de pederastia y pornografía infantil con Kamel Nacif, Mario Marin y Succar Kuri, señalada y denunciada por Lidia Cacho en 2003. La corrupción que siempre tiene efectos secundarios y daños colaterales.

Después de leer a Byung-Chul Han , el panorama era sombrío, casi que caí en depresión , pero la llegada del COVID-19 obliga a la limpieza profunda de todos los sistemas. O cómo se puede explicar que contra viento y marea el esfuerzo de los pequeños, micro empresarios y el resto de la población sobrevivimos, no obstante la corrupción que invade como cáncer la vida nacional en todas sus esferas.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) publicó los infomes de Pobreza y Evaluación 2020 para todos los estados del país. El lado amargo de los resultados del monitoreo de 2011 a 2019, con sus antecedentes desde 2008 (al menos para Puebla), devela la pobreza en la que la población se sumergió, y por supuesto que no fue gratis, el fantasma de la corrupción muestra así su sello.

Las necesidades básicas no tienen ideología, todos requerimos comer para vivir, tener un techo, vestir, incluso acceder a la educación y a los servicios de salud aunque no sea pública. Así que, en el sistema democrático que vivimos toca a los gobiernos asistir esas necesidades y generar las condiciones para que la vida del ciudadano logre bienestar, el mínimo al menos; el juego de los partidos, entonces, se remite a la competencia por los ofrecimientos para lograr esos estadios y competir para llegar al poder a implementar sus estrategias de gobierno. Al menos era la lógica hasta que nos inundó la pandemia, además de la corrupción que veníamos arrastrando. Ahora, además de las necesidades básicas señaladas, la aplicación de la justica para erradicar a la impunidad es el ítem que tendrían que esgrimir en las próximas campañas, aunque hay muchos políticosde todos los colores , impresentables, cuyos mensajes de todas maneras van a sonar huecos. Veremos.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com