/ domingo 20 de marzo de 2022

Libros, letras y más | El poder de la palabra

Uno de los retos que tenemos como sociedad, es la capacidad de mejorar nuestra comunicación, tanto verbal como escrita, de forma que podamos ser más asertivos.

En esta oportunidad, quiero destacar la importancia que tienen las palabras, el mensaje que se quiere transmitir y la relevancia de mejorar el uso del lenguaje en todos los ámbitos de nuestra vida.

Para ello, recupero lo que señala la escritora Espido Freire, ganadora del premio Planeta, respecto a que la palabra solamente tiene sentido cuando hay alguien para recogerla y para escucharla, el conocimiento solamente cobra un peso si se comparte.

Asimismo, hace mención que, en las redes sociales encontramos cosas muy interesantes desde el punto de vista artístico y creativo. A veces, se identifican contenidos interesantes, no obstante, gran parte de lo que encontramos tiene que ver con una proyección del ego. Tiene que ver con la manifestación de una personalidad que muchas veces ni siquiera está formada.

La escritora plantea que, para escribir se necesitan muchas cualidades y ellas no son innatas. Tiene que ver, por ejemplo, con la observación; con la capacidad de memorizar o de asociar otros textos que hayamos leído; con una cierta sensibilidad también para las emociones, también con el oído para los diálogos. De igual forma, con una cierta gracia o un cierto ingenio a la hora de presentar situaciones y nada de eso es innato. Hay gente que tiene una facilidad mayor o menor, no obstante, se puede potenciar.

Freire puntualiza que, estamos en un mundo enormemente audiovisual y eso conlleva una serie de ventajas innegables. Sin embargo, también hemos perdido, en muchas ocasiones, la capacidad de retórica. Hablamos con palabras vacías o hablamos con palabras baúl que se cargan de significado a través de lo emocional, a través del gesto, hasta el punto de que muchas veces, en redes sociales, la ironía o los dobles matices tienen que estar explicados en un segundo tuit, en un segundo mensaje o a través de emoticonos. La riqueza, por ejemplo, léxica, muchas veces ha caído en desuso a favor de una mayor expresividad. Es lo que nos ha tocado. No es ni mejor ni peor, es el signo de los tiempos que tenemos.

De igual forma, hace referencia a que, a escribir se aprende escribiendo, pero, sobre todo, se aprende pensando y leyendo. Porque todos tenemos, al menos, una historia interesante que contar en algún momento de nuestra vida y muchos queremos contarla.

Para la escritora, la palabra es el vehículo del pensamiento y la emoción. Es la herramienta con la que transformamos ideas, con la que seducimos y con la que persuadimos, con la que convencemos y con la que a veces rectificamos. Es una herramienta de bálsamo y de consuelo y también puede ser un arma que destruya a quien tenemos enfrente; nos sirve para construir no solamente texto, sino también realidades.

Finalmente, enfatiza que la palabra nos permite ordenar qué es lo que estamos sintiendo y compartirlo con los demás. Asimismo, facilita en muchas ocasiones, entender al otro de una manera que el gesto o la mirada nos había hecho que malinterpretáramos; aclara confusiones anteriores y sella, en ocasiones, enemistades muy antiguas. La palabra tiene un peso que muchas veces despreciamos, pero que todos entendemos.

Y tú, ¿qué más nos puedes comentar sobre el poder de la palabra? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí. Con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como señaló la poetisa estadounidense Emily Dickinson: “No sé nada en el mundo que tenga tanto poder como una palabra. A veces escribo una, y la miro hasta que comienza a brillar.”

Facebook: David Villanueva Lomelí

www.davidvillanueva.mx


Uno de los retos que tenemos como sociedad, es la capacidad de mejorar nuestra comunicación, tanto verbal como escrita, de forma que podamos ser más asertivos.

En esta oportunidad, quiero destacar la importancia que tienen las palabras, el mensaje que se quiere transmitir y la relevancia de mejorar el uso del lenguaje en todos los ámbitos de nuestra vida.

Para ello, recupero lo que señala la escritora Espido Freire, ganadora del premio Planeta, respecto a que la palabra solamente tiene sentido cuando hay alguien para recogerla y para escucharla, el conocimiento solamente cobra un peso si se comparte.

Asimismo, hace mención que, en las redes sociales encontramos cosas muy interesantes desde el punto de vista artístico y creativo. A veces, se identifican contenidos interesantes, no obstante, gran parte de lo que encontramos tiene que ver con una proyección del ego. Tiene que ver con la manifestación de una personalidad que muchas veces ni siquiera está formada.

La escritora plantea que, para escribir se necesitan muchas cualidades y ellas no son innatas. Tiene que ver, por ejemplo, con la observación; con la capacidad de memorizar o de asociar otros textos que hayamos leído; con una cierta sensibilidad también para las emociones, también con el oído para los diálogos. De igual forma, con una cierta gracia o un cierto ingenio a la hora de presentar situaciones y nada de eso es innato. Hay gente que tiene una facilidad mayor o menor, no obstante, se puede potenciar.

Freire puntualiza que, estamos en un mundo enormemente audiovisual y eso conlleva una serie de ventajas innegables. Sin embargo, también hemos perdido, en muchas ocasiones, la capacidad de retórica. Hablamos con palabras vacías o hablamos con palabras baúl que se cargan de significado a través de lo emocional, a través del gesto, hasta el punto de que muchas veces, en redes sociales, la ironía o los dobles matices tienen que estar explicados en un segundo tuit, en un segundo mensaje o a través de emoticonos. La riqueza, por ejemplo, léxica, muchas veces ha caído en desuso a favor de una mayor expresividad. Es lo que nos ha tocado. No es ni mejor ni peor, es el signo de los tiempos que tenemos.

De igual forma, hace referencia a que, a escribir se aprende escribiendo, pero, sobre todo, se aprende pensando y leyendo. Porque todos tenemos, al menos, una historia interesante que contar en algún momento de nuestra vida y muchos queremos contarla.

Para la escritora, la palabra es el vehículo del pensamiento y la emoción. Es la herramienta con la que transformamos ideas, con la que seducimos y con la que persuadimos, con la que convencemos y con la que a veces rectificamos. Es una herramienta de bálsamo y de consuelo y también puede ser un arma que destruya a quien tenemos enfrente; nos sirve para construir no solamente texto, sino también realidades.

Finalmente, enfatiza que la palabra nos permite ordenar qué es lo que estamos sintiendo y compartirlo con los demás. Asimismo, facilita en muchas ocasiones, entender al otro de una manera que el gesto o la mirada nos había hecho que malinterpretáramos; aclara confusiones anteriores y sella, en ocasiones, enemistades muy antiguas. La palabra tiene un peso que muchas veces despreciamos, pero que todos entendemos.

Y tú, ¿qué más nos puedes comentar sobre el poder de la palabra? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí. Con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como señaló la poetisa estadounidense Emily Dickinson: “No sé nada en el mundo que tenga tanto poder como una palabra. A veces escribo una, y la miro hasta que comienza a brillar.”

Facebook: David Villanueva Lomelí

www.davidvillanueva.mx