Una de las características que tiene que desarrollar un líder efectivo es la capacidad de ser congruente con lo que piensa, dice y actúa, lo cual favorece a que el liderazgo tienda a ser transparente.
Cuando un líder tiene esta característica fortalece la confianza entre los miembros de un equipo, así como su motivación, mediante la creación y promoción de mecanismos que faciliten rendir cuentas. Además, favorece el diálogo con actores externos, en un marco de credibilidad y legitimidad de su desempeño.
Si bien, tradicionalmente se ha asociado la transparencia y la rendición de cuentas en el ámbito gubernamental principalmente, existen autores que consideran que ese tipo de prácticas no son ejercicios supeditados al Estado, ni exclusivo de un solo líder; sino que es deseable que sean incorporadas a cualquier tipo de organización como un principio cultural.
Esos dos elementos antes mencionados, van de la mano con la disposición de manejarse bajo estándares éticos, de tal forma, que los criterios que se siguen cuando se toma una decisión, puedan ser presentados con claridad a las personas que tienen el derecho de conocer la información, los resultados o las acciones realizadas.
Ello implica que las y los líderes no solamente actúen individualmente conforme a ciertos valores y principios, sino que creen los mecanismos necesarios para hacerlos patentes y efectivos en todos los tramos de responsabilidad en una empresa, negocio u oficina pública.
Paradójicamente en una época en donde contamos con más información y medios para su consulta, esto no se ha traducido en un liderazgo transparente que conduzca a tomar mejores decisiones. En ocasiones, ha dado pie a que el manejo sea discrecional, opaco, desarticulado y que no atiende las necesidades de los usuarios o de los clientes finales.
Para hacer posible un liderazgo transparente y efectivo, las personas que son líderes gestionan las relaciones al interior de las organizaciones conforme a tres características que han observado a lo largo del tiempo: visibilidad de la información; accesibilidad y disponibilidad.
En este mismo sentido, Manuel Bestratén planteó que la naturaleza integral del liderazgo transparente, como una disposición y actitud que tiene con sus liderados y colaboradores se dinamizan en lo que él denomina las 5´s del liderazgo: 1) sencillez, 2) seriedad, 3) sensibilidad, 4) sinceridad y 5) serenidad.
La primera implica naturalidad y humanidad en las relaciones; la segunda, el cumplimiento de los compromisos adquiridos; la tercera, escuchar con respeto y ponerse en el lugar del otro; la cuarta, ante todo la verdad siempre bien dicha y la quinta, autocontrol de las emociones.
Sin duda, estas reflexiones nos llevan al análisis de nuestro propio estilo de liderazgo y la forma en la que estamos avanzando para mejorar como seres humanos y como sociedad.
Y tú, ¿qué más nos puedes compartir sobre el liderazgo transparente? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí, con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.
Como mencionó el activista sudafricano Nelson Mandela: “Un buen líder puede participar en un debate de forma honesta y minuciosa sabiendo que, al final, lo importante es que ambas partes estén más cerca que antes, y sean, por ende, más fuertes.”
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