/ miércoles 17 de abril de 2019

Líder del SETEP, el varguitas sindical

Un verdadero émulo de aquel pintoresco personaje interpretado por Damian Alcazar, en la Ley de Herodes, Juan Vargas “Varguitas”, resultó el dirigente del Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación de Puebla (SETEP), Eucario Pompeyo Lucero Cariño que pretendía a toda costa y bajo prácticas abiertamente irregulares imponer a su sucesor.

El tema reventó la noche del pasado jueves cuando dos de las tres planillas participantes comenzaron a reclamar sobre la falta de papelería en algunas secciones y un padrón desactualizado, que mantenía a jubilados y fallecidos.

La elección fue suspendida por mediación de la Secretaría General de Gobierno y entre los acuerdos se estableció alejar por completo al dirigente gremial del proceso electoral, mismo que se postergará hasta después de las elecciones de gobernador y cinco alcaldías programada para el 2 de junio.

Cuando el tema llegó a la dependencia estatal, esa misma noche del jueves, no daban crédito de las irregularidades que se presentaron durante todo el proceso y lo burdo que fue el Varguitas del SETEP para manipular el proceso electoral en favor de su delfín, Neftalí de los Santos Alonso.

Eucario Pompeyo hizo modificaciones a los estatutos para que su protegido pudiera participar en estos comicios puesto que anteriormente el requisito para el que aspirara a ser dirigente del sindicato implicaba tener una antigüedad de 15 años y se redujo a siete, justamente el tiempo que tiene trabajando Neftalí de los Santos.

En estricto sentido, el candidato oficial no podría figurar en las boletas puesto que al momento de emitirse la convocatoria las autoridades laborales aún no reconocían la validez del cambio estatutario.

Pero esto solo es uno de varios detallitos encontrados muy someramente sobre el actuar del actual líder sindical.

Otra irregularidad encontrada fue que de manera inexplicable se decidió cambiar el centro de votación de Chignahuapan a Huejotzingo. Así como lo lee y la justificación fue que los docentes del primer municipio son muy rijosos aunque curiosamente también son adversos a su grupo; lo que se buscó fue mandarlos a una zona donde Eucario Pompeyo tiene más adeptos. Un claro intento de inhibir el voto.

A pesar de ser un padrón de no más de 5 mil afiliados, cuando faltaban pocos días para las votaciones el padrón no estaba actualizado; correspondía a un listado del año 2017 donde figuraban personas que habían fallecido. Lo que no podía faltar en esa lista eran nombres de personas que nadie conocía, ignoraban cuál era su centro de trabajo a pesar de estar dados de alta; aviadores, para ser concretos.

Como una solución salomónica, el comité electoral les dijo a los tres candidatos que si detectaban que algunos de sus compañeros no estaban, que simplemente reportaran los nombres para ser agregados lo que abría la posibilidad de inflar el padrón arbitrariamente.

Pero llegado el día previo, a los representantes de dos de los tres candidatos se les negó el padrón de votantes y la lista de los funcionarios de casilla que dicho está de paso, tampoco se sabía bajo qué criterios habían sido designados.

Por si fuera poco y de acuerdo a los estatutos, las quejas que hubiera sobre el proceso electoral deberían de ser contestados en un plazo de hasta cinco días previos a la realización de la elección pero eran varias las denuncias por arbitrariedades, omisiones a la convocatoria o irregularidades que carecían de una respuesta hasta el jueves 11, el día previo a la frustrada elección.

Y hasta la próxima.

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

Twitter: @elsalvadorrios


Un verdadero émulo de aquel pintoresco personaje interpretado por Damian Alcazar, en la Ley de Herodes, Juan Vargas “Varguitas”, resultó el dirigente del Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación de Puebla (SETEP), Eucario Pompeyo Lucero Cariño que pretendía a toda costa y bajo prácticas abiertamente irregulares imponer a su sucesor.

El tema reventó la noche del pasado jueves cuando dos de las tres planillas participantes comenzaron a reclamar sobre la falta de papelería en algunas secciones y un padrón desactualizado, que mantenía a jubilados y fallecidos.

La elección fue suspendida por mediación de la Secretaría General de Gobierno y entre los acuerdos se estableció alejar por completo al dirigente gremial del proceso electoral, mismo que se postergará hasta después de las elecciones de gobernador y cinco alcaldías programada para el 2 de junio.

Cuando el tema llegó a la dependencia estatal, esa misma noche del jueves, no daban crédito de las irregularidades que se presentaron durante todo el proceso y lo burdo que fue el Varguitas del SETEP para manipular el proceso electoral en favor de su delfín, Neftalí de los Santos Alonso.

Eucario Pompeyo hizo modificaciones a los estatutos para que su protegido pudiera participar en estos comicios puesto que anteriormente el requisito para el que aspirara a ser dirigente del sindicato implicaba tener una antigüedad de 15 años y se redujo a siete, justamente el tiempo que tiene trabajando Neftalí de los Santos.

En estricto sentido, el candidato oficial no podría figurar en las boletas puesto que al momento de emitirse la convocatoria las autoridades laborales aún no reconocían la validez del cambio estatutario.

Pero esto solo es uno de varios detallitos encontrados muy someramente sobre el actuar del actual líder sindical.

Otra irregularidad encontrada fue que de manera inexplicable se decidió cambiar el centro de votación de Chignahuapan a Huejotzingo. Así como lo lee y la justificación fue que los docentes del primer municipio son muy rijosos aunque curiosamente también son adversos a su grupo; lo que se buscó fue mandarlos a una zona donde Eucario Pompeyo tiene más adeptos. Un claro intento de inhibir el voto.

A pesar de ser un padrón de no más de 5 mil afiliados, cuando faltaban pocos días para las votaciones el padrón no estaba actualizado; correspondía a un listado del año 2017 donde figuraban personas que habían fallecido. Lo que no podía faltar en esa lista eran nombres de personas que nadie conocía, ignoraban cuál era su centro de trabajo a pesar de estar dados de alta; aviadores, para ser concretos.

Como una solución salomónica, el comité electoral les dijo a los tres candidatos que si detectaban que algunos de sus compañeros no estaban, que simplemente reportaran los nombres para ser agregados lo que abría la posibilidad de inflar el padrón arbitrariamente.

Pero llegado el día previo, a los representantes de dos de los tres candidatos se les negó el padrón de votantes y la lista de los funcionarios de casilla que dicho está de paso, tampoco se sabía bajo qué criterios habían sido designados.

Por si fuera poco y de acuerdo a los estatutos, las quejas que hubiera sobre el proceso electoral deberían de ser contestados en un plazo de hasta cinco días previos a la realización de la elección pero eran varias las denuncias por arbitrariedades, omisiones a la convocatoria o irregularidades que carecían de una respuesta hasta el jueves 11, el día previo a la frustrada elección.

Y hasta la próxima.

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

Twitter: @elsalvadorrios