/ domingo 15 de diciembre de 2019

Llegó la fiesta ¿y el buen juicio?

Revisando una entrevista hecha al profesor Noam Chomsky -filósofo y lingüista norteamericano, crítico del que llama imperialismo norteamericano-, "Requiem por el sueño americano" bajo la dirección de Amy Goodman, se pueden recuperar unas reflexiones en torno a la masificación y las élites que manejan el poder económico, a decir del mismo autor.

Al margen del color ideológico del pensamiento de Chomsky, especialmente en estas fechas el concepto del consumismo inevitablemente sale a la luz. Esto es así dado que hay un porcentaje de población afortunada que recibe una participación económica llamada “aguinaldo”.

Es así que llega la reflexión de Chomsky en el sentido de que las estrategias de los gigantes económicos que ofrecen múltiples opciones de consumo con formatos publicitarios con un propósito de enganchar al consumo, y que lo logran. ¿De quién es la responsabilidad? Sí, de los que tienen la intención clara, los grandes negocios. ¿Entonces los ciudadanos estamos indefensos ante el ataque de la publicidad inmisericorde? Tal vez. Y sólo tal vez porque si una persona no tiene un soporte mínimo de ética o cultura, buscará de todas maneras satisfacer sus necesidades con lo que tenga al alcance, que entonces es lo inmediato, lo ofertado en los medios masivos. Evidentemente un tema con muchas aristas.

Zygmunt Bauman, sociólogo polaco que estudia la modernidad europea como producto de una transacción entre la cesión de libertades y la comodidad para disfrutar de un nivel de beneficios y de seguridad, considera que el consumismo lleva a las personas a llenar espacios vacíos en el ser humano, terreno fértil de la publicidad.

En el escenario del que hablamos, de fiestas de fin de año, llega entonces el aguinaldo como una real amenaza que puede atentar contra la buena cordura de cualquiera. Entonces, sin recurrir al aburrido llamado que trate de convencernos de no gastar en lo innecesario (porque es muy subjetivo), lo único que queda es pensar, y seguir pensando que lo importante es lo básico, y no caer en la tentación de “un gustito, porque lo valgo, porque ya trabajé todo el año, porque me lo merezco” y otros.

La austeridad toca a la puerta del 2020 porque la situación económica no pinta fácil, y no quiero ser agorera del desastre, pero es tiempo de reflexionar y no disipar nuestras necesidades básicas con esa “modernidad líquida”, sin valores demasiado sólidos, que han debilitado nuestros vínculos humanos como advierte Bauman y critica Chomsky. Mientras tanto, no desaparece el flagelo que nos abruma, la inseguridad. Al respecto, sólo advertimos que hay que cuidarse no sólo el físico sino también virtualmente, me refiero a los chacales que están prestos a intervenir la banca electrónica de cual más con la finalidad de saquear, la delincuencia que creció en lugar de ser abatida.

Entonces toca tomar precauciones, para nuestro infortunio; sobre todo ahora que sabemos que el tan lucido Genaro García Luna, parece que no combatió con buen juicio a la delincuencia. Ya se verá lo que resulte del trabajo de las autoridades de Justicia de los Estados Unidos, esas que sí han resultado ser efectivas.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

Revisando una entrevista hecha al profesor Noam Chomsky -filósofo y lingüista norteamericano, crítico del que llama imperialismo norteamericano-, "Requiem por el sueño americano" bajo la dirección de Amy Goodman, se pueden recuperar unas reflexiones en torno a la masificación y las élites que manejan el poder económico, a decir del mismo autor.

Al margen del color ideológico del pensamiento de Chomsky, especialmente en estas fechas el concepto del consumismo inevitablemente sale a la luz. Esto es así dado que hay un porcentaje de población afortunada que recibe una participación económica llamada “aguinaldo”.

Es así que llega la reflexión de Chomsky en el sentido de que las estrategias de los gigantes económicos que ofrecen múltiples opciones de consumo con formatos publicitarios con un propósito de enganchar al consumo, y que lo logran. ¿De quién es la responsabilidad? Sí, de los que tienen la intención clara, los grandes negocios. ¿Entonces los ciudadanos estamos indefensos ante el ataque de la publicidad inmisericorde? Tal vez. Y sólo tal vez porque si una persona no tiene un soporte mínimo de ética o cultura, buscará de todas maneras satisfacer sus necesidades con lo que tenga al alcance, que entonces es lo inmediato, lo ofertado en los medios masivos. Evidentemente un tema con muchas aristas.

Zygmunt Bauman, sociólogo polaco que estudia la modernidad europea como producto de una transacción entre la cesión de libertades y la comodidad para disfrutar de un nivel de beneficios y de seguridad, considera que el consumismo lleva a las personas a llenar espacios vacíos en el ser humano, terreno fértil de la publicidad.

En el escenario del que hablamos, de fiestas de fin de año, llega entonces el aguinaldo como una real amenaza que puede atentar contra la buena cordura de cualquiera. Entonces, sin recurrir al aburrido llamado que trate de convencernos de no gastar en lo innecesario (porque es muy subjetivo), lo único que queda es pensar, y seguir pensando que lo importante es lo básico, y no caer en la tentación de “un gustito, porque lo valgo, porque ya trabajé todo el año, porque me lo merezco” y otros.

La austeridad toca a la puerta del 2020 porque la situación económica no pinta fácil, y no quiero ser agorera del desastre, pero es tiempo de reflexionar y no disipar nuestras necesidades básicas con esa “modernidad líquida”, sin valores demasiado sólidos, que han debilitado nuestros vínculos humanos como advierte Bauman y critica Chomsky. Mientras tanto, no desaparece el flagelo que nos abruma, la inseguridad. Al respecto, sólo advertimos que hay que cuidarse no sólo el físico sino también virtualmente, me refiero a los chacales que están prestos a intervenir la banca electrónica de cual más con la finalidad de saquear, la delincuencia que creció en lugar de ser abatida.

Entonces toca tomar precauciones, para nuestro infortunio; sobre todo ahora que sabemos que el tan lucido Genaro García Luna, parece que no combatió con buen juicio a la delincuencia. Ya se verá lo que resulte del trabajo de las autoridades de Justicia de los Estados Unidos, esas que sí han resultado ser efectivas.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com