/ martes 28 de abril de 2020

Los banqueros impedirán que el crédito fluya para la reconstrucción económica

Es una dramática realidad que las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas requerirán de fuertes y grandes recursos de financiamiento con tasas de crédito baratas, a pagar a mediano y largo plazo para reconstruirse, recontratar a su planta de empleo, reemprender la actividad productiva. Tendrán que realizar un enorme esfuerzo para superar los enormes daños sufridos a causa de esta crisis sanitaria provocada por el Covid-19 que está golpeando severamente a la economía nacional que, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional, sufrirá la peor recesión de los últimos 90 años, con una caída del PIB de 6.6%, y la pérdida de un millón de empleos.

La gran duda que se plantea al sector empresarial es a través de que líneas de crédito y de que instituciones financieras estarán disponibles esos cuantiosos raudales de recursos crediticios indispensables para la reconstrucción de la economía nacional, una vez que transcurra la tercera oleada de la pandemia del nuevo coronavirus.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que apoyará con 25 mil millones de pesos al rescate únicamente de un millón de micros empresa mediante créditos a la palabra que se supone irán a fondo perdido. Desde luego un apoyo bueno pero insuficiente para levantar nuevamente a ese sector que es inmenso, abarca a varios millones de microempresarios en el país.

El mandatario también se ha negado en varias ocasiones a dar apoyos y prorrogas fiscales a las empresas porque tendría que incurrir en un mayor endeudamiento de la hacienda pública que ya es muy alto, de 11 billones de pesos, y que este año significará el pago del servicio de la deuda por 850 mil millones de pesos del presupuesto. La actitud gubernamental ha originado un enorme resentimiento y distanciamiento de los organismos cúpula del sector empresarial con el presidente, al cual acusan de haberles cerrado las puertas.

El martes de la semana pasada, el Banco de México, preocupado por la profunda recesión económica que puede ser superior al 5%, por el gigantesco desafío crediticio que se plantea al país para la recuperación, y por las altas tasas de interés imperantes en el mercado mexicano que convierten el dinero bancario en uno de los más caros del mundo, hizo dos anuncios monetarios importantes:

Redujo medio punto la tasa de interés de referencia para ubicarla en 6 por ciento, con lo cual pretende bajar el costo de empresas y familias para financiarse. También anunció medidas para inyectar liquidez al sistema financiero hasta por 750 mil millones de pesos. Con ello busca que compañías de todo tamaño cuenten con acceso a crédito bancario.

Teóricamente es cierto que si el Banco de México reduce su tasa referencial, es precisamente para el abaratamiento del dinero en el mercado financiero, y para que todo el sistema de bancos comerciales privados bajen sus tasas crediticias que son muy elevada; ofrezcan créditos más baratos a familias y empresas.

Pero en la cruda realidad financiera de este país sucede todo lo contrario, lo más irracional, el sistema de bancos privados está sumergido en su poderoso, cerrado, monopólico circulo de intereses que es apoyado desde el exterior por sus matrices, que lo convierten en dueño y señor del mercado financiero mexicano, sin ninguna competencia, el cobro agiotista de las más altas comisiones y tasas de interés a los usuarios bancarios sin que el Banco de México ni la Secretaria de Hacienda los regulen ni puedan, quieran controlarlos. Hacen lo que quieren

El Banco de México y la Secretaría de Hacienda que en conjunto hicieron estos anuncios, creen que están engañando a la sociedad mexicana, especialmente a la clase empresarial que conoce cómo impera la práctica del agio, la usura y la discriminación en el sistema bancario mexicano.

Para que inyectan liquidez al sistema financiero, si es lo que le sobra al conjunto de bancos que quieren colocar sus propios recursos derivados de sus cuantiosas ganancias de 115 mil millones de pesos al año. Es el sector de la economía que nunca pierde dinero, siempre sale ganando, cada año crece a tasas extraordinarias de 9 y 10%. La banca extranjera en México impone el costo del dinero en el mercado, paga tasas de 5 y 6% a los inversionistas y ahorradores, en duro contraste les cobra 30 y 40% en los créditos que les otorga. Son abismales sus diferenciales entre lo que cobra y lo que paga. Es la dueña del dinero de los mexicanos.

Lo que requieren los micro, pequeños y medianos empresarios es que Hacienda y Banxico obliguen a los banqueros a reducir sus tasas de interés y sus carísimas comisiones para derribar el muro que hace nugatorios sus esfuerzos por reducir las tasas de interés referenciales y liberar 750 mil millones para inyectarle liquidez al sistema financiero, esfuerzos que no permearán en la realidad porque los señores banqueros que sirven a los intereses de sus matrices en el extranjero tienen propósitos, intereses y objetivos opuestos al interés nacional… Escúchanos diariamente de 13 a 14 horas en ABC RADIO 1280 de AM.

Es una dramática realidad que las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas requerirán de fuertes y grandes recursos de financiamiento con tasas de crédito baratas, a pagar a mediano y largo plazo para reconstruirse, recontratar a su planta de empleo, reemprender la actividad productiva. Tendrán que realizar un enorme esfuerzo para superar los enormes daños sufridos a causa de esta crisis sanitaria provocada por el Covid-19 que está golpeando severamente a la economía nacional que, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional, sufrirá la peor recesión de los últimos 90 años, con una caída del PIB de 6.6%, y la pérdida de un millón de empleos.

La gran duda que se plantea al sector empresarial es a través de que líneas de crédito y de que instituciones financieras estarán disponibles esos cuantiosos raudales de recursos crediticios indispensables para la reconstrucción de la economía nacional, una vez que transcurra la tercera oleada de la pandemia del nuevo coronavirus.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que apoyará con 25 mil millones de pesos al rescate únicamente de un millón de micros empresa mediante créditos a la palabra que se supone irán a fondo perdido. Desde luego un apoyo bueno pero insuficiente para levantar nuevamente a ese sector que es inmenso, abarca a varios millones de microempresarios en el país.

El mandatario también se ha negado en varias ocasiones a dar apoyos y prorrogas fiscales a las empresas porque tendría que incurrir en un mayor endeudamiento de la hacienda pública que ya es muy alto, de 11 billones de pesos, y que este año significará el pago del servicio de la deuda por 850 mil millones de pesos del presupuesto. La actitud gubernamental ha originado un enorme resentimiento y distanciamiento de los organismos cúpula del sector empresarial con el presidente, al cual acusan de haberles cerrado las puertas.

El martes de la semana pasada, el Banco de México, preocupado por la profunda recesión económica que puede ser superior al 5%, por el gigantesco desafío crediticio que se plantea al país para la recuperación, y por las altas tasas de interés imperantes en el mercado mexicano que convierten el dinero bancario en uno de los más caros del mundo, hizo dos anuncios monetarios importantes:

Redujo medio punto la tasa de interés de referencia para ubicarla en 6 por ciento, con lo cual pretende bajar el costo de empresas y familias para financiarse. También anunció medidas para inyectar liquidez al sistema financiero hasta por 750 mil millones de pesos. Con ello busca que compañías de todo tamaño cuenten con acceso a crédito bancario.

Teóricamente es cierto que si el Banco de México reduce su tasa referencial, es precisamente para el abaratamiento del dinero en el mercado financiero, y para que todo el sistema de bancos comerciales privados bajen sus tasas crediticias que son muy elevada; ofrezcan créditos más baratos a familias y empresas.

Pero en la cruda realidad financiera de este país sucede todo lo contrario, lo más irracional, el sistema de bancos privados está sumergido en su poderoso, cerrado, monopólico circulo de intereses que es apoyado desde el exterior por sus matrices, que lo convierten en dueño y señor del mercado financiero mexicano, sin ninguna competencia, el cobro agiotista de las más altas comisiones y tasas de interés a los usuarios bancarios sin que el Banco de México ni la Secretaria de Hacienda los regulen ni puedan, quieran controlarlos. Hacen lo que quieren

El Banco de México y la Secretaría de Hacienda que en conjunto hicieron estos anuncios, creen que están engañando a la sociedad mexicana, especialmente a la clase empresarial que conoce cómo impera la práctica del agio, la usura y la discriminación en el sistema bancario mexicano.

Para que inyectan liquidez al sistema financiero, si es lo que le sobra al conjunto de bancos que quieren colocar sus propios recursos derivados de sus cuantiosas ganancias de 115 mil millones de pesos al año. Es el sector de la economía que nunca pierde dinero, siempre sale ganando, cada año crece a tasas extraordinarias de 9 y 10%. La banca extranjera en México impone el costo del dinero en el mercado, paga tasas de 5 y 6% a los inversionistas y ahorradores, en duro contraste les cobra 30 y 40% en los créditos que les otorga. Son abismales sus diferenciales entre lo que cobra y lo que paga. Es la dueña del dinero de los mexicanos.

Lo que requieren los micro, pequeños y medianos empresarios es que Hacienda y Banxico obliguen a los banqueros a reducir sus tasas de interés y sus carísimas comisiones para derribar el muro que hace nugatorios sus esfuerzos por reducir las tasas de interés referenciales y liberar 750 mil millones para inyectarle liquidez al sistema financiero, esfuerzos que no permearán en la realidad porque los señores banqueros que sirven a los intereses de sus matrices en el extranjero tienen propósitos, intereses y objetivos opuestos al interés nacional… Escúchanos diariamente de 13 a 14 horas en ABC RADIO 1280 de AM.