/ viernes 23 de julio de 2021

Los huérfanos del Covid-19

“The Lancet” es la revista de referencia en el tema del Covid-19, dada su seriedad para publicar investigaciones sobre el virus de Wuhan. Difícilmente puede encontrarse otra publicación con los rigurosos procesos que maneja para considerar que un escrito sea colocado en sus números.

Pues, “The Lancet” volcó las ollas.

La revista calculó que entre el 1 de marzo de 2020 y el 30 de abril de 2021, unos 131 mil 325 menores de edad en México, perdieron al menos a uno de sus cuidadores, léase padre, madre o abuelos.

Solo para dar una idea, la revista estimó para Estados Unidos, 104 mil casos similares o para India, 116 mil. Si se toma en cuenta la cifra poblacional de éstas dos naciones, podrá entenderse la magnitud de la catástrofe mexicana.

Pero si se quiere llegar al escalofrío, hay que leer otras cifras del mismo artículo.

Del total estimado para México, 97 mil 951 menores de edad perdieron a su padre y de todas las naciones analizadas por la revista, México tiene el mayor número de pérdidas mixtas; es decir, de padre y madre.

“The Lancet” identificó a 32 menores de edad en México, en el lapso de referencia, que perdieron a padre y madre, por el virus.

Si esto le parece alarmante, considere que la revista identificó que en Kenia o Malawi no se registró una sola muerte de padre y madre.

No se diga en Alemania.

El espeluznante trabajo realizado por quince investigadores, tiene sus propias bajas.

Dos de ellos murieron antes de la publicación: Charles A Nelson III y Seth Flaxman.

Estos huérfanos contarán una historia diferente a la que Andrés Manuel López Obrador y Hugo López-Gatell tienen de la pandemia.

Contarán una historia incierta e injusta.

DE LAS ANÉCDOTAS QUE SE CUENTAN

En distintos medios de comunicación poblanos, se han disparado las notas sobre fraudes cometidos en contra de un sinnúmero de personas, por parte de personajes que, en lo individual y en forma organizada, han emprendido su actividad delictiva desde que hizo su aparición la pandemia.

Por otra parte, habrá que considerar que han crecido exponencialmente las llamadas extorsivas; sin embargo, si se toma en cuenta que no son pocas las llamadas telefónicas que se reciben para ofrecer préstamos, las cosas cambian cuando se combina con los fraudes financieros.

Hay tres elementos a considerar en estas empresas y/o personas defraudadoras:

1.- Las empresas legítimas que ofrecen préstamos, no piden dinero para trámites.

2.- Los abonos que se hacen a estas organizaciones en una cuenta bancaria, están a nombre de una persona moral, no de una persona física.

3.- Los préstamos que se pueden obtener, siempre parten de la capacidad de pago de la persona que los solicita.

Como podrán verse, estos tres elementos no tienen nada que ver con contratos que pueden estar o no inscritos ante alguna entidad regulatoria.

Más bien, son producto del sentido común y éste es el que debe privar antes de soltar dinero al supuesto prestamista.

Piénselo, si hay un anuncio en las redes sociales o una llamada telefónica que le ofrecen un préstamo de cinco mil pesos y para obtenerlo, debe pagar un trámite de admisión que le costará mil pesos, seguramente hay algo extraño.

Cuide su dinero.

Los tiempos no están para efectuar movimientos audaces y menos para enriquecer a quien se aprovecha de la necesidad ajena.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto

“The Lancet” es la revista de referencia en el tema del Covid-19, dada su seriedad para publicar investigaciones sobre el virus de Wuhan. Difícilmente puede encontrarse otra publicación con los rigurosos procesos que maneja para considerar que un escrito sea colocado en sus números.

Pues, “The Lancet” volcó las ollas.

La revista calculó que entre el 1 de marzo de 2020 y el 30 de abril de 2021, unos 131 mil 325 menores de edad en México, perdieron al menos a uno de sus cuidadores, léase padre, madre o abuelos.

Solo para dar una idea, la revista estimó para Estados Unidos, 104 mil casos similares o para India, 116 mil. Si se toma en cuenta la cifra poblacional de éstas dos naciones, podrá entenderse la magnitud de la catástrofe mexicana.

Pero si se quiere llegar al escalofrío, hay que leer otras cifras del mismo artículo.

Del total estimado para México, 97 mil 951 menores de edad perdieron a su padre y de todas las naciones analizadas por la revista, México tiene el mayor número de pérdidas mixtas; es decir, de padre y madre.

“The Lancet” identificó a 32 menores de edad en México, en el lapso de referencia, que perdieron a padre y madre, por el virus.

Si esto le parece alarmante, considere que la revista identificó que en Kenia o Malawi no se registró una sola muerte de padre y madre.

No se diga en Alemania.

El espeluznante trabajo realizado por quince investigadores, tiene sus propias bajas.

Dos de ellos murieron antes de la publicación: Charles A Nelson III y Seth Flaxman.

Estos huérfanos contarán una historia diferente a la que Andrés Manuel López Obrador y Hugo López-Gatell tienen de la pandemia.

Contarán una historia incierta e injusta.

DE LAS ANÉCDOTAS QUE SE CUENTAN

En distintos medios de comunicación poblanos, se han disparado las notas sobre fraudes cometidos en contra de un sinnúmero de personas, por parte de personajes que, en lo individual y en forma organizada, han emprendido su actividad delictiva desde que hizo su aparición la pandemia.

Por otra parte, habrá que considerar que han crecido exponencialmente las llamadas extorsivas; sin embargo, si se toma en cuenta que no son pocas las llamadas telefónicas que se reciben para ofrecer préstamos, las cosas cambian cuando se combina con los fraudes financieros.

Hay tres elementos a considerar en estas empresas y/o personas defraudadoras:

1.- Las empresas legítimas que ofrecen préstamos, no piden dinero para trámites.

2.- Los abonos que se hacen a estas organizaciones en una cuenta bancaria, están a nombre de una persona moral, no de una persona física.

3.- Los préstamos que se pueden obtener, siempre parten de la capacidad de pago de la persona que los solicita.

Como podrán verse, estos tres elementos no tienen nada que ver con contratos que pueden estar o no inscritos ante alguna entidad regulatoria.

Más bien, son producto del sentido común y éste es el que debe privar antes de soltar dinero al supuesto prestamista.

Piénselo, si hay un anuncio en las redes sociales o una llamada telefónica que le ofrecen un préstamo de cinco mil pesos y para obtenerlo, debe pagar un trámite de admisión que le costará mil pesos, seguramente hay algo extraño.

Cuide su dinero.

Los tiempos no están para efectuar movimientos audaces y menos para enriquecer a quien se aprovecha de la necesidad ajena.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto