La migración es un fenómeno ancestral y permanente, gracias a ella el mundo ha evolucionado mediante la fusión de culturas y personas, en una constante dinámica que enriquece y enriquecerá a los pueblos. El problema es el choque ideológico, comercial y hasta violento que se produce al realizarse este movimiento.
Intento imaginar cómo fue la travesía de esos humanos que cruzaron el Estrecho de Bering hace miles de años, con lo cual se empezó a poblar nuestro continente. De igual modo, creo que tuvo algo de heroicidad el viaje trasatlántico que hicieron muchísimos de europeos al nuevo mundo hace siglos, buscando fama, riqueza y libertad.
En el caso mexicano, hay que reconocer el gran aporte intelectual de los diversos pensadores que arribaron a nuestro país cuando el franquismo se apoderó de España.
Ahora bien, el intento por alcanzar el “sueño americano” ha sido realizado por millones de latinoamericanos, de los cuales algunos han alcanzado el éxito, pero también hay que decir que no todos tienen una mentalidad de trabajo, inclusive hay quienes vulneran habitualmente la ley. No hay que caer en afirmaciones pseudo nacionalistas y pensar que todos los mexicanos, sancionados por las autoridades norteamericanas, son unos mártires que sufren la discriminación.
Ahora bien, la caravana migrante, proveniente de Centroamérica, ha causado toda una serie de comentarios, tanto a favor como en contra. Lo cierto es que muchos se han inconformado en el sentido de que aquí ya tenemos muchos problemas como para tener uno más. Yo creo que hay que tener coherencia, si alguien no está conforme, respecto a la intromisión de quienes viven debajo de nuestra frontera sur, tampoco se debe indignar con las políticas excluyentes de Washington.
Desde un punto de vista legal, México puede cerrar su frontera, así como también lo puede hacer Estados Unidos, más allá de las consideraciones que cada quien pueda hacer. Yo simplemente espero que haya respeto a los más elementales derechos humanos y que los migrantes respeten el orden normativo.
Ahora bien, el próximo mes se celebrarán elecciones en nuestro vecino país del norte, lo cual crea un interés, por parte de los diversos actores políticos, para “llevar agua a su molino”. Debemos recordar un axioma prácticamente universal: para que haya un héroe, primero se requiere un villano, es por ello que la aparición de la caravana se vuelve una gran oportunidad para Trump y su discurso segregacionista. La gestión del rubio millonario ha sido cuestionada, inclusive por sus copartidarios, pero ahora puede encontrar nuevamente un elemento a quien atribuirle la calidad de peligro para la Unión Americana y mostrarse como el salvador.
La manipulación en la información puede convertir, a unos pocos miles de migrantes, en hordas de delincuentes que amenazarían con desestabilizar al país más poderoso del mundo, lo cual resulta inverosímil, más al ver las precarias condiciones de los hermanos centroamericanos.
En este sentido, se crea una amenaza que solo podría ser detenida, de forma casi espectacular, por quien representa el pensamiento de millones de estadounidenses: su primer mandatario. Esto me recuerda cuando Hitler le echó la culpa a los judíos de todas las calamidades de Alemania; o cuando se pensaba que el PRI era el responsable de todos los males de nuestro México. En el caso europeo se trató de una falacia que costó la vida de 6 millones de personas; y en el nuestro, nos dimos cuenta que los vicios y defectos también se han visto en otros partidos.
Así como el triunfo en las Malvinas salvó la gris administración de Margaret Tatcher; de igual modo, esta caravana podría darle el triunfo a los intereses de Trump en las próximas elecciones. Hasta la próxima semana.
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