/ martes 14 de agosto de 2018

Los pesos y contrapesos

Mucho se habla sobre los vicios y deformaciones que puede propiciar el poder por sí mismo en el ejercicio público que, en muchas ocasiones, devienen en regímenes que limitan libertades y, en el peor de los casos, generan regímenes autoritarios.

De ahí la relevancia de que en las últimas décadas los mexicanos hemos construido un Estado sólido con instituciones funcionales, que van más allá del sistema tradicional de la división de poderes.

En este contexto los Órganos Constitucionales Autónomos (OCA) han jugado un papel relevante como entidades de equilibrio constitucional y político, que tienen su nacimiento en la propia Constitución y sirven para impulsar la reforma del Estado, garantizar el Estado de Derecho, la rendición de cuentas y la democratización de la vida pública.

En nuestro país existen 10 de estos organismos, seis de los cuales se crearon en esta administración a partir de las reformas constitucionales: Comisión Federal de Competencia Económica, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Fiscalía General de la República, Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, Instituto Federal de Telecomunicaciones y el Instituto Nacional de Evaluación Educativa. Los que ya existían son Banxico, CNDH, INE e Inegi.

Estos, por sus propios resultados, han ganado posicionamiento público como entidades que han dado resultados en la vida institucional y democrática del país. Traigo solo como ejemplo al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el cual cumple en septiembre próximo 5 años de haberse creado.

El IFT, como resultado de la reforma constitucional en telecomunicaciones, es una herramienta fundamental en la regulación de las telecomunicaciones y radiodifusión y en su papel de autoridad de competencia para este mercado.

Entre sus logros más destacados está la creación de un régimen de obligaciones asimétricas para impulsar la competencia; impulsó las condiciones para crear una nueva cadena nacional de televisión abierta; definió por vez primera las obligaciones conocidas como must carry/must offer para proveedores de televisión abierta, las cuales deben dar acceso gratuito a contenidos para sistemas de televisión restringida. Otro de los grandes éxitos fue poner a México como el primer país de América Latina en transitar de lleno a las transmisiones digitales al concretar el apagón analógico. También se creó la red compartida mayorista que hace uso de las frecuencias liberadas por el apagón analógico para proveer Internet a comunidades en todo el país.

Se trata de éxitos muy significativos en materia de telecomunicaciones, que, de alguna manera, son el ejemplo de lo que los OCA, cada uno en su ámbito, pueden detonar en el ejercicio público a favor de nuestro país gracias a que cuentan con autonomía, personalidad jurídica y patrimonio propio.

México ha demostrado que su democracia es funcional aunque debe adecuarse y perfeccionarse de manera constante. Para ello requiere de instituciones que generen pesos y contrapesos en el ejercicio del gobierno y eviten deformaciones que se pueden dar en un régimen democrático si no hay estos contrapesos.


*Director general de Telecomm

Mucho se habla sobre los vicios y deformaciones que puede propiciar el poder por sí mismo en el ejercicio público que, en muchas ocasiones, devienen en regímenes que limitan libertades y, en el peor de los casos, generan regímenes autoritarios.

De ahí la relevancia de que en las últimas décadas los mexicanos hemos construido un Estado sólido con instituciones funcionales, que van más allá del sistema tradicional de la división de poderes.

En este contexto los Órganos Constitucionales Autónomos (OCA) han jugado un papel relevante como entidades de equilibrio constitucional y político, que tienen su nacimiento en la propia Constitución y sirven para impulsar la reforma del Estado, garantizar el Estado de Derecho, la rendición de cuentas y la democratización de la vida pública.

En nuestro país existen 10 de estos organismos, seis de los cuales se crearon en esta administración a partir de las reformas constitucionales: Comisión Federal de Competencia Económica, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Fiscalía General de la República, Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, Instituto Federal de Telecomunicaciones y el Instituto Nacional de Evaluación Educativa. Los que ya existían son Banxico, CNDH, INE e Inegi.

Estos, por sus propios resultados, han ganado posicionamiento público como entidades que han dado resultados en la vida institucional y democrática del país. Traigo solo como ejemplo al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el cual cumple en septiembre próximo 5 años de haberse creado.

El IFT, como resultado de la reforma constitucional en telecomunicaciones, es una herramienta fundamental en la regulación de las telecomunicaciones y radiodifusión y en su papel de autoridad de competencia para este mercado.

Entre sus logros más destacados está la creación de un régimen de obligaciones asimétricas para impulsar la competencia; impulsó las condiciones para crear una nueva cadena nacional de televisión abierta; definió por vez primera las obligaciones conocidas como must carry/must offer para proveedores de televisión abierta, las cuales deben dar acceso gratuito a contenidos para sistemas de televisión restringida. Otro de los grandes éxitos fue poner a México como el primer país de América Latina en transitar de lleno a las transmisiones digitales al concretar el apagón analógico. También se creó la red compartida mayorista que hace uso de las frecuencias liberadas por el apagón analógico para proveer Internet a comunidades en todo el país.

Se trata de éxitos muy significativos en materia de telecomunicaciones, que, de alguna manera, son el ejemplo de lo que los OCA, cada uno en su ámbito, pueden detonar en el ejercicio público a favor de nuestro país gracias a que cuentan con autonomía, personalidad jurídica y patrimonio propio.

México ha demostrado que su democracia es funcional aunque debe adecuarse y perfeccionarse de manera constante. Para ello requiere de instituciones que generen pesos y contrapesos en el ejercicio del gobierno y eviten deformaciones que se pueden dar en un régimen democrático si no hay estos contrapesos.


*Director general de Telecomm