/ viernes 15 de marzo de 2019

Los primeros 100 días de gobierno

Gobernanza no es solo un término, es un concepto que se refiere al proceso en la toma de decisiones y, su implementación es utilizada en diferentes contextos, como gobernanza corporativa, internacional, nacional y local; el gobierno es uno de los principales actores en la gobernanza.

Al llegar a los 100 días de gobierno, el Presidente López Obrador, decidió rendir un informe, para evaluar el desempeño y resultado de su administración, en cuanto a la efectividad y atención a las demandas ciudadanas.

Y es claro que, en estos primeros cien días de gobierno, mantiene un gran respaldo por parte de la población, a pesar de enfrentar el reto de disminuir la inseguridad, en un gran número de regiones del país, pues las cifras de criminalidad e inseguridad, a la fecha continúan incrementándose; al respecto el Ejecutivo sostiene que se solucionará con la conformación de la Guardia Nacional.

Lo cierto es que, violencia y criminalidad aunada a la corrupción son temas complejos, que no se resolverán en corto periodo, pero es el propio Presidente López Obrador, quien ha señalado que debe ser la ciudadanía, quien evalúe su desempeño en este periodo.

Sin embargo, de manera incomprensible, el Presidente López Obrador ha mencionado “que tiene casi resueltos la guerra contra el crimen organizado y que ya se terminó la corrupción”. Ante ello, debe tener presente y por la dinámica que le imprime en su proyecto de transformación, el tiempo no puede serle favorable.

Establece en su visión de un nuevo Estado, como condición la uniformidad e incondicionalidad; es decir, en él, no hay lugar para la separación de Poderes, sino que ha mostrado que los Poderes Legislativo y Judicial deben subordinarse al Ejecutivo y, que no existan órganos autónomos del Estado, incluido al máximo organismo electoral.

López Obrador ha señalado ser un liberal, sin embargo no ha actuado como tal, pues ha mostrado desacuerdo, descalificado a la prensa y a quienes no piensan como él, ha impuesto a funcionarios afines, en lugres y temas que requieren de especialistas, para poder instrumentar acciones de Estado.

Debe contar con funcionarios altamente calificados en puestos que requieren no sólo conocimiento técnico, sino experiencia y en algunos casos, hasta contar con el reconocimiento social en el área que desempeñan.

Ante el empuje que le ha imprimido a su forma de gobernar, las resistencias en la oposición de partidos políticos han sido desarticuladas.

Solo la oposición más notoria es la representada por los mercados financieros y los inversionistas, donde se ha generado un ambiente de incertidumbre en lo económico, convirtiéndose en el mayor obstáculo para la consolidación de su proyecto político que lo describe como la Cuarta Transformación.

Al respecto cabe destacar que la economía mexicana se ha venido consolidando al menos en los últimos tres lustros, a través de inversiones en los sectores industrial, comercial, turístico y el sector agropecuario exportador, quienes han apuntalando el desarrollo del país bajo el entorno de la economía global. El petróleo ya no dinamiza la economía nacional, como lo fue hace años.

Para el bien del país y de sus habitantes, no se debe recurrir a un plan orquestado para manifestar rechazo a la mayoría de los gobernantes pasados, como también es inadmisible abuchear en la plaza pública a gobernadores y a presidentes municipales, ello debilitará la confianza de una gran parte de la sociedad; así como de las instituciones.

Ante ello, bajo la premisa de un buen gobierno, se distinguen ocho características primordiales: participación, legalidad, transparencia, responsabilidad, consenso, equidad, eficacia - eficiencia y sensibilidad.

Se deben crear leyes que fortalezcan la vida pública nacional con una agenda progresista. La democracia, se debe consolidar mediante una amplia participación; el líder y estadista, debe garantizar los derechos humanos de grupos minoritarios, lo cual implica defender y proteger las conquistas sociales que hemos tenido en nuestro país y particularmente los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de la población.

“Bienestar sin libertad es una quimera y la libertad sin bienestar es una falacia”. En 100 días de gobierno, ha habido indudablemente acciones positivas, negativas, y desagradables; Sin embargo, debe tenerse en el imaginario del Presidente de México, que los éxitos en estos capítulos, para ser verdaderos, tienen que definirse con criterios sólidos y medibles de política económica.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

Gobernanza no es solo un término, es un concepto que se refiere al proceso en la toma de decisiones y, su implementación es utilizada en diferentes contextos, como gobernanza corporativa, internacional, nacional y local; el gobierno es uno de los principales actores en la gobernanza.

Al llegar a los 100 días de gobierno, el Presidente López Obrador, decidió rendir un informe, para evaluar el desempeño y resultado de su administración, en cuanto a la efectividad y atención a las demandas ciudadanas.

Y es claro que, en estos primeros cien días de gobierno, mantiene un gran respaldo por parte de la población, a pesar de enfrentar el reto de disminuir la inseguridad, en un gran número de regiones del país, pues las cifras de criminalidad e inseguridad, a la fecha continúan incrementándose; al respecto el Ejecutivo sostiene que se solucionará con la conformación de la Guardia Nacional.

Lo cierto es que, violencia y criminalidad aunada a la corrupción son temas complejos, que no se resolverán en corto periodo, pero es el propio Presidente López Obrador, quien ha señalado que debe ser la ciudadanía, quien evalúe su desempeño en este periodo.

Sin embargo, de manera incomprensible, el Presidente López Obrador ha mencionado “que tiene casi resueltos la guerra contra el crimen organizado y que ya se terminó la corrupción”. Ante ello, debe tener presente y por la dinámica que le imprime en su proyecto de transformación, el tiempo no puede serle favorable.

Establece en su visión de un nuevo Estado, como condición la uniformidad e incondicionalidad; es decir, en él, no hay lugar para la separación de Poderes, sino que ha mostrado que los Poderes Legislativo y Judicial deben subordinarse al Ejecutivo y, que no existan órganos autónomos del Estado, incluido al máximo organismo electoral.

López Obrador ha señalado ser un liberal, sin embargo no ha actuado como tal, pues ha mostrado desacuerdo, descalificado a la prensa y a quienes no piensan como él, ha impuesto a funcionarios afines, en lugres y temas que requieren de especialistas, para poder instrumentar acciones de Estado.

Debe contar con funcionarios altamente calificados en puestos que requieren no sólo conocimiento técnico, sino experiencia y en algunos casos, hasta contar con el reconocimiento social en el área que desempeñan.

Ante el empuje que le ha imprimido a su forma de gobernar, las resistencias en la oposición de partidos políticos han sido desarticuladas.

Solo la oposición más notoria es la representada por los mercados financieros y los inversionistas, donde se ha generado un ambiente de incertidumbre en lo económico, convirtiéndose en el mayor obstáculo para la consolidación de su proyecto político que lo describe como la Cuarta Transformación.

Al respecto cabe destacar que la economía mexicana se ha venido consolidando al menos en los últimos tres lustros, a través de inversiones en los sectores industrial, comercial, turístico y el sector agropecuario exportador, quienes han apuntalando el desarrollo del país bajo el entorno de la economía global. El petróleo ya no dinamiza la economía nacional, como lo fue hace años.

Para el bien del país y de sus habitantes, no se debe recurrir a un plan orquestado para manifestar rechazo a la mayoría de los gobernantes pasados, como también es inadmisible abuchear en la plaza pública a gobernadores y a presidentes municipales, ello debilitará la confianza de una gran parte de la sociedad; así como de las instituciones.

Ante ello, bajo la premisa de un buen gobierno, se distinguen ocho características primordiales: participación, legalidad, transparencia, responsabilidad, consenso, equidad, eficacia - eficiencia y sensibilidad.

Se deben crear leyes que fortalezcan la vida pública nacional con una agenda progresista. La democracia, se debe consolidar mediante una amplia participación; el líder y estadista, debe garantizar los derechos humanos de grupos minoritarios, lo cual implica defender y proteger las conquistas sociales que hemos tenido en nuestro país y particularmente los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de la población.

“Bienestar sin libertad es una quimera y la libertad sin bienestar es una falacia”. En 100 días de gobierno, ha habido indudablemente acciones positivas, negativas, y desagradables; Sin embargo, debe tenerse en el imaginario del Presidente de México, que los éxitos en estos capítulos, para ser verdaderos, tienen que definirse con criterios sólidos y medibles de política económica.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com