/ martes 2 de marzo de 2021

Los problemas centrales del bachillerato

La pandemia propició el cierre físico de todas las instituciones educativas desde el preescolar hasta el universitario. Los alumnos de educación básica, como los de educación media, seguirán recibiendo sus clases por la televisión y estar en contacto con sus maestros por los diferentes dispositivos electrónicos para el pase de lista y la asignación de trabajos escolares.

El bachillerato es un nivel educativo fundamental en la preparación de los jóvenes de 15 a 18 años de edad. Existe poco más de un cuarto de profesores para atender a los millones de alumnos que cursan estos estudios.

La pandemia no limita los problemas centrales que tiene el bachillerato como son la cobertura y que mayor número de estudiantes terminen su preparación.

Los sistemas educativos en otros países han sido muy limitados para atender a los adolescentes en el bachillerato, y en nuestro país no es la excepción. En México el problema es más grande por la enorme desigualdad social.

Se atiende en los bachilleratos solo el 40% de los jóvenes de la población de 15 a 18 años de edad, y del cien por ciento que entran al nivel de educación media, terminan cerca de la mitad. Así llevamos más de 40 años y no se han planteado nuevas estrategias para corregir estos problemas.

Tenemos varios de cientos de planes de estudio para el bachillerato: los de cada universidad pública y privada, distintos entre sí, algunos, pocos, de dos años y la mayoría de tres años de duración regular. Tenemos los Colegios de Bachilleres y muchas otras versiones, menos extendidas.

Pero todos los planes son rígidos, memorísticos, enciclopédicos; no se permiten cargas reducidas para los alumnos que trabajan, no saben muy bien cuál es su objetivo, si la educación superior o el trabajo.

Alumnos que cambian de bachillerato, en el nuevo no le reconocen casi nada de lo que cursó. Cuando se sale, incluso si termino el ciclo y quiere trabajar, nada de lo que aprendió le sirve.

Las materias que se ofrecen no siempre les gustan a los adolescentes, son las que se daban a mediados de siglo pasado. Por esta razón los alumnos desertan, no les gusta lo que estudian.

Otro de los grandes problemas que se tiene enfrente, a medida que pasa el tiempo, se tendrá cada vez un déficit de atención mayor en el nivel medio. Ya se tiene, porque sólo se atiende al 40% de los jóvenes en edad del bachillerato. Urge incrementar la capacidad de atención en este nivel, pero ojalá no sea de las maneras tradicionales.

La deserción de estudiantes en los bachilleratos es del 16%; nuestro país es el que reporta menos avances en la cobertura que otros. De los que ingresan en este nivel de educación media sólo el 44% terminan para continuar en una licenciatura de la educación superior.

Se han propuesto otros planes de estudio más flexibles y más al gusto de los alumnos, con actividades culturales, artísticas y deportivas con la meta de hacer más atractivo el bachillerato y ocupar a los estudiantes en varias actividades para evitar la deserción.

Por ahora es difícil ofrecer un bachillerato de calidad, pero se hacen intentos para que los jóvenes no pierdan su preparación de su educación media.

Doctor en Educación.

La pandemia propició el cierre físico de todas las instituciones educativas desde el preescolar hasta el universitario. Los alumnos de educación básica, como los de educación media, seguirán recibiendo sus clases por la televisión y estar en contacto con sus maestros por los diferentes dispositivos electrónicos para el pase de lista y la asignación de trabajos escolares.

El bachillerato es un nivel educativo fundamental en la preparación de los jóvenes de 15 a 18 años de edad. Existe poco más de un cuarto de profesores para atender a los millones de alumnos que cursan estos estudios.

La pandemia no limita los problemas centrales que tiene el bachillerato como son la cobertura y que mayor número de estudiantes terminen su preparación.

Los sistemas educativos en otros países han sido muy limitados para atender a los adolescentes en el bachillerato, y en nuestro país no es la excepción. En México el problema es más grande por la enorme desigualdad social.

Se atiende en los bachilleratos solo el 40% de los jóvenes de la población de 15 a 18 años de edad, y del cien por ciento que entran al nivel de educación media, terminan cerca de la mitad. Así llevamos más de 40 años y no se han planteado nuevas estrategias para corregir estos problemas.

Tenemos varios de cientos de planes de estudio para el bachillerato: los de cada universidad pública y privada, distintos entre sí, algunos, pocos, de dos años y la mayoría de tres años de duración regular. Tenemos los Colegios de Bachilleres y muchas otras versiones, menos extendidas.

Pero todos los planes son rígidos, memorísticos, enciclopédicos; no se permiten cargas reducidas para los alumnos que trabajan, no saben muy bien cuál es su objetivo, si la educación superior o el trabajo.

Alumnos que cambian de bachillerato, en el nuevo no le reconocen casi nada de lo que cursó. Cuando se sale, incluso si termino el ciclo y quiere trabajar, nada de lo que aprendió le sirve.

Las materias que se ofrecen no siempre les gustan a los adolescentes, son las que se daban a mediados de siglo pasado. Por esta razón los alumnos desertan, no les gusta lo que estudian.

Otro de los grandes problemas que se tiene enfrente, a medida que pasa el tiempo, se tendrá cada vez un déficit de atención mayor en el nivel medio. Ya se tiene, porque sólo se atiende al 40% de los jóvenes en edad del bachillerato. Urge incrementar la capacidad de atención en este nivel, pero ojalá no sea de las maneras tradicionales.

La deserción de estudiantes en los bachilleratos es del 16%; nuestro país es el que reporta menos avances en la cobertura que otros. De los que ingresan en este nivel de educación media sólo el 44% terminan para continuar en una licenciatura de la educación superior.

Se han propuesto otros planes de estudio más flexibles y más al gusto de los alumnos, con actividades culturales, artísticas y deportivas con la meta de hacer más atractivo el bachillerato y ocupar a los estudiantes en varias actividades para evitar la deserción.

Por ahora es difícil ofrecer un bachillerato de calidad, pero se hacen intentos para que los jóvenes no pierdan su preparación de su educación media.

Doctor en Educación.