/ viernes 6 de noviembre de 2020

Los retos de Morena

El ejercicio del poder y el desgaste que éste genera son los principales factores en contra que tendrán en 2021 los candidatos del partido que hoy gobierna la presidencia de la República, el gobierno de Puebla, la capital y los principales municipios de la entidad.

Morena tiene a su favor una base social que cree y sigue fielmente a Andrés Manuel López Obrador -aunque él no vaya en las boletas, ya buscará la forma de estar presente, por ejemplo, con la consulta para perseguir a los expresidentes mexicanos-, y una oferta política en el estado de 13 partidos que obliga a la oposición a construir alianzas, porque en la división del voto solo gana el partido en el poder.

Tanto local como nacionalmente enfrenta la división de los grupos que lo integran y sólo los cohesiona el presidente de la República, quien no siempre interviene en su partido y por las derrotas en Hidalgo y Coahuila tuvo que meter la mano para designar a Mario Delgado como presidente nacional, pero dejo dolidos a los fundadores de Morena que apoyaban a Porfirio Muñoz Ledo.

López Obrador va con todo por la mayoría en la Cámara de Diputados federal. Actualmente cuenta con 252 curules y no quiere menos para consolidar a su Cuarta Transformación.

En Puebla estarán en juego en 2021, 15 diputaciones federales y según sus cuentas no quiere menos de 9 distritos, en ese ejercicio puede arrastrar para ganar a candidatos locales al Congreso y a los ayuntamientos, más si tiene una oposición débil y dividida.

Es notoria la división local entre los fundadores de Morena, como la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco, con militantes recientes, como el gobernador Luis Miguel Barbosa.

El partido tiene años sin una dirigencia formal y habrá una seria disputa por las nominaciones, no importa que establezcan como método las encuestas, eso no resuelve de fondo las afrentas porque los perdedores se vuelven omisos y en ocasiones incluso ayudan a los opositores de los candidatos que son designados.

Por lo pronto, el senador Alejandro Armenta declaró esta semana a El Sol de Puebla que no participará en las elecciones como candidato, lo que no quiere decir que no intentará tener representantes en las boletas.

Hay un nuevo factor que opinará sin meterse directamente en las designaciones y será el diputado Ignacio Mier Velasco, quien en su carácter de coordinador de mayoría de Morena en la Cámara de Diputados será influyente y determinante a partir de su cercanía probada con el presidente Andrés Manuel López Obrador y la posibilidad de que se reelija como legislador federal.

Morena debe superar sus diferencias internas para ir en bloque y conseguir buenos resultados.

El desgaste del poder es una de sus mayores debilidades, pero será peor si la oposición es interna.

Hoy, ganar o perder en 2021 depende aún de la lealtad de sus militantes a la 4T y a López Obrador.

Morena está a prueba en Puebla.

DE LAS ANÉCDOTAS QUE SE CUENTAN

Ignacio Mier Velasco asumió la semana pasada un papel trascedente en la política nacional.

A partir del jueves 29 de octubre, cuando fue electo por los diputados federales de Morena como su coordinador y por lo tanto en el poderoso presidente de la Junta de Coordinación Política, dio el paso más importante en su carrera de más de 3 décadas.

Luego de su designación, recibió la llamada de ex gobernadores poblanos.

Felicitaciones y reconocimientos se escucharon.

En días difíciles para Morena consiguió un amplio consenso de legisladores y grupos confrontados que votaron a su favor. Dolores Padierna, Pablo Gómez, Tatiana Clouthier y Porfirio Muñoz Ledo, son un ejemplo.

Eso lo coloca con mejores resultados que a quien sustituyó y ahora es líder nacional morenista, Mario Delgado.

Nacho Mier ya está en la línea de fuego para suceder en 2024 al gobernador Barbosa.

Un ex gobernador, que no es su amigo sino todo lo contrario, le recomendó emotivamente:

-Nacho ya tienes la liebre, agárrale la cola. No la sueltes-, le dijo.

Ignacio Mier escuchó.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto

El ejercicio del poder y el desgaste que éste genera son los principales factores en contra que tendrán en 2021 los candidatos del partido que hoy gobierna la presidencia de la República, el gobierno de Puebla, la capital y los principales municipios de la entidad.

Morena tiene a su favor una base social que cree y sigue fielmente a Andrés Manuel López Obrador -aunque él no vaya en las boletas, ya buscará la forma de estar presente, por ejemplo, con la consulta para perseguir a los expresidentes mexicanos-, y una oferta política en el estado de 13 partidos que obliga a la oposición a construir alianzas, porque en la división del voto solo gana el partido en el poder.

Tanto local como nacionalmente enfrenta la división de los grupos que lo integran y sólo los cohesiona el presidente de la República, quien no siempre interviene en su partido y por las derrotas en Hidalgo y Coahuila tuvo que meter la mano para designar a Mario Delgado como presidente nacional, pero dejo dolidos a los fundadores de Morena que apoyaban a Porfirio Muñoz Ledo.

López Obrador va con todo por la mayoría en la Cámara de Diputados federal. Actualmente cuenta con 252 curules y no quiere menos para consolidar a su Cuarta Transformación.

En Puebla estarán en juego en 2021, 15 diputaciones federales y según sus cuentas no quiere menos de 9 distritos, en ese ejercicio puede arrastrar para ganar a candidatos locales al Congreso y a los ayuntamientos, más si tiene una oposición débil y dividida.

Es notoria la división local entre los fundadores de Morena, como la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco, con militantes recientes, como el gobernador Luis Miguel Barbosa.

El partido tiene años sin una dirigencia formal y habrá una seria disputa por las nominaciones, no importa que establezcan como método las encuestas, eso no resuelve de fondo las afrentas porque los perdedores se vuelven omisos y en ocasiones incluso ayudan a los opositores de los candidatos que son designados.

Por lo pronto, el senador Alejandro Armenta declaró esta semana a El Sol de Puebla que no participará en las elecciones como candidato, lo que no quiere decir que no intentará tener representantes en las boletas.

Hay un nuevo factor que opinará sin meterse directamente en las designaciones y será el diputado Ignacio Mier Velasco, quien en su carácter de coordinador de mayoría de Morena en la Cámara de Diputados será influyente y determinante a partir de su cercanía probada con el presidente Andrés Manuel López Obrador y la posibilidad de que se reelija como legislador federal.

Morena debe superar sus diferencias internas para ir en bloque y conseguir buenos resultados.

El desgaste del poder es una de sus mayores debilidades, pero será peor si la oposición es interna.

Hoy, ganar o perder en 2021 depende aún de la lealtad de sus militantes a la 4T y a López Obrador.

Morena está a prueba en Puebla.

DE LAS ANÉCDOTAS QUE SE CUENTAN

Ignacio Mier Velasco asumió la semana pasada un papel trascedente en la política nacional.

A partir del jueves 29 de octubre, cuando fue electo por los diputados federales de Morena como su coordinador y por lo tanto en el poderoso presidente de la Junta de Coordinación Política, dio el paso más importante en su carrera de más de 3 décadas.

Luego de su designación, recibió la llamada de ex gobernadores poblanos.

Felicitaciones y reconocimientos se escucharon.

En días difíciles para Morena consiguió un amplio consenso de legisladores y grupos confrontados que votaron a su favor. Dolores Padierna, Pablo Gómez, Tatiana Clouthier y Porfirio Muñoz Ledo, son un ejemplo.

Eso lo coloca con mejores resultados que a quien sustituyó y ahora es líder nacional morenista, Mario Delgado.

Nacho Mier ya está en la línea de fuego para suceder en 2024 al gobernador Barbosa.

Un ex gobernador, que no es su amigo sino todo lo contrario, le recomendó emotivamente:

-Nacho ya tienes la liebre, agárrale la cola. No la sueltes-, le dijo.

Ignacio Mier escuchó.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto