El gobierno de Luis Miguel Barbosa debería tomar cartas en el asunto e investigar la manera en la que se eligen a las familias de migrantes que son beneficiadas en el programa “Juntos Otra Vez”, ese que retomó la idea de “Raíces de Puebla” echado a andar desde el 2016 y que consiste en apoyar a personas de la tercera edad para que viajen a Estados Unidos y se reencuentren con sus hijos y conozcan a sus nietos.
El asunto viene a colación porque, a pesar de la gratuidad del programa que implica desde los gastos para tramitar la VISA hasta el pago de los pasajes de avión, hay quejas sobre gestores en Estados Unidos que cobran más de mil dólares a los beneficiarios.
Un caso documentado, no de ahora sino de varios años atrás es el de una agrupación denominada Pulso Nueva York que justamente se dedica a promover el encuentro de migrantes con sus familias radicadas en México.
En las oficinas de representación del gobierno del estado Mi Casa es Puebla en Nueva York ya se tenía conocimiento de estas prácticas e incluso en el pasado reciente se les conminó a los representantes de Pulso Nueva York a no incluir a poblanos en sus gestiones debido a que, a diferencia de otros estados, la atención se les podía brindar de manera gratuita.
En redes sociales también se han dado críticas sobre el hecho de que las aportaciones que solicitan son mayores a las que cuestan los trámites y los viajes por lo que “se están hinchando de dinero” y más si se trata de poblanos pues la ganancia es total porque todo sale de recursos públicos.
Entre los migrantes que son familiares de los 213 adultos mayores que en diciembre pasado viajaron a la unión americana como parte del programa Juntos Otra Vez hubo algunos que hicieron su aportación de mil dólares a esa agrupación.
Este reportero debe aclarar que en la mayoría de los comentarios sobre esta aparente gestoría no son con el tono de reclamo sino todo lo contrario.
Los poblanos radicados en Nueva York que recibieron a sus familiares por tres semanas durante el mes de diciembre estuvieron fascinados con la idea de desembolsas esa cantidad por familiar con el fin de verles nuevamente y en todo caso lo que falla es la comunicación del Instituto Poblano de Asistencia al Migrante para advertir que desde Mi Casa es Puebla se puede hacer la gestoría sin costo.
Y tiene lógica pues ellos mismos estiman que de pretender pagarles el viaje a sus parientes en un mes como diciembre les resultaría más costoso y laborioso de tramitar.
Por eso no escuchará de los migrantes beneficiarios reclamos o un intento de que se investigue el hecho de que un programa público, sin fines de lucro, requiriera de una dádiva.
No obstante, si la administración de Luis Miguel Barbosa o sus subordinados nada tienen que ver en esta captación de dinero, bien valdría que revisaran quién o quienes están aprovechando este programa gubernamental para un interés particular.
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Después de tres años y dos meses de estar al frente de la ahora denominada Mi Casa es Puebla en Nueva York, Ana Flores dejó ese puesto desde el miércoles de la semana pasada.
Aunque en un principio se especuló que fue parte de los despidos que está ejecutando Ixelt Romero, titular del Instituto Poblano de Asistencia al Migrante (IPAM), se sabe que renunció de manera voluntaria por una mejor oferta de trabajo.
Y hasta la próxima.
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