/ viernes 2 de agosto de 2019

¿Mensaje siciliano?

La inseguridad es el tema prioritario de la agenda social, económica y política del país, Puebla no es la excepción.

Fernando Alberto Crisanto


El avance del crimen organizado llegó a la puerta de nuestras casas y lo que antes eran comunidades y ciudades seguras, dejaron de serlo para dar paso al temor a sufrir una agresión física o al patrimonio de nosotros y de nuestras familias, sin importar clase ni condición social.

A principios de la década que vivimos se presumía: “Puebla es un estado seguro”.

En muy poco tiempo dejó de serlo, hasta convertirse hoy en la entidad con el mayor número de tomas clandestinas de hidrocarburos y en los últimos meses se multiplicó escandalosamente el robo de gas.

En esta historia que se está escribiendo, el gobernador entrante, Miguel Barbosa, se comprometió a luchar frontalmente y abatir la inseguridad en Puebla.

Hay un ingrediente peligroso que es la vinculación directa o por omisión de políticos y autoridades municipales, representantes populares y funcionarios con las bandas criminales.

Hace unos cuántos días se dieron hechos lamentables en el municipio de Huejotzingo que provocaron dudas sobre el crimen del delegado de la Secretaría General de Gobierno, entre ellas si era una venganza personal o un mensaje críptico y para quién.

Vecinos de la región, sin decirlo, de inmediato volvieron la cara para ver al diputado local por el distrito VIII, Carlos Morales cuñado de la víctima, Luis Fernando Tinoco Cervantes, quien fue levantado el pasado viernes 19 de julio, cuando salía de una reunión en la Universidad Tecnológica de Huejotzingo, la que el diputado de Movimiento Ciudadano domina:

Para sus pisanos no es un político más, pues ya fue presidente municipal y aunque perdió su candidato con la actual alcalde de Morena, sigue manteniendo fuerza y operación en el distrito donde su padre también fue edil.

Un cacicazgo, pues a unos kilómetros de la capital y en una región donde el crimen organizado se pelea la plaza y requiere en esa lucha involucrar a autoridades.

Un ejemplo de su predominio en la Universidad Tecnológica:

Héctor Javier Velasco, el rector, fue director jurídico del actual presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso, cuando fue edil de Huejotzingo; Gregorio Romero, fue secretario general de su gobierno y actualmente es el secretario de Vinculación.

Denisse Morales, hermana del diputado, es la directora de Extensión Universitaria; Gerardo Morales, antiguo director del Sistema Operador de Agua en Huejotzingo es jefe de Recursos Materiales; Pablo Solares, en su momento director general operativo municipal es el Contralor de la UTH.

María del Carmen Reyes es jefa de Recursos Financieros de la institución educativa y en su momento fue tesorera municipal.

La Tecnológica es botín político del legislador, quien por lo menos conoce con detalles los niveles de criminalidad y quienes están detrás de ellos en su tierra que presume controla políticamente, aunque haya perdido la presidencia municipal.

Luis Fernando Tinoco era cuñado del legislador y su operador de mayor confianza, tanto que reseñan las notas periodísticas cuando Morales agradeció “al experto en seguridad, Fernando Tinoco” su gestión para dotar de armamento a la policía municipal, que consistió en cuatro fusiles AR15 y seis armas, calibre nueve milímetros.

No podía ser menor el agradecimiento, viniendo de alguien que hace escasos días, informó a

la prensa local que había entrado en contacto con el nuevo titular de Seguridad Pública estatal, para entregarle un “informe” y un “diagnóstico” que la comisión legislativa a su cargo preparó.

El diputado denunció en junio pasado que “había recibido amenazas de muerte” por “sus fuertes críticas” contra la alcaldesa de Morena, Angélica Alvarado Juárez, por sus malos resultados en materia de seguridad, sin embargo cuando gobernó él recibió la recomendación 10/2017 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que advirtió de agravios e inseguridad de “quienes habitan y transitan en los municipios de San Martín Texmelucan y Huejotzingo, en el estado de Puebla; y en los municipios de Tepetitla de Lardizábal, Nativitas e Ixtacuixtla de Mariano Matamoros, en el estado de Tlaxcala”.

Hasta el momento nadie ha culpado al diputado Carlos Morales de ser parte del crimen organizado que asola la región que él presume controlar políticamente, pero nadie, menos él, puede ignorar que la omisión, una complicidad silenciosa, también puede ser un delito y en ocasiones genera mensajes sicilianos.

De las anécdotas que se cuentan

“Ayer pasé por ahí, por eso no voy a viajar en avión ni en helicóptero, es más cómodo, pero no me doy cuenta. Antes pasaba por Puebla, por Esperanza, Tepeaca y en todo el tramo, incluso pasando Puebla, en las noches, alumbrando con foquito, vendiendo gasolina robada, huachicol. Me encontré de nuevo el foquito, ya mandé el reporte, ahí van a ir, de una vez se los aviso, nada de foquito”.

El de la voz es el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien hizo estas declaraciones el pasado lunes 29 de julio.

Vale preguntar ¿los foquitos los vio cuando pasaba por Huejotzingo?

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter: @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto

La inseguridad es el tema prioritario de la agenda social, económica y política del país, Puebla no es la excepción.

Fernando Alberto Crisanto


El avance del crimen organizado llegó a la puerta de nuestras casas y lo que antes eran comunidades y ciudades seguras, dejaron de serlo para dar paso al temor a sufrir una agresión física o al patrimonio de nosotros y de nuestras familias, sin importar clase ni condición social.

A principios de la década que vivimos se presumía: “Puebla es un estado seguro”.

En muy poco tiempo dejó de serlo, hasta convertirse hoy en la entidad con el mayor número de tomas clandestinas de hidrocarburos y en los últimos meses se multiplicó escandalosamente el robo de gas.

En esta historia que se está escribiendo, el gobernador entrante, Miguel Barbosa, se comprometió a luchar frontalmente y abatir la inseguridad en Puebla.

Hay un ingrediente peligroso que es la vinculación directa o por omisión de políticos y autoridades municipales, representantes populares y funcionarios con las bandas criminales.

Hace unos cuántos días se dieron hechos lamentables en el municipio de Huejotzingo que provocaron dudas sobre el crimen del delegado de la Secretaría General de Gobierno, entre ellas si era una venganza personal o un mensaje críptico y para quién.

Vecinos de la región, sin decirlo, de inmediato volvieron la cara para ver al diputado local por el distrito VIII, Carlos Morales cuñado de la víctima, Luis Fernando Tinoco Cervantes, quien fue levantado el pasado viernes 19 de julio, cuando salía de una reunión en la Universidad Tecnológica de Huejotzingo, la que el diputado de Movimiento Ciudadano domina:

Para sus pisanos no es un político más, pues ya fue presidente municipal y aunque perdió su candidato con la actual alcalde de Morena, sigue manteniendo fuerza y operación en el distrito donde su padre también fue edil.

Un cacicazgo, pues a unos kilómetros de la capital y en una región donde el crimen organizado se pelea la plaza y requiere en esa lucha involucrar a autoridades.

Un ejemplo de su predominio en la Universidad Tecnológica:

Héctor Javier Velasco, el rector, fue director jurídico del actual presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso, cuando fue edil de Huejotzingo; Gregorio Romero, fue secretario general de su gobierno y actualmente es el secretario de Vinculación.

Denisse Morales, hermana del diputado, es la directora de Extensión Universitaria; Gerardo Morales, antiguo director del Sistema Operador de Agua en Huejotzingo es jefe de Recursos Materiales; Pablo Solares, en su momento director general operativo municipal es el Contralor de la UTH.

María del Carmen Reyes es jefa de Recursos Financieros de la institución educativa y en su momento fue tesorera municipal.

La Tecnológica es botín político del legislador, quien por lo menos conoce con detalles los niveles de criminalidad y quienes están detrás de ellos en su tierra que presume controla políticamente, aunque haya perdido la presidencia municipal.

Luis Fernando Tinoco era cuñado del legislador y su operador de mayor confianza, tanto que reseñan las notas periodísticas cuando Morales agradeció “al experto en seguridad, Fernando Tinoco” su gestión para dotar de armamento a la policía municipal, que consistió en cuatro fusiles AR15 y seis armas, calibre nueve milímetros.

No podía ser menor el agradecimiento, viniendo de alguien que hace escasos días, informó a

la prensa local que había entrado en contacto con el nuevo titular de Seguridad Pública estatal, para entregarle un “informe” y un “diagnóstico” que la comisión legislativa a su cargo preparó.

El diputado denunció en junio pasado que “había recibido amenazas de muerte” por “sus fuertes críticas” contra la alcaldesa de Morena, Angélica Alvarado Juárez, por sus malos resultados en materia de seguridad, sin embargo cuando gobernó él recibió la recomendación 10/2017 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que advirtió de agravios e inseguridad de “quienes habitan y transitan en los municipios de San Martín Texmelucan y Huejotzingo, en el estado de Puebla; y en los municipios de Tepetitla de Lardizábal, Nativitas e Ixtacuixtla de Mariano Matamoros, en el estado de Tlaxcala”.

Hasta el momento nadie ha culpado al diputado Carlos Morales de ser parte del crimen organizado que asola la región que él presume controlar políticamente, pero nadie, menos él, puede ignorar que la omisión, una complicidad silenciosa, también puede ser un delito y en ocasiones genera mensajes sicilianos.

De las anécdotas que se cuentan

“Ayer pasé por ahí, por eso no voy a viajar en avión ni en helicóptero, es más cómodo, pero no me doy cuenta. Antes pasaba por Puebla, por Esperanza, Tepeaca y en todo el tramo, incluso pasando Puebla, en las noches, alumbrando con foquito, vendiendo gasolina robada, huachicol. Me encontré de nuevo el foquito, ya mandé el reporte, ahí van a ir, de una vez se los aviso, nada de foquito”.

El de la voz es el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien hizo estas declaraciones el pasado lunes 29 de julio.

Vale preguntar ¿los foquitos los vio cuando pasaba por Huejotzingo?

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter: @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto