/ lunes 7 de octubre de 2019

Mensajes cifrados y espaldarazos de fin de semana

¿Traen pleito el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y el rector de la BUAP Alfonso Esparza Ortiz?

La respuesta a esta interrogante parece ser un “sí”, después de que el pasado viernes se confirmara la ausencia del Poder Ejecutivo del estado en el informe del responsable de la máxima casa de estudios.

Puede ser que se trate de una pugna, una diferencia o un simple malentendido que esté próximo a resolverse por la vía política, y que los ánimos para acometer emanen de uno solo de los personajes, pero es evidente que algo raro ocurre en la relación institucional de estos dos hombres públicos.

Barbosa Huerta tuvo en la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Puebla el argumento perfecto para faltar al auditorio del Complejo Cultural Universitario.

Hasta antes del viernes, en la oficina del rector tenían la certeza de que el gobernador no acudiría a la celebración del informe… por la presencia del tabasqueño.

Lo que no sabían era que tampoco mandaría a ningún representante.

Y así fue.

Nadie llegó al inmueble de Cúmulo de Virgo en representación del mandatario.

Eso significó que, aun sin el presidente en suelo poblano, Barbosa no iba a asistir, y que así quiso hacérselo saber al rector al no mandar a nadie más en su lugar.

Le hizo el vacío y le mandó un mensaje como colofón a episodios previos en los que ya se podía advertir la falta de una buena relación entre los dos.

El más estridente de esos episodios es el relacionado con la venta del equipo Lobos BUAP, que tiene a un personaje intermedio en la trama, el empresario Mario Mendívil Blanco.

Las inasistencias del Ejecutivo local pudieron entonces haberse convertido en el hecho más importante del informe.

No sucedió así.

Quien dio la nota y salvó al rector del cuchicheo generalizado fue la esposa de López Obrador: Beatriz Gutiérrez Müller.

En medio de un contexto adverso frente a un régimen político que apenas se instala en el estado, la presencia de la primera dama de México, que cuenta con una trayectoria personal y profesional en Puebla, sirvió de recurso político para apoyar, y acaso avalar, la gestión de Esparza Ortiz.

Gutiérrez Müller acudió al informe por invitación directa del rector y al hacerlo cubrió el hueco que le hicieron todos los barbosistas.

Pero no llegó sola.

Junto con la esposa del mandatario mexicano estuvo también la directora de Educación Superior Universitaria de la SEP federal, Carmen Rodríguez Armenta, que tomó el micrófono para ratificar el respeto del gobierno de la república a la autonomía de la institución.

Un aparente doble espaldarazo que pudo ocurrir con el visto bueno del presidente y que pudo llevar como propósito invitar a los dos políticos poblanos a dirimir sus diferencias.

Quizá.

En el pasado reciente, el mismo Esparza resolvió una confrontación con el fallecido Rafael Moreno Valle surgida después de que el rector “osara” demandar seguridad para las estudiantes mujeres en las calles de la ciudad y lo hiciera de frente al entonces gobernador, en otro de sus informes.

Las pugnas entre el gobernador y el rector de la BUAP (quienes sea que estén en esos cargos) no son nuevas.

Tampoco deseables.


***

El mismo viernes, el presidente López Obrador comenzó su estancia de dos días en Puebla otorgándole al mandatario estatal un reconocimiento público.

“Le tengo confianza al gobernador Miguel Barbosa; él no va a encubrir a nadie; él es partidario del estado de derecho, de que al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie”, expresó en la conferencia mañanera que se llevó a cabo en las instalaciones de la 25 Zona Militar.

Esas palabras, relacionadas con las tareas de combate a la corrupción que ha asumido como prioritaria la 4T, recaen en la Consejería Jurídica del gobierno del estado, a cargo de Ricardo Velázquez Cruz.

En poco más de dos meses de gestión, Barbosa y Velázquez han hecho una mancuerna jurídica de la que se comenta en positivo entre empresarios y notarios, dos sectores marginados en el pasado y que ahora se mueven en un nuevo ambiente de legalidad y certidumbre.

Velázquez, magistrado del Poder Judicial con licencia, es de mano rigurosa y él mismo lo admite al argumentar que la ley es dura, pero es la ley.

Eso le ha ganado la confianza del gobernador, que a su vez tiene la del presidente, como dijo el viernes en la mañanera y en cadena nacional.


Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

¿Traen pleito el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y el rector de la BUAP Alfonso Esparza Ortiz?

La respuesta a esta interrogante parece ser un “sí”, después de que el pasado viernes se confirmara la ausencia del Poder Ejecutivo del estado en el informe del responsable de la máxima casa de estudios.

Puede ser que se trate de una pugna, una diferencia o un simple malentendido que esté próximo a resolverse por la vía política, y que los ánimos para acometer emanen de uno solo de los personajes, pero es evidente que algo raro ocurre en la relación institucional de estos dos hombres públicos.

Barbosa Huerta tuvo en la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Puebla el argumento perfecto para faltar al auditorio del Complejo Cultural Universitario.

Hasta antes del viernes, en la oficina del rector tenían la certeza de que el gobernador no acudiría a la celebración del informe… por la presencia del tabasqueño.

Lo que no sabían era que tampoco mandaría a ningún representante.

Y así fue.

Nadie llegó al inmueble de Cúmulo de Virgo en representación del mandatario.

Eso significó que, aun sin el presidente en suelo poblano, Barbosa no iba a asistir, y que así quiso hacérselo saber al rector al no mandar a nadie más en su lugar.

Le hizo el vacío y le mandó un mensaje como colofón a episodios previos en los que ya se podía advertir la falta de una buena relación entre los dos.

El más estridente de esos episodios es el relacionado con la venta del equipo Lobos BUAP, que tiene a un personaje intermedio en la trama, el empresario Mario Mendívil Blanco.

Las inasistencias del Ejecutivo local pudieron entonces haberse convertido en el hecho más importante del informe.

No sucedió así.

Quien dio la nota y salvó al rector del cuchicheo generalizado fue la esposa de López Obrador: Beatriz Gutiérrez Müller.

En medio de un contexto adverso frente a un régimen político que apenas se instala en el estado, la presencia de la primera dama de México, que cuenta con una trayectoria personal y profesional en Puebla, sirvió de recurso político para apoyar, y acaso avalar, la gestión de Esparza Ortiz.

Gutiérrez Müller acudió al informe por invitación directa del rector y al hacerlo cubrió el hueco que le hicieron todos los barbosistas.

Pero no llegó sola.

Junto con la esposa del mandatario mexicano estuvo también la directora de Educación Superior Universitaria de la SEP federal, Carmen Rodríguez Armenta, que tomó el micrófono para ratificar el respeto del gobierno de la república a la autonomía de la institución.

Un aparente doble espaldarazo que pudo ocurrir con el visto bueno del presidente y que pudo llevar como propósito invitar a los dos políticos poblanos a dirimir sus diferencias.

Quizá.

En el pasado reciente, el mismo Esparza resolvió una confrontación con el fallecido Rafael Moreno Valle surgida después de que el rector “osara” demandar seguridad para las estudiantes mujeres en las calles de la ciudad y lo hiciera de frente al entonces gobernador, en otro de sus informes.

Las pugnas entre el gobernador y el rector de la BUAP (quienes sea que estén en esos cargos) no son nuevas.

Tampoco deseables.


***

El mismo viernes, el presidente López Obrador comenzó su estancia de dos días en Puebla otorgándole al mandatario estatal un reconocimiento público.

“Le tengo confianza al gobernador Miguel Barbosa; él no va a encubrir a nadie; él es partidario del estado de derecho, de que al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie”, expresó en la conferencia mañanera que se llevó a cabo en las instalaciones de la 25 Zona Militar.

Esas palabras, relacionadas con las tareas de combate a la corrupción que ha asumido como prioritaria la 4T, recaen en la Consejería Jurídica del gobierno del estado, a cargo de Ricardo Velázquez Cruz.

En poco más de dos meses de gestión, Barbosa y Velázquez han hecho una mancuerna jurídica de la que se comenta en positivo entre empresarios y notarios, dos sectores marginados en el pasado y que ahora se mueven en un nuevo ambiente de legalidad y certidumbre.

Velázquez, magistrado del Poder Judicial con licencia, es de mano rigurosa y él mismo lo admite al argumentar que la ley es dura, pero es la ley.

Eso le ha ganado la confianza del gobernador, que a su vez tiene la del presidente, como dijo el viernes en la mañanera y en cadena nacional.


Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx