/ viernes 7 de febrero de 2020

México; entre la inseguridad y la desesperanza

De acuerdo a la narrativa y propuesta del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la guardia nacional sería la Institución que resolvería la creciente inseguridad; el 1º de febrero se cumpió un año, del inicio del procedimiento constitucional para su creación.

Al respecto estimado lector, cada uno de nosotros debemos reflexionar y emitir nuestro propio juicio, sobre la actual situación del país, al tiempo de cuestionarnos sobre cómo nos encontramos y como se encuentra el país, pues lamentablemente día a día seguimos siendo presa de todo tipo de delincuencia en nuestra persona y nuestros bienes.

En este tenor, durante la reunión del grupo parlamentario de morena; el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, les externó “Pueden estar o no de acuerdo con la estrategia, pero nadie puede negar que hay estrategia. La primera línea de la Estrategia de Seguridad es el combate a la corrupción, porque sin combatir la corrupción en la administración pública y particularmente en los cuerpos de seguridad, es imposible mejorar la seguridad”.

Lamentablemente la inseguridad día a día va en aumento y con esa actitud y los comentarios del secretario Durazo, parece ser que es difícil de frenar, porque si bien es cierto que en el pasado como ahora señalan no se atendió de manera adecuada, a la fecha se percibe que se sigue minimizando por una gran mayoría de gobernantes en nuestro país.

Lo cierto es que el combate a la criminalidad y la violencia representa el mayor déficit del Gobierno de López Obrador, quien, igual que sus antecesores, considera que la solución radica en militarizar la seguridad pública y en el reparto de subsidios.

Lamentablemente el 2019 fue el año más violento del que se tenga registro, y contrario a lo que señala el Secretario Durazo; no se vislumbra una política de construcción de instituciones de justicia.

Pues si bien es cierto que, en el pasado, al arribo de cada nuevo presidente se vislumbraba una nueva esperanza. Nunca como ahora el presidente había creído realmente que su liderazgo representa el fin de un ciclo y el comienzo de otro, en algunas acciones han cambiado, pero todo sigue igual y lo lamentable es que estamos llegando a los umbrales de la desesperanza.

Un ejemplo es la Caravana por la Paz, la Justicia y la Verdad, que concluyó frente a Palacio Nacional, donde una comisión entregó una carta y propuesta de justicia transicional al Gabinete de Seguridad.

Este acto fue el inicio del reclamo de miles de víctimas de la violencia, encabezada por Javier Sicilia y Julián LeBarón, quienes convocaron a la marcha ante la falta de respuestas por la masacre de Bavispe.

Lo lamentable es que este acto se vio ensombrecido por simpatizantes, presuntos morenistas, los cuales pregonaba: “muera Lebaron”, “muera Sicilia”, “es un honor estar con Obrador”.

Justo cuando Javier Sicilia leyó una carta pidiendo a López Obrador una política de Estado para la Paz pero con Justicia, recordando que 2019 fue el año más violento, señaló “Ya es tiempo de poner fin a tanto sufrimiento”, la actitud del mandatario de expresar su negativa a hablar con el movimiento, de que en las mañaneras uses un lenguaje que en lugar de llamar a la unidad polariza a la nación y divide… La justicia, ha mantenido las redes de complicidad del Estado con el crimen organizado y sus costos en dolor y muerte han sido muy altos: cerca de 35 mil asesinatos que se suman a los 61 mil desaparecidos”.

Ante esas expresiones arreciaron las consignas de los simpatizantes del presidente que momentos antes se impuso frente a la caravana.

Lo cual es lamentable, pues ni siquiera en los peores momentos de autoritarismo o de severas crisis económicas intermitentes con pérdida del patrimonio de numerosas familias, se percibía lo que hoy estamos viviendo. Entre la población existe un desánimo generalizado, hartazgo ciudadano, frustración en los rostros y desazón por todas partes.

Y ante los hechos con el incremento de la criminalidad e inseguridad, una elevada proporción de mexicanos, asumimos esta dolorosa situación, con la cual vivimos día a día, en cada rincón del país y, para la cual no se tiene la claridad por parte del Estado Mexicano de una solución posible.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

De acuerdo a la narrativa y propuesta del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la guardia nacional sería la Institución que resolvería la creciente inseguridad; el 1º de febrero se cumpió un año, del inicio del procedimiento constitucional para su creación.

Al respecto estimado lector, cada uno de nosotros debemos reflexionar y emitir nuestro propio juicio, sobre la actual situación del país, al tiempo de cuestionarnos sobre cómo nos encontramos y como se encuentra el país, pues lamentablemente día a día seguimos siendo presa de todo tipo de delincuencia en nuestra persona y nuestros bienes.

En este tenor, durante la reunión del grupo parlamentario de morena; el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, les externó “Pueden estar o no de acuerdo con la estrategia, pero nadie puede negar que hay estrategia. La primera línea de la Estrategia de Seguridad es el combate a la corrupción, porque sin combatir la corrupción en la administración pública y particularmente en los cuerpos de seguridad, es imposible mejorar la seguridad”.

Lamentablemente la inseguridad día a día va en aumento y con esa actitud y los comentarios del secretario Durazo, parece ser que es difícil de frenar, porque si bien es cierto que en el pasado como ahora señalan no se atendió de manera adecuada, a la fecha se percibe que se sigue minimizando por una gran mayoría de gobernantes en nuestro país.

Lo cierto es que el combate a la criminalidad y la violencia representa el mayor déficit del Gobierno de López Obrador, quien, igual que sus antecesores, considera que la solución radica en militarizar la seguridad pública y en el reparto de subsidios.

Lamentablemente el 2019 fue el año más violento del que se tenga registro, y contrario a lo que señala el Secretario Durazo; no se vislumbra una política de construcción de instituciones de justicia.

Pues si bien es cierto que, en el pasado, al arribo de cada nuevo presidente se vislumbraba una nueva esperanza. Nunca como ahora el presidente había creído realmente que su liderazgo representa el fin de un ciclo y el comienzo de otro, en algunas acciones han cambiado, pero todo sigue igual y lo lamentable es que estamos llegando a los umbrales de la desesperanza.

Un ejemplo es la Caravana por la Paz, la Justicia y la Verdad, que concluyó frente a Palacio Nacional, donde una comisión entregó una carta y propuesta de justicia transicional al Gabinete de Seguridad.

Este acto fue el inicio del reclamo de miles de víctimas de la violencia, encabezada por Javier Sicilia y Julián LeBarón, quienes convocaron a la marcha ante la falta de respuestas por la masacre de Bavispe.

Lo lamentable es que este acto se vio ensombrecido por simpatizantes, presuntos morenistas, los cuales pregonaba: “muera Lebaron”, “muera Sicilia”, “es un honor estar con Obrador”.

Justo cuando Javier Sicilia leyó una carta pidiendo a López Obrador una política de Estado para la Paz pero con Justicia, recordando que 2019 fue el año más violento, señaló “Ya es tiempo de poner fin a tanto sufrimiento”, la actitud del mandatario de expresar su negativa a hablar con el movimiento, de que en las mañaneras uses un lenguaje que en lugar de llamar a la unidad polariza a la nación y divide… La justicia, ha mantenido las redes de complicidad del Estado con el crimen organizado y sus costos en dolor y muerte han sido muy altos: cerca de 35 mil asesinatos que se suman a los 61 mil desaparecidos”.

Ante esas expresiones arreciaron las consignas de los simpatizantes del presidente que momentos antes se impuso frente a la caravana.

Lo cual es lamentable, pues ni siquiera en los peores momentos de autoritarismo o de severas crisis económicas intermitentes con pérdida del patrimonio de numerosas familias, se percibía lo que hoy estamos viviendo. Entre la población existe un desánimo generalizado, hartazgo ciudadano, frustración en los rostros y desazón por todas partes.

Y ante los hechos con el incremento de la criminalidad e inseguridad, una elevada proporción de mexicanos, asumimos esta dolorosa situación, con la cual vivimos día a día, en cada rincón del país y, para la cual no se tiene la claridad por parte del Estado Mexicano de una solución posible.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com