/ lunes 29 de abril de 2019

Monreal provocó la división y polarización; Monreal las conjuró                   

Para la política y la diplomacia no hay diferencias, guerras, ni desacuerdos imposibles de cancelar convenir y superar. El punto de reconciliación que recién acaban de acordar Miguel Barbosa, candidato de Morena a la gubernatura del Estado, y el senador, Alejandro Armenta Mier, teniendo ambos como testigo y mediador a Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, es un gran paso para la reunificación de la estructura partidista de Morena en Puebla; representa un gran avance para las probabilidades de triunfo de Miguel Barbosa ya con un frente unido en las elecciones del 2 de junio.

Pone en claro que quién manda en este partido es Andrés Manuel López Obrador, y no Ricardo Monreal. También establece que los candidatos a la gubernatura los pone el tabasqueño y no cualquiera de sus lugartenientes. Quien sale fortalecida es Yeydckol Polevnsky, como dirigente formal de Morena, y se evita la creencia de que el Senado y los senadores pueden ser el semillero de los gobernadores de Ricardo Monreal.

El punto de engarce, el momento de la pacificación es estratégico, se da a menos de la mitad de las campañas electorales a la gubernatura, y cancela sus efectos negativos para el día de la elección. Las pasiones humanas se habían desbordado a tal grado entre Miguel Barbosa, y el senador con licencia, Alejandro Armenta Mier, que parecía más fácil seguirle echando leña a la hoguera, que resolver sus ahondados diferendos, suscitados durante la precampaña política en la que se disputaron la candidatura al gobierno del Estado que finalmente terminó ganando Miguel Barbosa, ya que se hizo mediante elección directa de la dirigencia nacional.

La contienda interna fue tan enconada que no concluyó con la precampaña, y Armenta Mier continuó e intensificó sus ataques hasta decirle a Barbosa de lo que iba a morir. Quedó muy dolido de su derrota de lo que llamaba una elección teledirigida por Yeidckol Polevnski en favor de Barbosa.

Y efectivamente, Yeydckol dijo en más de una ocasión que el candidato favorito de Morena a la gubernatura era Miguel Barbosa, pues es el que mayores méritos tenía, entre otros, el de haber ganado la elección a Martha Erika Alonso Hidalgo, pero que Rafael Moreno Valle, senador y esposo de Martha convirtió en un fraude electoral. En ese tiempo y ocasión, Alejandro Armenta buscó la senaduría y prácticamente no se interpuso en el camino de Barbosa, candidato oficial de Morena.

La ambición por la candidatura a la gubernatura le llegó a Armenta Mier hasta que sobrevino la muerte de Martha Erika Alonso, y fue entonces que planteó la necesidad de convocar a unas elecciones extraordinarias para gobernador del Estado. Armenta Mier empezó a abrir un frente de lucha en el que proponía que debería de haber una elección interna en Morena para elegir candidato a la gubernatura. El senador Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el senado, se encargó de alentarlo y darle su apoyo, entre ambos dividieron a Morena en el Estado.

Ricardo envió una carta a Yeydckol pidiéndole que la elección de candidato a Gobernador del Estado se hiciera de manera democrática, mediante una competencia abierta en la que también participó la senadora Nancy de la Sierra.

Con esa jugada, Ricardo Monreal le disputaba a Yeydckol el manejo del partido de Regeneración Nacional, y hacía el intento de arrebatarles la candidatura de Puebla a Yeydckol y a Miguel Barbosa, para que se le quedara a Alejandro Armenta Mier.

Los cálculos políticos del habilidoso Monreal estaban mal planteados. Nunca pensó que Yeydckol le opondría férrea resistencia, defendiera la causa de Miguel Barbosa contra viento y marea, y en una de sus desesperadas diatribas contra Monreal y Armenta les calificó de “sabandijas infiltradas, demonios sueltos y oportunistas”.

Ese grito de la dirigente nacional de Morena no pasó inadvertido para el dueño del balón y el árbitro del partido, Andrés Manuel López Obrador, quien vino a Puebla a dar un manotazo político, a meter orden, ocho días antes de que se diera a conocer el nombre del ganador de la contienda interna (que fue Barbosa). El tabasqueño envió mensajes cifrados a Monreal y Armenta, les vino a confirmar que la elección de Barbosa cono candidato a Gobernador era una decisión tomada.

En esa ocasión, López Obrador les dejó a los tres aspirantes tres frases admonitorias para que cada uno las interpretara y las acomodara a su propia circunstancia: “mi gobierno no tiene candidato”; y nadie debe “usar mi nombre para conseguir una posición política”, Y rubricó con otra advertencia “que nadie se atreva a decir que tiene mi apoyo. Porque yo solo tengo un amo, el pueblo” Los descalificó a todos, menos a Barbosa, su silencioso candidato, el que jugó a la defensiva, el que no pronunció denuestos contra sus adversarios

Andrés Manuel dio en aquella ocasión el manotazo sobre la mesa con el propósito de repetirle a Ricardo Monreal quien es el líder natural y moral de Morena. Un hasta aquí que Monreal ha entendido y aceptado, y por eso sirvió de anfitrión y mediados de la reunión de reconciliación que sostuvieron Barbosa y Armenta el lunes por la noche en las oficinas de Monreal. Monreal provocó el enfrentamiento, las polarizaciones y las divisiones internas, Monreal las conjuró… NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.

Para la política y la diplomacia no hay diferencias, guerras, ni desacuerdos imposibles de cancelar convenir y superar. El punto de reconciliación que recién acaban de acordar Miguel Barbosa, candidato de Morena a la gubernatura del Estado, y el senador, Alejandro Armenta Mier, teniendo ambos como testigo y mediador a Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, es un gran paso para la reunificación de la estructura partidista de Morena en Puebla; representa un gran avance para las probabilidades de triunfo de Miguel Barbosa ya con un frente unido en las elecciones del 2 de junio.

Pone en claro que quién manda en este partido es Andrés Manuel López Obrador, y no Ricardo Monreal. También establece que los candidatos a la gubernatura los pone el tabasqueño y no cualquiera de sus lugartenientes. Quien sale fortalecida es Yeydckol Polevnsky, como dirigente formal de Morena, y se evita la creencia de que el Senado y los senadores pueden ser el semillero de los gobernadores de Ricardo Monreal.

El punto de engarce, el momento de la pacificación es estratégico, se da a menos de la mitad de las campañas electorales a la gubernatura, y cancela sus efectos negativos para el día de la elección. Las pasiones humanas se habían desbordado a tal grado entre Miguel Barbosa, y el senador con licencia, Alejandro Armenta Mier, que parecía más fácil seguirle echando leña a la hoguera, que resolver sus ahondados diferendos, suscitados durante la precampaña política en la que se disputaron la candidatura al gobierno del Estado que finalmente terminó ganando Miguel Barbosa, ya que se hizo mediante elección directa de la dirigencia nacional.

La contienda interna fue tan enconada que no concluyó con la precampaña, y Armenta Mier continuó e intensificó sus ataques hasta decirle a Barbosa de lo que iba a morir. Quedó muy dolido de su derrota de lo que llamaba una elección teledirigida por Yeidckol Polevnski en favor de Barbosa.

Y efectivamente, Yeydckol dijo en más de una ocasión que el candidato favorito de Morena a la gubernatura era Miguel Barbosa, pues es el que mayores méritos tenía, entre otros, el de haber ganado la elección a Martha Erika Alonso Hidalgo, pero que Rafael Moreno Valle, senador y esposo de Martha convirtió en un fraude electoral. En ese tiempo y ocasión, Alejandro Armenta buscó la senaduría y prácticamente no se interpuso en el camino de Barbosa, candidato oficial de Morena.

La ambición por la candidatura a la gubernatura le llegó a Armenta Mier hasta que sobrevino la muerte de Martha Erika Alonso, y fue entonces que planteó la necesidad de convocar a unas elecciones extraordinarias para gobernador del Estado. Armenta Mier empezó a abrir un frente de lucha en el que proponía que debería de haber una elección interna en Morena para elegir candidato a la gubernatura. El senador Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el senado, se encargó de alentarlo y darle su apoyo, entre ambos dividieron a Morena en el Estado.

Ricardo envió una carta a Yeydckol pidiéndole que la elección de candidato a Gobernador del Estado se hiciera de manera democrática, mediante una competencia abierta en la que también participó la senadora Nancy de la Sierra.

Con esa jugada, Ricardo Monreal le disputaba a Yeydckol el manejo del partido de Regeneración Nacional, y hacía el intento de arrebatarles la candidatura de Puebla a Yeydckol y a Miguel Barbosa, para que se le quedara a Alejandro Armenta Mier.

Los cálculos políticos del habilidoso Monreal estaban mal planteados. Nunca pensó que Yeydckol le opondría férrea resistencia, defendiera la causa de Miguel Barbosa contra viento y marea, y en una de sus desesperadas diatribas contra Monreal y Armenta les calificó de “sabandijas infiltradas, demonios sueltos y oportunistas”.

Ese grito de la dirigente nacional de Morena no pasó inadvertido para el dueño del balón y el árbitro del partido, Andrés Manuel López Obrador, quien vino a Puebla a dar un manotazo político, a meter orden, ocho días antes de que se diera a conocer el nombre del ganador de la contienda interna (que fue Barbosa). El tabasqueño envió mensajes cifrados a Monreal y Armenta, les vino a confirmar que la elección de Barbosa cono candidato a Gobernador era una decisión tomada.

En esa ocasión, López Obrador les dejó a los tres aspirantes tres frases admonitorias para que cada uno las interpretara y las acomodara a su propia circunstancia: “mi gobierno no tiene candidato”; y nadie debe “usar mi nombre para conseguir una posición política”, Y rubricó con otra advertencia “que nadie se atreva a decir que tiene mi apoyo. Porque yo solo tengo un amo, el pueblo” Los descalificó a todos, menos a Barbosa, su silencioso candidato, el que jugó a la defensiva, el que no pronunció denuestos contra sus adversarios

Andrés Manuel dio en aquella ocasión el manotazo sobre la mesa con el propósito de repetirle a Ricardo Monreal quien es el líder natural y moral de Morena. Un hasta aquí que Monreal ha entendido y aceptado, y por eso sirvió de anfitrión y mediados de la reunión de reconciliación que sostuvieron Barbosa y Armenta el lunes por la noche en las oficinas de Monreal. Monreal provocó el enfrentamiento, las polarizaciones y las divisiones internas, Monreal las conjuró… NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.