/ martes 10 de agosto de 2021

Morena: vendedor de sueños, fabricante de pobres

Los últimos 3 años hemos sido testigos de ese discurso populista y demagógico que decía primero los pobres, un mensaje plagado de mentiras que tocó a cientos de mexicanos, quienes con la esperanza de mejores condiciones y más oportunidades brindaron su confianza a Morena, partido que solo resultó ser un vendedor de sueños y fabricante de pobres.

Los resultados devastadores del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), describen una pésima gestión de gobierno en todos los niveles, sin excepción alguna. Las cifras de pobreza en nuestro país nos obligan a una profunda reflexión, a una reinvención y a un rediseño del gobierno. Las cosas no pueden seguir como hasta ahora y para esto basta con ver los datos:

En 2018 habían 51.9 millones de personas en condición de pobreza y ahora hay 55.7; es decir, un aumento de 3.8 millones de personas más que hace dos años.

Las personas en condición de pobreza moderada aumentaron de 43.2 a 44.9 millones y las personas de pobreza extrema aumentaron de 8.7 a 10.8 millones, un aumento de 2 millones 100 mil personas en sólo dos años.

Desgraciadamente, el mal se acentúa en nuestro estado. En Puebla, el volumen de población en pobreza extrema aumentó 60.9% en tan sólo dos años.

La población en pobreza extrema pasó de 524 mil 900 en 2018 a 844 mil 300 en 2020; es decir, un aumento en valores absolutos de 319 mil 400 personas.

Con el pretexto de la pandemia quieren justificar su ineficiencia. No tengo duda, el aumento de la pobreza en Puebla es responsabilidad de los gobiernos de Morena, pues otras entidades federativas lograron disminuir los niveles de marginación en sus estados, como es el caso de Nayarit, Veracruz, Guerrero, Colima, Oaxaca y Chiapas.

Esto nos lleva a cuestionarnos sobre ¿Cómo se aplicaron los programas sociales? ¿Qué hizo el “Súper Delegado” Abdala con la entrega de apoyos? Porque si algo tenemos claro es que la política social no contribuyó a detener la pobreza, por el contrario, se incrementó y los números están a la vista de todos.

La agenda del Gobierno Federal se ha concentrado más en consultas populares, en dividir y polarizar, que en solucionar los problemas reales de los ciudadanos, quienes en esta tercera ola de la pandemia, siguen sufriendo los estragos de las malas decisiones económicas y de salud.

Los mexicanos no queremos más vendedores de sueños, queremos resultados, progreso y desarrollo.

Los últimos 3 años hemos sido testigos de ese discurso populista y demagógico que decía primero los pobres, un mensaje plagado de mentiras que tocó a cientos de mexicanos, quienes con la esperanza de mejores condiciones y más oportunidades brindaron su confianza a Morena, partido que solo resultó ser un vendedor de sueños y fabricante de pobres.

Los resultados devastadores del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), describen una pésima gestión de gobierno en todos los niveles, sin excepción alguna. Las cifras de pobreza en nuestro país nos obligan a una profunda reflexión, a una reinvención y a un rediseño del gobierno. Las cosas no pueden seguir como hasta ahora y para esto basta con ver los datos:

En 2018 habían 51.9 millones de personas en condición de pobreza y ahora hay 55.7; es decir, un aumento de 3.8 millones de personas más que hace dos años.

Las personas en condición de pobreza moderada aumentaron de 43.2 a 44.9 millones y las personas de pobreza extrema aumentaron de 8.7 a 10.8 millones, un aumento de 2 millones 100 mil personas en sólo dos años.

Desgraciadamente, el mal se acentúa en nuestro estado. En Puebla, el volumen de población en pobreza extrema aumentó 60.9% en tan sólo dos años.

La población en pobreza extrema pasó de 524 mil 900 en 2018 a 844 mil 300 en 2020; es decir, un aumento en valores absolutos de 319 mil 400 personas.

Con el pretexto de la pandemia quieren justificar su ineficiencia. No tengo duda, el aumento de la pobreza en Puebla es responsabilidad de los gobiernos de Morena, pues otras entidades federativas lograron disminuir los niveles de marginación en sus estados, como es el caso de Nayarit, Veracruz, Guerrero, Colima, Oaxaca y Chiapas.

Esto nos lleva a cuestionarnos sobre ¿Cómo se aplicaron los programas sociales? ¿Qué hizo el “Súper Delegado” Abdala con la entrega de apoyos? Porque si algo tenemos claro es que la política social no contribuyó a detener la pobreza, por el contrario, se incrementó y los números están a la vista de todos.

La agenda del Gobierno Federal se ha concentrado más en consultas populares, en dividir y polarizar, que en solucionar los problemas reales de los ciudadanos, quienes en esta tercera ola de la pandemia, siguen sufriendo los estragos de las malas decisiones económicas y de salud.

Los mexicanos no queremos más vendedores de sueños, queremos resultados, progreso y desarrollo.