/ jueves 11 de febrero de 2021

Morena vs Morena

Rumbo a las elecciones de junio, en el partido Morena hacen bien en trabajar en sus estrategias para encarar la contienda, pero antes de pensar en vencer a sus adversarios, primeramente deberían centrarse en lograr la unidad y frenar las confrontaciones internas ya que por lo visto hasta el momento, una fiera lucha se vive al interior del partido.

De entrada en la definición de las candidaturas a las alcaldías, así como a diputados locales y federales se aproxima un choque interno con mucho desgaste entre las y los morenos. Además el Comité Directivo Estatal tiene que lidiar con el cuchillito de palo que resulta ser Mario Bracamonte González, que aunque no tiene ningún reconocimiento oficial como delegado, el dirigente proclamado en un madruguete no deja de seguir confundiendo a la militancia al grado que también anunció la creación de una comisión interna para filtrar a los candidatos. ¡¿?! ¿Entonces cuál dirigencia es la buena?

Sumado a ese conflicto interno, llega la chamba de lidiar con todos los suspirantes registrados a los cargos de elección en disputa, por ejemplo por las alcaldías en donde hay casos hasta con 8 aspirantes para la misma nominación. Todas y todos alegan derecho legítimo a ser candidatos, otras y otros van por la reelección porque se sienten “dios en el poder” y creen que merecen repetir. Bueno, pues esa es otra labor de desgaste para la dirigencia que requiere de mucho tacto para no generar inconformidades y mentadas de jefa que terminen en nuevas rupturas internas.

Y lo peor está por venir. Los apasionamientos se agudizarán conforme se acerquen los tiempos de elegir a los nominados para las encuestas tomando en cuenta que solo podrán ser incluidos hasta 4 personajes. Ahí vendrá la molestia de quienes queden fuera y en cambio sean incluidos los advenedizos que llegaron a pedir una candidatura y que solo por ser famosos serán incluidos desplazando a los militantes que llevan años levantando la mano. ¿Por qué pensaron en El Chelis?

Y si eso no fuera suficiente la dirigencia estatal tendrá que enfrentar las presiones de los grupos internos de Morena, es decir los afines a la alcaldesa Claudia Rivera, los simpatizantes del gobernador Miguel Barbosa, los amigos del diputado Gabriel Biestro, los seguidores del senador Alejandro Armenta, pero además los fieles a otros liderazgos como Abraham Quiroz, Alejandro Carvajal, Rosa Márquez y los que le sigan. Todos ellos buscarán tener sus parcelitas, digo sus candidatos.

Todos esos rounds tendrá que echárselos Edgar Garmendia de los Santos y su dirigencia porque ni el CEN, ni Mario Delgado, no ha mostrado interés por meter mano y poner orden en Puebla y la mejor muestra de ello es que hasta el momento ha permitido que haya 2 líderes, uno reconocido por la autoridad electoral y el otro haciéndole al tío Lolo, pero al final no deja de confundir a la militancia y abonar a la desunión. ¿A poco no?

¿Claudia o Biestro?, no hay más

Tras el auto retiro de Alejandro Armenta de la contienda interna por la candidatura a la alcaldía de Puebla, pese a que nunca tuvo el interés real de competir por la nominación, hoy queda claro que en Morena solo hay de 2 sopas, es decir solo 2 potenciales nominados: Claudia Rivera o Gabriel Biestro, Gabriel Biestro o Claudia Rivera. ¡No hay más!, sin ofender para los demás aspirantes.

Ambos: Claudia y Gabriel tienen sus atributos. Sí, aunque usted no lo crea, cada quien tiene sus fortalezas, pero también tienen sus debilidades.

Claudia Rivera ha afirmado que el proyecto de transformación que ha logrado en la capital –seguramente usted se preguntará ¿cuál?- debe continuar y por eso dice que ella es la indicada para lograrlo y el camino es la reelección pese a las críticas a su actual gestión.

Gabriel Biestro ha declarado que su crecimiento político desde las bases de Morena que lo han llevado hasta el Congreso del Estado, le ha dado la formación que hoy le permite aspirar a gobernar una ciudad como Puebla bajo la tutela de la 4T. Y todo ello pese a sus críticos. Ambos tienen razón.

Mientras llega el momento de la decisión final, en las próximas semanas se vienen tremendos agarrones por la nominación que parece ser la joya de la corona, la de la presidencia municipal de Puebla capital. ¡Mientras compre sus palomitas!

Rumbo a las elecciones de junio, en el partido Morena hacen bien en trabajar en sus estrategias para encarar la contienda, pero antes de pensar en vencer a sus adversarios, primeramente deberían centrarse en lograr la unidad y frenar las confrontaciones internas ya que por lo visto hasta el momento, una fiera lucha se vive al interior del partido.

De entrada en la definición de las candidaturas a las alcaldías, así como a diputados locales y federales se aproxima un choque interno con mucho desgaste entre las y los morenos. Además el Comité Directivo Estatal tiene que lidiar con el cuchillito de palo que resulta ser Mario Bracamonte González, que aunque no tiene ningún reconocimiento oficial como delegado, el dirigente proclamado en un madruguete no deja de seguir confundiendo a la militancia al grado que también anunció la creación de una comisión interna para filtrar a los candidatos. ¡¿?! ¿Entonces cuál dirigencia es la buena?

Sumado a ese conflicto interno, llega la chamba de lidiar con todos los suspirantes registrados a los cargos de elección en disputa, por ejemplo por las alcaldías en donde hay casos hasta con 8 aspirantes para la misma nominación. Todas y todos alegan derecho legítimo a ser candidatos, otras y otros van por la reelección porque se sienten “dios en el poder” y creen que merecen repetir. Bueno, pues esa es otra labor de desgaste para la dirigencia que requiere de mucho tacto para no generar inconformidades y mentadas de jefa que terminen en nuevas rupturas internas.

Y lo peor está por venir. Los apasionamientos se agudizarán conforme se acerquen los tiempos de elegir a los nominados para las encuestas tomando en cuenta que solo podrán ser incluidos hasta 4 personajes. Ahí vendrá la molestia de quienes queden fuera y en cambio sean incluidos los advenedizos que llegaron a pedir una candidatura y que solo por ser famosos serán incluidos desplazando a los militantes que llevan años levantando la mano. ¿Por qué pensaron en El Chelis?

Y si eso no fuera suficiente la dirigencia estatal tendrá que enfrentar las presiones de los grupos internos de Morena, es decir los afines a la alcaldesa Claudia Rivera, los simpatizantes del gobernador Miguel Barbosa, los amigos del diputado Gabriel Biestro, los seguidores del senador Alejandro Armenta, pero además los fieles a otros liderazgos como Abraham Quiroz, Alejandro Carvajal, Rosa Márquez y los que le sigan. Todos ellos buscarán tener sus parcelitas, digo sus candidatos.

Todos esos rounds tendrá que echárselos Edgar Garmendia de los Santos y su dirigencia porque ni el CEN, ni Mario Delgado, no ha mostrado interés por meter mano y poner orden en Puebla y la mejor muestra de ello es que hasta el momento ha permitido que haya 2 líderes, uno reconocido por la autoridad electoral y el otro haciéndole al tío Lolo, pero al final no deja de confundir a la militancia y abonar a la desunión. ¿A poco no?

¿Claudia o Biestro?, no hay más

Tras el auto retiro de Alejandro Armenta de la contienda interna por la candidatura a la alcaldía de Puebla, pese a que nunca tuvo el interés real de competir por la nominación, hoy queda claro que en Morena solo hay de 2 sopas, es decir solo 2 potenciales nominados: Claudia Rivera o Gabriel Biestro, Gabriel Biestro o Claudia Rivera. ¡No hay más!, sin ofender para los demás aspirantes.

Ambos: Claudia y Gabriel tienen sus atributos. Sí, aunque usted no lo crea, cada quien tiene sus fortalezas, pero también tienen sus debilidades.

Claudia Rivera ha afirmado que el proyecto de transformación que ha logrado en la capital –seguramente usted se preguntará ¿cuál?- debe continuar y por eso dice que ella es la indicada para lograrlo y el camino es la reelección pese a las críticas a su actual gestión.

Gabriel Biestro ha declarado que su crecimiento político desde las bases de Morena que lo han llevado hasta el Congreso del Estado, le ha dado la formación que hoy le permite aspirar a gobernar una ciudad como Puebla bajo la tutela de la 4T. Y todo ello pese a sus críticos. Ambos tienen razón.

Mientras llega el momento de la decisión final, en las próximas semanas se vienen tremendos agarrones por la nominación que parece ser la joya de la corona, la de la presidencia municipal de Puebla capital. ¡Mientras compre sus palomitas!