/ sábado 22 de diciembre de 2018

MORENA Y EL SÍNDROME DE “BURUNDANGA”

TERMINAMOS UN convulsivo año en materia política en el país y Puebla fue uno de los actores principales, pues aquí durante las últimas semanas los acontecimientos vividos con motivo de la lucha por la gubernatura del estado entre Morena y el PAN nos pusieron durante algún tiempo en el escenario nacional. Lo sobresaliente, sin duda, fue que el Movimiento Regeneración Nacional, el partido más joven en México, lograra el primer lugar en la entidad y que su triunfo pusiera en jaque el poder que el morenovallismo ha venido ejerciendo por ocho años. Pero, como en cualquier instituto, no todo es “miel sobre hojuelas”, pues hacia el interior sus problemas y división se ahondan, al grado de que esta ya se califica como el Síndrome de “burundanga” (ilustrativa letra de una añeja canción de Celia Cruz).

DESAFORTUNDADAMENTE, ni la influencia que tiene el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, ni la que se supone debía tener también la presidenta de Morena, Yeidckol Polenvscky, han logrado imponer orden y disciplina, pero sobre todo, unidad en este incipiente instituto político en Puebla que no tiene ni pies de cabeza. Ante la fuerza que ha logrado y el poder que, por ende, tienen tanto sus dirigentes como los funcionarios y legisladores impulsados por este, todos se pelean con garras y dientes por su pedazo de pastel y no se miden ni siquiera para usar calificativos denigrantes.

TODOS CONTRA TODOS

LOS NUEVOS líderes (muy conflictivos, por cierto) no tienen el oficio político que se requiere para concertar al interior de este instituto. Los fundadores que se creen dueños de Morena desconocen a los “arribistas”. El legislador local del PT José Juan Espinosa está contra Claudia Rivera, la presidenta municipal de Puebla, y un número importante de morenistas. Regidores en el Ayuntamiento se dividen y la mayoría se une al grupo del exsenador Luis Miguel Barbosa y se constituyen también en la principal “piedra en el zapato” de la alcaldesa que “ni los ve ni los oye”.

PUNTO Y APARTE es la propia Claudia, que se va por la libre e ignora los mensajes y llamados de su dirigente nacional, Yeidckol Polensvsky, con quien sostiene una difícil relación, a tal grado de que recientemente ésta, sin decir nombres y de manera directa, la calificó como “arrastrada con el poder gubernamental en turno” y le reprochó que “pese a que dice venir de la base de Morena y llevar 12 años militando en ella, hace grupo con la oposición y no toma en cuenta el que proyecto que forma parte”. Por su parte, la alcaldesa ha marcado también su distancia con su presidenta nacional, con los líderes del Congreso, con una dirigencia estatal eventual de Morena y, desde hace mucho tiempo, con Luis Miguel Barbosa. Como señalábamos, asimismo, con los regidores y con muchos actores y gente de su propio partido, viéndose más proclive al gobierno en turno, a sus funcionarios y grupo en general, pese a ser de un instituto diferente, argumentado que lo hace porque es “institucional”. ¡Ajá!

JOSE JUAN ESPINOSA, presidente de la Mesa Directiva, se ha manifestado contra el diputado federal Fernando Manzanilla del PES, uno de los satélites de Morena. Lo menos que le dijo fue “inexperto”. Asimismo, se ha enfrentado con el propio diputado Gabriel Biestro, de quien se suponía era su “brother”; con Claudia Rivera, de quien dice debe regresar al lado correcto de la historia, y así con una larga lista de personajes del morenismo, como se ha venido relatando durante los últimos días. Todos los diputados ya lo consideran como “un chivo en cristalería en el Congreso”.

POR SU PARTE, Gabriel Biestro también se ha lanzado contra José Juan y le ha corregido la plana a la propia Yeidckol, pues ha dicho que sus declaraciones “no abonan a la unidad del partido”. Ahora que también el actual secretario general del CDE de Morena, Edgard Garmendia, desafía a la presidenta nacional expresando que él seguirá al frente del partido y que pese a que respeta su opinión por ser la dirigente nacional, “él es el dirigente estatal hasta que se nombre uno nuevo o un delegado”. Y, desde luego, actúa como tal.

AHORA QUE EL exsenador Luis Miguel Barbosa, pese a tener el apoyo de la dirigencia nacional y del propio presidente de la república y haber iniciado aquí un movimiento en contra de la gobernadora actual, cuenta con pocos adeptos dentro del propio partido y constantemente le tunden al interior del mismo, ante lo que él da una puntual respuesta.

FINALMENTE, RODRIGO ABDALA, el superdelegado, parece habitar en otro planeta, pues su relación con los principales líderes de su partido está tan fría como desde hace varios meses y de ello se quejan tanto estos como los militantes.

¿HASTA CUÁNDO HABRÁ ALGUIEN QUE PONGA ORDEN EN MORENA?

LOS DESENCUENTROS señalados son sóoo por mencionar algunos de los que ya se suscitan entre sus principales militantes y actores de este movimiento que, reiteramos, no logra encontrar la “cuadratura al círculo” para marchar todos por un mismo proyecto y con la disciplina necesaria para trabajar, consolidando a las bases y no seguir perdiendo el tiempo en enfrentamientos y lucha por el poder.

¿AMLO SABRÁ LO QUE realmente acontece en Puebla? Porque ahora tal parece que no solo no es así, sino que tampoco parece importarle mucho el desafío al partido de parte de varios actores, entre ellos la propia alcaldesa, Claudia Rivera. Ojalá que esto cambie por el bien de Morena en Puebla. ¿O no? Y HASTA LA PRÓXIMA

A quienes me hacen el honor de leer esta columna cada semana, les deseo una magnífica Navidad y un mejor año de 2019. A todos les reitero mi agradecimiento. Esta columna se tomará unos días de descanso para disfrutar de las fiestas decembrinas.

mariagarciasolis@hotmail.com

TERMINAMOS UN convulsivo año en materia política en el país y Puebla fue uno de los actores principales, pues aquí durante las últimas semanas los acontecimientos vividos con motivo de la lucha por la gubernatura del estado entre Morena y el PAN nos pusieron durante algún tiempo en el escenario nacional. Lo sobresaliente, sin duda, fue que el Movimiento Regeneración Nacional, el partido más joven en México, lograra el primer lugar en la entidad y que su triunfo pusiera en jaque el poder que el morenovallismo ha venido ejerciendo por ocho años. Pero, como en cualquier instituto, no todo es “miel sobre hojuelas”, pues hacia el interior sus problemas y división se ahondan, al grado de que esta ya se califica como el Síndrome de “burundanga” (ilustrativa letra de una añeja canción de Celia Cruz).

DESAFORTUNDADAMENTE, ni la influencia que tiene el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, ni la que se supone debía tener también la presidenta de Morena, Yeidckol Polenvscky, han logrado imponer orden y disciplina, pero sobre todo, unidad en este incipiente instituto político en Puebla que no tiene ni pies de cabeza. Ante la fuerza que ha logrado y el poder que, por ende, tienen tanto sus dirigentes como los funcionarios y legisladores impulsados por este, todos se pelean con garras y dientes por su pedazo de pastel y no se miden ni siquiera para usar calificativos denigrantes.

TODOS CONTRA TODOS

LOS NUEVOS líderes (muy conflictivos, por cierto) no tienen el oficio político que se requiere para concertar al interior de este instituto. Los fundadores que se creen dueños de Morena desconocen a los “arribistas”. El legislador local del PT José Juan Espinosa está contra Claudia Rivera, la presidenta municipal de Puebla, y un número importante de morenistas. Regidores en el Ayuntamiento se dividen y la mayoría se une al grupo del exsenador Luis Miguel Barbosa y se constituyen también en la principal “piedra en el zapato” de la alcaldesa que “ni los ve ni los oye”.

PUNTO Y APARTE es la propia Claudia, que se va por la libre e ignora los mensajes y llamados de su dirigente nacional, Yeidckol Polensvsky, con quien sostiene una difícil relación, a tal grado de que recientemente ésta, sin decir nombres y de manera directa, la calificó como “arrastrada con el poder gubernamental en turno” y le reprochó que “pese a que dice venir de la base de Morena y llevar 12 años militando en ella, hace grupo con la oposición y no toma en cuenta el que proyecto que forma parte”. Por su parte, la alcaldesa ha marcado también su distancia con su presidenta nacional, con los líderes del Congreso, con una dirigencia estatal eventual de Morena y, desde hace mucho tiempo, con Luis Miguel Barbosa. Como señalábamos, asimismo, con los regidores y con muchos actores y gente de su propio partido, viéndose más proclive al gobierno en turno, a sus funcionarios y grupo en general, pese a ser de un instituto diferente, argumentado que lo hace porque es “institucional”. ¡Ajá!

JOSE JUAN ESPINOSA, presidente de la Mesa Directiva, se ha manifestado contra el diputado federal Fernando Manzanilla del PES, uno de los satélites de Morena. Lo menos que le dijo fue “inexperto”. Asimismo, se ha enfrentado con el propio diputado Gabriel Biestro, de quien se suponía era su “brother”; con Claudia Rivera, de quien dice debe regresar al lado correcto de la historia, y así con una larga lista de personajes del morenismo, como se ha venido relatando durante los últimos días. Todos los diputados ya lo consideran como “un chivo en cristalería en el Congreso”.

POR SU PARTE, Gabriel Biestro también se ha lanzado contra José Juan y le ha corregido la plana a la propia Yeidckol, pues ha dicho que sus declaraciones “no abonan a la unidad del partido”. Ahora que también el actual secretario general del CDE de Morena, Edgard Garmendia, desafía a la presidenta nacional expresando que él seguirá al frente del partido y que pese a que respeta su opinión por ser la dirigente nacional, “él es el dirigente estatal hasta que se nombre uno nuevo o un delegado”. Y, desde luego, actúa como tal.

AHORA QUE EL exsenador Luis Miguel Barbosa, pese a tener el apoyo de la dirigencia nacional y del propio presidente de la república y haber iniciado aquí un movimiento en contra de la gobernadora actual, cuenta con pocos adeptos dentro del propio partido y constantemente le tunden al interior del mismo, ante lo que él da una puntual respuesta.

FINALMENTE, RODRIGO ABDALA, el superdelegado, parece habitar en otro planeta, pues su relación con los principales líderes de su partido está tan fría como desde hace varios meses y de ello se quejan tanto estos como los militantes.

¿HASTA CUÁNDO HABRÁ ALGUIEN QUE PONGA ORDEN EN MORENA?

LOS DESENCUENTROS señalados son sóoo por mencionar algunos de los que ya se suscitan entre sus principales militantes y actores de este movimiento que, reiteramos, no logra encontrar la “cuadratura al círculo” para marchar todos por un mismo proyecto y con la disciplina necesaria para trabajar, consolidando a las bases y no seguir perdiendo el tiempo en enfrentamientos y lucha por el poder.

¿AMLO SABRÁ LO QUE realmente acontece en Puebla? Porque ahora tal parece que no solo no es así, sino que tampoco parece importarle mucho el desafío al partido de parte de varios actores, entre ellos la propia alcaldesa, Claudia Rivera. Ojalá que esto cambie por el bien de Morena en Puebla. ¿O no? Y HASTA LA PRÓXIMA

A quienes me hacen el honor de leer esta columna cada semana, les deseo una magnífica Navidad y un mejor año de 2019. A todos les reitero mi agradecimiento. Esta columna se tomará unos días de descanso para disfrutar de las fiestas decembrinas.

mariagarciasolis@hotmail.com