/ miércoles 16 de octubre de 2019

Muertes por hambre, pendiente de la 4T

En seis meses, 254 poblanos murieron a causa de la desnutrición, muchos de ellos niños, sumidos en la extrema pobreza, pero lo peor es que lejos de ir avanzando en afrontar el problema, los indicadores oficiales de los últimos tres años dejan ver un repunte de defunciones por esa causa.

Ese número de decesos acumulado por desnutrición proteicocalorica leve, moderada, severa o no especificada entre los meses de enero y junio de este año significan un 27 por ciento más que los registrados en ese plazo del 2018 y un 42 por ciento más que los registrados en el 2017.

Son meses que ya corresponden al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y que de alguna manera, su frase propagandística de “primero los pobres” ya hubiera focalizado el problema para contenerlo y a futuro deberá contener esta mortandad.

A reserva de conocer la actualización del tercer trimestre, el mes de junio pasado fue el que mayor número de casos registró al llegar a 122 reporte, cuando enero tuvo 36, febrero 30, marzo 27, abril 17 y mayo 12.

La Cruzada Nacional Contra el Hambre, implementada con mayor fuerza en la parte inicial del sexenio de Enrique Peña Nieto, no logró cambiar el panorama de muertes asociadas a la falta de alimentos y hoy que hay un discurso que prioriza a los sectores más desprotegidos de México no se alcanza a ver un signo de mejora.

Las estadísticas disponibles hasta ahora son ajenas al gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta, quien inició su gobierno en agosto pasado, pero su respaldo incondicional al presidente de México y adhesión a sus políticas púbicas propias de la llamada cuarta transformación le obligarán a mejorar las condiciones de los más pobres.

Y si esto es así, la seguridad alimentaria deberá de jugar un papel preponderante para intentar frenar la tendencia al alza en fallecimientos de menores de 5 años a falta de comida. Pronto se estará conociendo el presupuesto que aplicará el gobierno barbosista para el año que entra donde deberá estar plasmada la estrategia para afrontar la pobreza extrema, prometida en campaña.

Será el momento de pasar de los señalamientos hacia la frivolidad, la opulencia y la fantochería de los gobiernos identificados con el sello del morenovallismo a los resultados concretos, medibles en indicadores, que para este caso mine los rezagos históricos de buena parte de los poblanos.

El reto no es menor puesto que más de 3 millones 500 mil poblanos, casi el 60 por ciento de los habitantes se encuentra en condiciones de pobreza.

Por lo pronto, la conmemoración del Día Mundial de la Alimentación, este 16 de octubre, tiene para Puebla un recordatorio de que existen pendientes con los más vulnerables y que debería ser inadmisible que en pleno Siglo XXI y con gobiernos de izquierda siga muriendo gente de hambre.

***

Hasta la próxima.

Twitter: @elsalvadorrios

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

En seis meses, 254 poblanos murieron a causa de la desnutrición, muchos de ellos niños, sumidos en la extrema pobreza, pero lo peor es que lejos de ir avanzando en afrontar el problema, los indicadores oficiales de los últimos tres años dejan ver un repunte de defunciones por esa causa.

Ese número de decesos acumulado por desnutrición proteicocalorica leve, moderada, severa o no especificada entre los meses de enero y junio de este año significan un 27 por ciento más que los registrados en ese plazo del 2018 y un 42 por ciento más que los registrados en el 2017.

Son meses que ya corresponden al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y que de alguna manera, su frase propagandística de “primero los pobres” ya hubiera focalizado el problema para contenerlo y a futuro deberá contener esta mortandad.

A reserva de conocer la actualización del tercer trimestre, el mes de junio pasado fue el que mayor número de casos registró al llegar a 122 reporte, cuando enero tuvo 36, febrero 30, marzo 27, abril 17 y mayo 12.

La Cruzada Nacional Contra el Hambre, implementada con mayor fuerza en la parte inicial del sexenio de Enrique Peña Nieto, no logró cambiar el panorama de muertes asociadas a la falta de alimentos y hoy que hay un discurso que prioriza a los sectores más desprotegidos de México no se alcanza a ver un signo de mejora.

Las estadísticas disponibles hasta ahora son ajenas al gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta, quien inició su gobierno en agosto pasado, pero su respaldo incondicional al presidente de México y adhesión a sus políticas púbicas propias de la llamada cuarta transformación le obligarán a mejorar las condiciones de los más pobres.

Y si esto es así, la seguridad alimentaria deberá de jugar un papel preponderante para intentar frenar la tendencia al alza en fallecimientos de menores de 5 años a falta de comida. Pronto se estará conociendo el presupuesto que aplicará el gobierno barbosista para el año que entra donde deberá estar plasmada la estrategia para afrontar la pobreza extrema, prometida en campaña.

Será el momento de pasar de los señalamientos hacia la frivolidad, la opulencia y la fantochería de los gobiernos identificados con el sello del morenovallismo a los resultados concretos, medibles en indicadores, que para este caso mine los rezagos históricos de buena parte de los poblanos.

El reto no es menor puesto que más de 3 millones 500 mil poblanos, casi el 60 por ciento de los habitantes se encuentra en condiciones de pobreza.

Por lo pronto, la conmemoración del Día Mundial de la Alimentación, este 16 de octubre, tiene para Puebla un recordatorio de que existen pendientes con los más vulnerables y que debería ser inadmisible que en pleno Siglo XXI y con gobiernos de izquierda siga muriendo gente de hambre.

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Hasta la próxima.

Twitter: @elsalvadorrios

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx