/ miércoles 2 de enero de 2019

Muy difícil esclarecer el accidente

La investigación del accidente del helicóptero donde murieron la gobernadora Martha Erika Alonso y el senador de la república Rafael Moreno Valle Rosas va para largo. Algunos expertos señalan que podría durar un año. La única conclusión rápida ya se dio a conocer y es que no hubo artefactos explosivos, como lo señaló la Secretaría de Marina.

En dos notas publicadas sin relevancia en páginas interiores, dos diarios nacionales, Reforma (el 27 de diciembre) y La Jornada (el 30 de diciembre), informan que la investigación del accidente podría tardar hasta un año y que es muy difícil que llegue a esclarecerse.

La persona que declara es nada menos que el presidente del Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM), Heriberto Salazar Eguiluz, quien, entre otras cosas, asegura que la investigación puede tardar hasta un año, de acuerdo con los lineamientos que sobre este tipo de percances ha marcado la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo de Naciones Unidas que cuenta con un manual para las autoridades aeronáuticas y cuyo anexo número 13 sirve como guía a gobiernos y empresas para la investigación de accidentes de aviación.

Si bien el documento establece que todas las causas que motiven los accidentes de aviación deben averiguarse rápidamente para impedir que se repitan, el dirigente de los pilotos mexicanos explicó que también indica que las investigaciones deben durar alrededor de 12 meses. “No creo que pase del año, pero definitivamente no será en tres o cuatro meses”, aseguró.

Como ejemplo, comentó que todavía sigue abierta la investigación del avión de Aeroméxico que se desplomó el 31 de julio de 2018, poco después de despegar del aeropuerto de Durango. No obstante a que las causas del accidente se atribuyeron preliminarmente a factores climatológicos, la empresa despidió a tres pilotos en septiembre.

El capitán consideró que encontrar las causas probables del siniestro de Puebla va a ser muy difícil. Esclarecer qué pasó será como buscar una aguja en un pajar, porque los helicópteros como el que se estrelló, un Agusta 109 modelo 2011, carecen de grabadora de datos de vuelo o caja negra de la que pueda extraerse información sobre lo ocurrido, ya que por su tamaño la reglamentación no los obliga a tenerla.

Lo más que tenía el helicóptero Agusta son muchas computadoras que pueden guardar datos, pero no es seguro, porque no están diseñadas para hacerlo tras un percance, sino más bien para monitorear el funcionamiento de los motores y advertir si hay alguna anomalía, como ocurre con los automóviles modernos cuando se prenden foquitos. Desgraciadamente, el fuego ocasionado por el combustible de la nave acabó casi con todo y alguna de las tarjetas de computadora se van a mandar a Estados Unidos para ver si extraen datos.

Todas las líneas de investigación están abiertas y los datos se obtendrán de donde sea posible, como la información de los motores del helicóptero que puedan extraer los especialistas canadienses de la empresa fabricante.

Si bien el capitán Salazar Eguiluz mencionó que un atentado puede realizarse de diversas maneras, consideró que en este caso no pudo ser con explosivos, como lo descartó la Secretaría de Marina desde el primer momento. Si así hubiera sido, los restos de la aeronave se hubieran esparcido en un área muy grande y, en este caso, no ocurrió así porque el helicóptero cayó y los restos quedaron concentrados.

El CPAM está obligado a colaborar con las autoridades en cualquier percance aéreo y así lo hizo de inmediato en el caso del helicóptero que se desplomó en Puebla. Varios pilotos del colegio han tenido cursos en la investigación de accidentes y por eso colaboran en el caso. El capitán Roberto Coppe Obregón, quien pilotaba la nave, era miembro del Colegio y representante de Ala Rotativa, que aglutina a los profesionistas que vuelan helicópteros de la CPAM, comentó Salazar Eguiluz.

Asimismo, el que no haya sobrevivientes del accidente aéreo en Puebla y que la nave involucrada no tenga caja negra dificulta aclarar que lo provocó. Aquí no hay información: será muy difícil explicar qué pudo haber sucedido. Le invito a escuchar La Revista ABC jueves y viernes de cada semana de 11:00 a 12:00 de la mañana a través de 1280 de Amplitud Modulada, ABC Radio.

La investigación del accidente del helicóptero donde murieron la gobernadora Martha Erika Alonso y el senador de la república Rafael Moreno Valle Rosas va para largo. Algunos expertos señalan que podría durar un año. La única conclusión rápida ya se dio a conocer y es que no hubo artefactos explosivos, como lo señaló la Secretaría de Marina.

En dos notas publicadas sin relevancia en páginas interiores, dos diarios nacionales, Reforma (el 27 de diciembre) y La Jornada (el 30 de diciembre), informan que la investigación del accidente podría tardar hasta un año y que es muy difícil que llegue a esclarecerse.

La persona que declara es nada menos que el presidente del Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM), Heriberto Salazar Eguiluz, quien, entre otras cosas, asegura que la investigación puede tardar hasta un año, de acuerdo con los lineamientos que sobre este tipo de percances ha marcado la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo de Naciones Unidas que cuenta con un manual para las autoridades aeronáuticas y cuyo anexo número 13 sirve como guía a gobiernos y empresas para la investigación de accidentes de aviación.

Si bien el documento establece que todas las causas que motiven los accidentes de aviación deben averiguarse rápidamente para impedir que se repitan, el dirigente de los pilotos mexicanos explicó que también indica que las investigaciones deben durar alrededor de 12 meses. “No creo que pase del año, pero definitivamente no será en tres o cuatro meses”, aseguró.

Como ejemplo, comentó que todavía sigue abierta la investigación del avión de Aeroméxico que se desplomó el 31 de julio de 2018, poco después de despegar del aeropuerto de Durango. No obstante a que las causas del accidente se atribuyeron preliminarmente a factores climatológicos, la empresa despidió a tres pilotos en septiembre.

El capitán consideró que encontrar las causas probables del siniestro de Puebla va a ser muy difícil. Esclarecer qué pasó será como buscar una aguja en un pajar, porque los helicópteros como el que se estrelló, un Agusta 109 modelo 2011, carecen de grabadora de datos de vuelo o caja negra de la que pueda extraerse información sobre lo ocurrido, ya que por su tamaño la reglamentación no los obliga a tenerla.

Lo más que tenía el helicóptero Agusta son muchas computadoras que pueden guardar datos, pero no es seguro, porque no están diseñadas para hacerlo tras un percance, sino más bien para monitorear el funcionamiento de los motores y advertir si hay alguna anomalía, como ocurre con los automóviles modernos cuando se prenden foquitos. Desgraciadamente, el fuego ocasionado por el combustible de la nave acabó casi con todo y alguna de las tarjetas de computadora se van a mandar a Estados Unidos para ver si extraen datos.

Todas las líneas de investigación están abiertas y los datos se obtendrán de donde sea posible, como la información de los motores del helicóptero que puedan extraer los especialistas canadienses de la empresa fabricante.

Si bien el capitán Salazar Eguiluz mencionó que un atentado puede realizarse de diversas maneras, consideró que en este caso no pudo ser con explosivos, como lo descartó la Secretaría de Marina desde el primer momento. Si así hubiera sido, los restos de la aeronave se hubieran esparcido en un área muy grande y, en este caso, no ocurrió así porque el helicóptero cayó y los restos quedaron concentrados.

El CPAM está obligado a colaborar con las autoridades en cualquier percance aéreo y así lo hizo de inmediato en el caso del helicóptero que se desplomó en Puebla. Varios pilotos del colegio han tenido cursos en la investigación de accidentes y por eso colaboran en el caso. El capitán Roberto Coppe Obregón, quien pilotaba la nave, era miembro del Colegio y representante de Ala Rotativa, que aglutina a los profesionistas que vuelan helicópteros de la CPAM, comentó Salazar Eguiluz.

Asimismo, el que no haya sobrevivientes del accidente aéreo en Puebla y que la nave involucrada no tenga caja negra dificulta aclarar que lo provocó. Aquí no hay información: será muy difícil explicar qué pudo haber sucedido. Le invito a escuchar La Revista ABC jueves y viernes de cada semana de 11:00 a 12:00 de la mañana a través de 1280 de Amplitud Modulada, ABC Radio.