/ martes 5 de enero de 2021

Neoliberalismo frente a la Covid en México

Debemos ver a los países no solo unidos para vencer al virus, sino también para hacer frente a sus profundas consecuencias: Ello significa diseñar políticas fiscales y monetarias capaces de apoyar la provisión directa de recursos para apoyar a los trabajadores y los hogares

António Guterres, Secretario General de la ONU

México sufrió la mayor pérdida de empleos formales entre todos los países de América Latina de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Hasta septiembre de 2020 había 3.6 millones de desempleados y el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que para el 2021 el desempleo alcance el nivel de 5.8% que es el más alto desde la crisis económica de 1995.

Durante el 2020, el 20.81% de las empresas mexicanas cerraron definitivamente. Lo que equivale a 1 millón 10 mil 857 MiPYMES (Micro, Pequeñas y Medianas Empresas) de acuerdo al INEGI en su Encuesta sobre el Impacto Económico generado por el COVID-19.

Las MiPYMES se clasifican de acuerdo al número de empleados: las micro tienen de 1 a 10, las Pequeñas de 11 a 50 y las Medianas de 51 a 250 empleados, representan el 72 % de las empresas en México, el 99 % del empleo formal y contribuyen en un 53% al Producto Interno Bruto (PIB), es decir, las MiPYMES constituyen la fuerza laboral del país y han sido las más afectadas por la crisis económica derivada de la pandemia.

El FMI anticipa que la recuperación del mercado laboral será hasta el 2025 aproximadamente, pero NO aún a los niveles de 2019 previo al COVID.

En su Informe Especial sobre COVID-19, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó que México sería el país más afectado en el aumento de la pobreza extrema ocasionado por la crisis sanitaria, es decir, la CEPAL pronostica un aumento anual de 15.9 millones de personas nuevas en condiciones de extrema pobreza.

A pesar del inicio de la vacunación en todo el mundo, en muchos países ha vuelto el confinamiento y entre ellos México, porque la crisis sanitaria está lejos de terminar en el primer semestre del año y de la mano, la crisis económica donde los más afectados son los trabajadores y empresarios en el sector de servicios, que difícilmente soportarán 6 meses más cerrados o con ventas a la baja sin apoyo alguno.

En el Senado de la República se propuso la iniciativa del Ingreso Básico Universal de manera temporal para los más vulnerables y así paliar la crisis. Numerosas voces, entre la oposición, Organismos Internacionales como la CEPAL, el Banco Mundial, el BID, el FMI, la ONU, medios de comunicación y la sociedad civil han demandado un plan extraordinario ante esta severa crisis económica.

En el mundo, los países desarrollados han destinado parte importante de su PIB para rescatar sus economías, porque se prevé una recuperación lenta y a largo plazo, que afectará el bolsillo de millones de familias.

¿Cuál ha sido la respuesta del Gobierno Mexicano? NINGUNA. Parálisis e indiferencia total.

El neoliberalismo tan criticado en este sexenio, es una teoría económica donde impera la reducción del gasto público, la primacía del mercado y la desigualdad o pobreza como un tema secundario supeditado al interés individual, donde el Estado poco interviene en el modelo económico e impulsa el libre mercado, es decir, la renuencia a apoyar al sector productivo que representan los micro empresarios a través de estímulos fiscales, nuevas prórrogas de pagos, seguros de desempleo, transferencias en efectivo y acceso a créditos flexibles es la política más NEOLIBERAL que el Gobierno pudo optar.

De ahí la paradoja de las descalificaciones recurrentes del Presidente en torno al neoliberalismo: “Dejemos a un lado la hipocresía neoliberal y reconozcamos que al Estado le corresponde atemperar las desigualdades sociales”. Una vez más el Presidente ha perdido en los hechos, la oportunidad de demostrar que es diferente.

La pandemia puso a prueba a los Gobiernos de todo el mundo. Después del embate a la vida, la salud y al sistema hospitalario, la siguiente tragedia es el número de nuevos pobres y desempleados mexicanos que hoy en soledad enfrentan la crisis.

Debemos ver a los países no solo unidos para vencer al virus, sino también para hacer frente a sus profundas consecuencias: Ello significa diseñar políticas fiscales y monetarias capaces de apoyar la provisión directa de recursos para apoyar a los trabajadores y los hogares

António Guterres, Secretario General de la ONU

México sufrió la mayor pérdida de empleos formales entre todos los países de América Latina de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Hasta septiembre de 2020 había 3.6 millones de desempleados y el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que para el 2021 el desempleo alcance el nivel de 5.8% que es el más alto desde la crisis económica de 1995.

Durante el 2020, el 20.81% de las empresas mexicanas cerraron definitivamente. Lo que equivale a 1 millón 10 mil 857 MiPYMES (Micro, Pequeñas y Medianas Empresas) de acuerdo al INEGI en su Encuesta sobre el Impacto Económico generado por el COVID-19.

Las MiPYMES se clasifican de acuerdo al número de empleados: las micro tienen de 1 a 10, las Pequeñas de 11 a 50 y las Medianas de 51 a 250 empleados, representan el 72 % de las empresas en México, el 99 % del empleo formal y contribuyen en un 53% al Producto Interno Bruto (PIB), es decir, las MiPYMES constituyen la fuerza laboral del país y han sido las más afectadas por la crisis económica derivada de la pandemia.

El FMI anticipa que la recuperación del mercado laboral será hasta el 2025 aproximadamente, pero NO aún a los niveles de 2019 previo al COVID.

En su Informe Especial sobre COVID-19, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó que México sería el país más afectado en el aumento de la pobreza extrema ocasionado por la crisis sanitaria, es decir, la CEPAL pronostica un aumento anual de 15.9 millones de personas nuevas en condiciones de extrema pobreza.

A pesar del inicio de la vacunación en todo el mundo, en muchos países ha vuelto el confinamiento y entre ellos México, porque la crisis sanitaria está lejos de terminar en el primer semestre del año y de la mano, la crisis económica donde los más afectados son los trabajadores y empresarios en el sector de servicios, que difícilmente soportarán 6 meses más cerrados o con ventas a la baja sin apoyo alguno.

En el Senado de la República se propuso la iniciativa del Ingreso Básico Universal de manera temporal para los más vulnerables y así paliar la crisis. Numerosas voces, entre la oposición, Organismos Internacionales como la CEPAL, el Banco Mundial, el BID, el FMI, la ONU, medios de comunicación y la sociedad civil han demandado un plan extraordinario ante esta severa crisis económica.

En el mundo, los países desarrollados han destinado parte importante de su PIB para rescatar sus economías, porque se prevé una recuperación lenta y a largo plazo, que afectará el bolsillo de millones de familias.

¿Cuál ha sido la respuesta del Gobierno Mexicano? NINGUNA. Parálisis e indiferencia total.

El neoliberalismo tan criticado en este sexenio, es una teoría económica donde impera la reducción del gasto público, la primacía del mercado y la desigualdad o pobreza como un tema secundario supeditado al interés individual, donde el Estado poco interviene en el modelo económico e impulsa el libre mercado, es decir, la renuencia a apoyar al sector productivo que representan los micro empresarios a través de estímulos fiscales, nuevas prórrogas de pagos, seguros de desempleo, transferencias en efectivo y acceso a créditos flexibles es la política más NEOLIBERAL que el Gobierno pudo optar.

De ahí la paradoja de las descalificaciones recurrentes del Presidente en torno al neoliberalismo: “Dejemos a un lado la hipocresía neoliberal y reconozcamos que al Estado le corresponde atemperar las desigualdades sociales”. Una vez más el Presidente ha perdido en los hechos, la oportunidad de demostrar que es diferente.

La pandemia puso a prueba a los Gobiernos de todo el mundo. Después del embate a la vida, la salud y al sistema hospitalario, la siguiente tragedia es el número de nuevos pobres y desempleados mexicanos que hoy en soledad enfrentan la crisis.