/ domingo 8 de noviembre de 2020

Noviembre llegó con carga múltiple

La Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo pasado reconoció la pandemia provocada por COVID-19. Desde entonces, no sólo las muertes por este mal sino el acumulado en las economías a la baja han sido la constante en noticias, sumadas a otros males que ya sufríamos socialmente. Llega noviembre y se avizora una elección en Estados Unidos, el proceso electoral 2020-2021 con novedades para hacer campaña, los cursos escolares en línea, el trabajo en línea, como una verdad paralela.

Nunca imaginamos que así estaríamos terminando 2020, al menos fui de las que pensó que era cuestión de un mes o dos, pero la realidad nos alcanzó. Ahora, llevamos a cabo actividades en línea, sacando conocimientos de donde podemos, hasta donde nos alcanza la incursión a la tecnología, obligados, apurados.

Estados Unidos con proceso electoral desde el domingo 25 con el voto temprano que pueden emitir sus ciudadanos por correo también, pero finalmente el 3 de noviembre iniciará la cuenta sin retorno. Es cierto que lo que está en juego es la política exterior norteamericana, que Trump ha llevado al extremo en la carrera tecnológica con China, además de acusarla de ser culpable del coronavirus o violar los derechos humanos, entre otras cosas, por combatir el budismo en el Tíbet o reprimir a los jóvenes de Hong Kong que son acusados de sedición por denunciar la opresión política, hambruna y guerra de China y querer huir a Europa occidental, y -claro- no permitir a Taiwán ser un Estado independiente.

Como sea, es curioso ver que en los 4 años de gobierno de los Republicanos optó por salirse del tratado internacional para que la república islámica se ahogara económicamente, y a pesar de sus bravuconadas, Trump no ha destruido Corea del Norte. La “amenaza amarilla” no es suficiente para alentar el voto a favor de los demócratas, con seguridad -como sucede en todas las democracias- los norteamericanos votarán por lo que sucede en su entorno inmediato.

El tratamiento de salud pública por el coronavirus, la economía doméstica, la seguridad o el conflicto racial, son los ejes de los que pende el triunfo electoral. Trump no sale bien librado, pero la votación no es directa como en México, es representada por estados, el valor de miles de votos queda resumido finalmente en un Colegio Electoral con delegados que votarán por quien le agrade, que puede ser un candidato diferente al de la mayoría de sus representados. Pero a reserva de esa su particular elección, a México claro que le importa quién quede nominado, no solo por el T-MEC y sus implicaciones comerciales y económicas, sino por el tan llevado y traído Muro “que pagarán los mexicanos”; además de la política migratoria. Ya veremos.

Mientras tanto, México en plena carrera electoral llega con nueva modalidad de e-campañas: webinarios, sesiones en facebook, en zoom, y otras plataformas, los que quieren ser candidatos de sus partidos se ven obligados a llegar “personalizadamente” a los posibles electores, enfrentando la cruda realidad del desinterés, porque lo que urge es comer y tener una mediana seguridad social dada la pandemia. Las elecciones recientes en Coahuila e Hidalgo mostraron una “derrota” para Morena, pero no son determinantes para la elección intermedia del 6 de junio de 2021, correrá mucha agua todavía porque la figura presidencial vende bien y la oposición todavía no termina de configurarse.

Terminaremos el año con clases para alumnos obligados a caminar prácticamente solos, desde los universitarios hasta los preparatorianos; los de educación básica, ni hablar, con carga extra para los padres o familiares con quienes viven. Un panorama poco alentador en medio de una pandemia que no está dominada, ni por atisbo, encima del desastre por las inundaciones en Tabasco. Bueno, también ingenuamente pensé que no me infectaría porque todo marchaba bien con mi salud, pero hay que tomar en serio a la pandemia; solo resta cuidarnos, confinarnos en lo posible y -para quienes lo elijan- orar.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

La Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo pasado reconoció la pandemia provocada por COVID-19. Desde entonces, no sólo las muertes por este mal sino el acumulado en las economías a la baja han sido la constante en noticias, sumadas a otros males que ya sufríamos socialmente. Llega noviembre y se avizora una elección en Estados Unidos, el proceso electoral 2020-2021 con novedades para hacer campaña, los cursos escolares en línea, el trabajo en línea, como una verdad paralela.

Nunca imaginamos que así estaríamos terminando 2020, al menos fui de las que pensó que era cuestión de un mes o dos, pero la realidad nos alcanzó. Ahora, llevamos a cabo actividades en línea, sacando conocimientos de donde podemos, hasta donde nos alcanza la incursión a la tecnología, obligados, apurados.

Estados Unidos con proceso electoral desde el domingo 25 con el voto temprano que pueden emitir sus ciudadanos por correo también, pero finalmente el 3 de noviembre iniciará la cuenta sin retorno. Es cierto que lo que está en juego es la política exterior norteamericana, que Trump ha llevado al extremo en la carrera tecnológica con China, además de acusarla de ser culpable del coronavirus o violar los derechos humanos, entre otras cosas, por combatir el budismo en el Tíbet o reprimir a los jóvenes de Hong Kong que son acusados de sedición por denunciar la opresión política, hambruna y guerra de China y querer huir a Europa occidental, y -claro- no permitir a Taiwán ser un Estado independiente.

Como sea, es curioso ver que en los 4 años de gobierno de los Republicanos optó por salirse del tratado internacional para que la república islámica se ahogara económicamente, y a pesar de sus bravuconadas, Trump no ha destruido Corea del Norte. La “amenaza amarilla” no es suficiente para alentar el voto a favor de los demócratas, con seguridad -como sucede en todas las democracias- los norteamericanos votarán por lo que sucede en su entorno inmediato.

El tratamiento de salud pública por el coronavirus, la economía doméstica, la seguridad o el conflicto racial, son los ejes de los que pende el triunfo electoral. Trump no sale bien librado, pero la votación no es directa como en México, es representada por estados, el valor de miles de votos queda resumido finalmente en un Colegio Electoral con delegados que votarán por quien le agrade, que puede ser un candidato diferente al de la mayoría de sus representados. Pero a reserva de esa su particular elección, a México claro que le importa quién quede nominado, no solo por el T-MEC y sus implicaciones comerciales y económicas, sino por el tan llevado y traído Muro “que pagarán los mexicanos”; además de la política migratoria. Ya veremos.

Mientras tanto, México en plena carrera electoral llega con nueva modalidad de e-campañas: webinarios, sesiones en facebook, en zoom, y otras plataformas, los que quieren ser candidatos de sus partidos se ven obligados a llegar “personalizadamente” a los posibles electores, enfrentando la cruda realidad del desinterés, porque lo que urge es comer y tener una mediana seguridad social dada la pandemia. Las elecciones recientes en Coahuila e Hidalgo mostraron una “derrota” para Morena, pero no son determinantes para la elección intermedia del 6 de junio de 2021, correrá mucha agua todavía porque la figura presidencial vende bien y la oposición todavía no termina de configurarse.

Terminaremos el año con clases para alumnos obligados a caminar prácticamente solos, desde los universitarios hasta los preparatorianos; los de educación básica, ni hablar, con carga extra para los padres o familiares con quienes viven. Un panorama poco alentador en medio de una pandemia que no está dominada, ni por atisbo, encima del desastre por las inundaciones en Tabasco. Bueno, también ingenuamente pensé que no me infectaría porque todo marchaba bien con mi salud, pero hay que tomar en serio a la pandemia; solo resta cuidarnos, confinarnos en lo posible y -para quienes lo elijan- orar.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com