/ martes 26 de mayo de 2020

Nuevo delegado de Morena le pega al barbosismo

El grupo de Morena que lidera el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta debió haber recibido con rictus de molestia y dolor el nombramiento de Carlos Alberto Evangelista Aniceto como enlace del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido con los liderazgos y la militancia de Puebla, toda vez que su arribo mermará las intenciones del Ejecutivo del Estado de hacerse con el control del instituto político para la próxima definición de candidaturas a puestos de elección popular.

El 12 de noviembre del año pasado, cinco integrantes del CEN de Morena acusaron la ilegalidad de la convocatoria para el Congreso Nacional emitida por la entonces dirigente Yeidckol Polevnsky, lo que dio pie al desconocimiento de ese cónclave por parte de los tribunales federales electorales, a la salida definitiva de la presidenta que se aferraba a quedarse en el cargo de por vida (o eso parecía) y a la llegada de Alfonso Ramírez Cuéllar, enemigo natural y estratégico del gobernador Barbosa Huerta.

Los cinco miembros del CEN que ayudaron a Ramírez Cuéllar a sacar de circulación a Polevnsky fueron Martín Sandoval Soto, secretario de Fortalecimiento e Ideas y Valores; Hortensia Sánchez Galván, de Arte y Cultura; Felipe Rodríguez Aguirre, secretario de Cooperativismo; Isaac Martín Montoya Márquez, encargado del tema de los jóvenes, y el mismísimo Evangelista Aniceto, secretario de Combate a la Corrupción, quien encabezó la lista de los firmantes, ni más ni menos.

Si se toma en cuenta que Polevnsky fue aliada incondicional de Barbosa en ambas candidaturas al gobierno del estado, las de 2018 y 2019, según quedó demostrado decenas de veces de manera pública, como aquella vez que llevó al hoy gobernador a la toma de protesta de Claudia Rivera Vivanco como presidenta municipal de Puebla, sin estar invitado, y si se destaca que el mandatario apoyó sin éxito la permanencia de aquella como líder del partido, queda claro que el secretario de Combate a la Corrupción no viene a ser amigo ni compadre del inquilino de Casa Aguayo.

El asunto pinta mal para Barbosa y los suyos, entre quienes destacan Eric Cotoñeto Carmona (a quien ya le llaman el “mago” electoral del barbosismo) y el diputado local y presidente del Congreso, Gabriel Biestro Medinilla.

La idea original era que Alfonso Ramírez Cuéllar y sus enviados en los estados asumieran liderazgos solo de manera provisional, mientras se desarrollaban los procesos que condujeran a la definición de presidentes oficiales y formales.

La pandemia que derivó del coronavirus, sin embargo, cambió los planes.

Ahora no se sabe si habrá renovación antes o después del proceso electoral intermedio.

Y si no la hay, Barbosa, Cotoñeto y Biestro tendrán que sentarse con Carlos Alberto Evangelista para negociar, en el mejor de los casos, las candidaturas que anhelan para los suyos.

@jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

El grupo de Morena que lidera el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta debió haber recibido con rictus de molestia y dolor el nombramiento de Carlos Alberto Evangelista Aniceto como enlace del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido con los liderazgos y la militancia de Puebla, toda vez que su arribo mermará las intenciones del Ejecutivo del Estado de hacerse con el control del instituto político para la próxima definición de candidaturas a puestos de elección popular.

El 12 de noviembre del año pasado, cinco integrantes del CEN de Morena acusaron la ilegalidad de la convocatoria para el Congreso Nacional emitida por la entonces dirigente Yeidckol Polevnsky, lo que dio pie al desconocimiento de ese cónclave por parte de los tribunales federales electorales, a la salida definitiva de la presidenta que se aferraba a quedarse en el cargo de por vida (o eso parecía) y a la llegada de Alfonso Ramírez Cuéllar, enemigo natural y estratégico del gobernador Barbosa Huerta.

Los cinco miembros del CEN que ayudaron a Ramírez Cuéllar a sacar de circulación a Polevnsky fueron Martín Sandoval Soto, secretario de Fortalecimiento e Ideas y Valores; Hortensia Sánchez Galván, de Arte y Cultura; Felipe Rodríguez Aguirre, secretario de Cooperativismo; Isaac Martín Montoya Márquez, encargado del tema de los jóvenes, y el mismísimo Evangelista Aniceto, secretario de Combate a la Corrupción, quien encabezó la lista de los firmantes, ni más ni menos.

Si se toma en cuenta que Polevnsky fue aliada incondicional de Barbosa en ambas candidaturas al gobierno del estado, las de 2018 y 2019, según quedó demostrado decenas de veces de manera pública, como aquella vez que llevó al hoy gobernador a la toma de protesta de Claudia Rivera Vivanco como presidenta municipal de Puebla, sin estar invitado, y si se destaca que el mandatario apoyó sin éxito la permanencia de aquella como líder del partido, queda claro que el secretario de Combate a la Corrupción no viene a ser amigo ni compadre del inquilino de Casa Aguayo.

El asunto pinta mal para Barbosa y los suyos, entre quienes destacan Eric Cotoñeto Carmona (a quien ya le llaman el “mago” electoral del barbosismo) y el diputado local y presidente del Congreso, Gabriel Biestro Medinilla.

La idea original era que Alfonso Ramírez Cuéllar y sus enviados en los estados asumieran liderazgos solo de manera provisional, mientras se desarrollaban los procesos que condujeran a la definición de presidentes oficiales y formales.

La pandemia que derivó del coronavirus, sin embargo, cambió los planes.

Ahora no se sabe si habrá renovación antes o después del proceso electoral intermedio.

Y si no la hay, Barbosa, Cotoñeto y Biestro tendrán que sentarse con Carlos Alberto Evangelista para negociar, en el mejor de los casos, las candidaturas que anhelan para los suyos.

@jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx