/ lunes 1 de abril de 2019

Operador ‘estrella’ de Claudia se va con Barbosa

Usted preguntará, y preguntará bien:

¿Bastará con una plática privada, el compromiso expreso de ella y de sus principales colaboradores para apoyar la campaña, así como su asistencia al acto de arranque de actividades proselitistas realizado en el Centro Expositor, para que Claudia Rivera Vivanco resuelva por fin sus diferencias con Luis Miguel Barbosa Huerta?

En el equipo del candidato a gobernador de Morena, PT y el Verde hay muchas dudas acerca de eso.

Si falló en el pasado, al generar señales de conciliación que no se concretaron, ya fuera por la negativa del grupo compacto de la alcaldesa para tener algunas deferencias con el abanderado a gobernador, desde la campaña electoral de 2018, o por las simpatías personales de los familiares de la presidenta municipal de Puebla con otro de los precandidatos, Alejandro Armenta Mier, es posible, advierten, que eso vuelva a suceder.

La interrogante es natural en ese contexto.

Después de algunos intentos fallidos, pocos en realidad, Rivera y Barbosa continuaron como protagonistas de una relación compleja, en la que una presidenta municipal electa y luego alcaldesa en funciones pareció minimizar los esfuerzos del abanderado a gobernador de 2018, que intentaba revertir en tribunales la cuestionada victoria del morenovallismo en las urnas.

Una parte de la respuesta a esa duda razonable de los barbosistas llegará en los próximos días, cuando uno de los operadores políticos de Rivera Vivanco, de los de mayor confianza y cercanía, se sume al equipo del aspirante a gobernador.

En efecto, el “apoyo” irá más lejos que la simple asistencia al mitin llevado a cabo en el inmueble de Los Fuertes.

Ollín Rivera Moreno, que hasta el viernes se desempeñaba como director de Relaciones Públicas e Internacionales de la Presidencia en el ayuntamiento de Puebla, renunciará esta semana al gobierno municipal para incorporarse al ‘cuarto de guerra’ de Barbosa.

Este personaje, que primero fue director de la Unidad de Normatividad y Regulación Comercial, fue uno de los dos hombres fuertes en el equipo de Rivera Vivanco durante la contienda electoral pasada, en la que hizo funciones de coordinador operativo de campaña. El otro fue Javier Palou García, entonces coordinador estratégico.

Rivera Moreno tiene experiencia en menesteres políticos.

Estudió en la BUAP, donde formó parte de los grupos de operadores del otrora rector Enrique Agüera Ibáñez

Posteriormente colaboró para la campaña de Blanca Alcalá Ruiz, cuando la priista encabezó un proyecto fallido para buscar la minigubernatura en 2016.

Ollín Rivera es, por sobre todo eso, amigo personal de la alcaldesa.

Su incorporación al ejército electoral del candidato significará un guiño para los desconfiados.

En el bando de la presidenta municipal quieren creer que la relación con Miguel Barbosa mejorará una vez que transcurra la contienda por la gubernatura.

Ayer tomaron con entusiasmo que el aspirante anunciara la eventual integración de un gabinete con paridad de género, donde una mitad de los cargos sean ocupados por hombres y la otra por mujeres, además de la creación de la secretaría de igualdad sustantiva.

En el ayuntamiento aseguran que su jefa influyó en ello, gracias a la plática que sostuvieron la noche del jueves en el Crowne Plaza.

Según esto, Rivera le compartió a Barbosa la necesidad de incluir los temas de equidad e inclusión de género en los programas de políticas públicas.

Parece, solo parece, que ahora sí caminarán bien.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Usted preguntará, y preguntará bien:

¿Bastará con una plática privada, el compromiso expreso de ella y de sus principales colaboradores para apoyar la campaña, así como su asistencia al acto de arranque de actividades proselitistas realizado en el Centro Expositor, para que Claudia Rivera Vivanco resuelva por fin sus diferencias con Luis Miguel Barbosa Huerta?

En el equipo del candidato a gobernador de Morena, PT y el Verde hay muchas dudas acerca de eso.

Si falló en el pasado, al generar señales de conciliación que no se concretaron, ya fuera por la negativa del grupo compacto de la alcaldesa para tener algunas deferencias con el abanderado a gobernador, desde la campaña electoral de 2018, o por las simpatías personales de los familiares de la presidenta municipal de Puebla con otro de los precandidatos, Alejandro Armenta Mier, es posible, advierten, que eso vuelva a suceder.

La interrogante es natural en ese contexto.

Después de algunos intentos fallidos, pocos en realidad, Rivera y Barbosa continuaron como protagonistas de una relación compleja, en la que una presidenta municipal electa y luego alcaldesa en funciones pareció minimizar los esfuerzos del abanderado a gobernador de 2018, que intentaba revertir en tribunales la cuestionada victoria del morenovallismo en las urnas.

Una parte de la respuesta a esa duda razonable de los barbosistas llegará en los próximos días, cuando uno de los operadores políticos de Rivera Vivanco, de los de mayor confianza y cercanía, se sume al equipo del aspirante a gobernador.

En efecto, el “apoyo” irá más lejos que la simple asistencia al mitin llevado a cabo en el inmueble de Los Fuertes.

Ollín Rivera Moreno, que hasta el viernes se desempeñaba como director de Relaciones Públicas e Internacionales de la Presidencia en el ayuntamiento de Puebla, renunciará esta semana al gobierno municipal para incorporarse al ‘cuarto de guerra’ de Barbosa.

Este personaje, que primero fue director de la Unidad de Normatividad y Regulación Comercial, fue uno de los dos hombres fuertes en el equipo de Rivera Vivanco durante la contienda electoral pasada, en la que hizo funciones de coordinador operativo de campaña. El otro fue Javier Palou García, entonces coordinador estratégico.

Rivera Moreno tiene experiencia en menesteres políticos.

Estudió en la BUAP, donde formó parte de los grupos de operadores del otrora rector Enrique Agüera Ibáñez

Posteriormente colaboró para la campaña de Blanca Alcalá Ruiz, cuando la priista encabezó un proyecto fallido para buscar la minigubernatura en 2016.

Ollín Rivera es, por sobre todo eso, amigo personal de la alcaldesa.

Su incorporación al ejército electoral del candidato significará un guiño para los desconfiados.

En el bando de la presidenta municipal quieren creer que la relación con Miguel Barbosa mejorará una vez que transcurra la contienda por la gubernatura.

Ayer tomaron con entusiasmo que el aspirante anunciara la eventual integración de un gabinete con paridad de género, donde una mitad de los cargos sean ocupados por hombres y la otra por mujeres, además de la creación de la secretaría de igualdad sustantiva.

En el ayuntamiento aseguran que su jefa influyó en ello, gracias a la plática que sostuvieron la noche del jueves en el Crowne Plaza.

Según esto, Rivera le compartió a Barbosa la necesidad de incluir los temas de equidad e inclusión de género en los programas de políticas públicas.

Parece, solo parece, que ahora sí caminarán bien.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx