/ domingo 9 de diciembre de 2018

P e r s o n a  (Lexicografía hermenéutica para autodidactas)

Para Sebastián


Tal vez la palabra menos esclarecida, es decir, de la que menos sabemos y que sin embargo utilizamos con mayor frecuencia, de manera irreflexiva e irresponsable, sea la palabra “persona”.

El Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana (1961) de Joan Corominas explica: “Tomado del latín persona, máscara de actor, personaje teatral. Voz de origen etrusco”.

Por su lado, el Diccionario de Autoridades (1737) de la RAE consigna 9 acepciones; transcribo 7, copiando su peculiar ortografía. Primera: “Individuo de la naturaleza intelectual, o de la naturaleza humana. Es voz Latina. ALCAZ. Chron. Decad. 2. Año 8. cap. 2. §. 1. Con el tiempo se fue mejorando y adelantando su fábrica, de suerte que tiene aposentos para setenta personas”. En segunda acepción, dice: “Se toma tambien por qualquier hombre o muger e particular: especialmente de quien no se sabe el nombre. Latín. Quidam, vel Quaedam. RIBAD. Raz. del Inst. cap. 3. Lo mismo enseña S. Basilio, hablando de las personas particulares, y enseñándonos en qué consiste la verdadera virtud. NIEREMB. Var. Ilustr. Vid. del P. Martin de Santo Domingo. Después de su muerte apareció lleno de resplandor y gloria a cierta persona, y le consoló con su presencia”. En tercera: “Se toma assimismo por la disposición o figura del cuerpo”. En cuarta: “Se toma por hombre de prendas, capacidad, disposición y prudencia”. Quinta: “En la Theología es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que son tres distintas, con una misma esséncia. Latín. Trinitatis Persona”. Sexta: “En la Gramática se llama qualquier nombre o pronombre con quien concierta el verbo, y respecto de quien se conjuga”. Séptima: “En las Comédias vale lo mismo que Interlocutor, porque representan fingidos los sugetos de la fábula o história. Latín. Personae”.

El Diccionario de Filosofía (1961) de Nicola Abbagnano establece los términos de una visión más interesante, leamos: “En el sentido más común del término, el hombre en sus relaciones con el mundo y consigo mismo”. Y más adelante: “Dice Epicteto: ‘Recuerda que tú no eres otra cosa que actor de un drama, el cual será breve o largo según la voluntad del poeta. Y si a éste le place que representes la P. de un mendigo, trata de representarla en forma adecuada. De igual modo, si te es asignada la P. de un cojo, de un magistrado, de un hombre común. Puesto que a ti sólo te corresponde el representar bien a la P. que se te destina, cualquiera que sea: corresponde a otro el elegirla’”. Ahora, páginas adelante, Abbagnano al estudiar el personalismo, explica: “(Esta) es una doctrina ético-política, que insiste acerca del valor absoluto de la persona y de sus relaciones de solidaridad con las otras personas, en contraposición al colectivismo por un lado, que tiende a ver en la persona nada más que una unidad numérica, y contra el individualismo, por otro lado, que tiende a delimitar las relaciones de solidaridad entre las personas. Persona es el concepto que significa la auto-relación o conciencia”.

El Diccionario de Símbolos, de Juan Eduardo Cirlot, define la “personificación” como “atribución a un objeto de las cualidades propias del ser humano o corporeización de una idea”.

Finalmente, Romano Guardini, en Mundo y persona (1936), escribe: “Frente al mundo, como el todo dado, se encuentra el hombre; o más exactamente, yo. En cada situación el hombre dice frente al mundo ‘yo’. El hombre sabe que una determinación de sentido anima su enfrentamiento con el mundo. La persona es la determinación del sentido”.

Te corresponde a ti, amigo lector, construir ahora tu concepto personal.

Para Sebastián


Tal vez la palabra menos esclarecida, es decir, de la que menos sabemos y que sin embargo utilizamos con mayor frecuencia, de manera irreflexiva e irresponsable, sea la palabra “persona”.

El Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana (1961) de Joan Corominas explica: “Tomado del latín persona, máscara de actor, personaje teatral. Voz de origen etrusco”.

Por su lado, el Diccionario de Autoridades (1737) de la RAE consigna 9 acepciones; transcribo 7, copiando su peculiar ortografía. Primera: “Individuo de la naturaleza intelectual, o de la naturaleza humana. Es voz Latina. ALCAZ. Chron. Decad. 2. Año 8. cap. 2. §. 1. Con el tiempo se fue mejorando y adelantando su fábrica, de suerte que tiene aposentos para setenta personas”. En segunda acepción, dice: “Se toma tambien por qualquier hombre o muger e particular: especialmente de quien no se sabe el nombre. Latín. Quidam, vel Quaedam. RIBAD. Raz. del Inst. cap. 3. Lo mismo enseña S. Basilio, hablando de las personas particulares, y enseñándonos en qué consiste la verdadera virtud. NIEREMB. Var. Ilustr. Vid. del P. Martin de Santo Domingo. Después de su muerte apareció lleno de resplandor y gloria a cierta persona, y le consoló con su presencia”. En tercera: “Se toma assimismo por la disposición o figura del cuerpo”. En cuarta: “Se toma por hombre de prendas, capacidad, disposición y prudencia”. Quinta: “En la Theología es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que son tres distintas, con una misma esséncia. Latín. Trinitatis Persona”. Sexta: “En la Gramática se llama qualquier nombre o pronombre con quien concierta el verbo, y respecto de quien se conjuga”. Séptima: “En las Comédias vale lo mismo que Interlocutor, porque representan fingidos los sugetos de la fábula o história. Latín. Personae”.

El Diccionario de Filosofía (1961) de Nicola Abbagnano establece los términos de una visión más interesante, leamos: “En el sentido más común del término, el hombre en sus relaciones con el mundo y consigo mismo”. Y más adelante: “Dice Epicteto: ‘Recuerda que tú no eres otra cosa que actor de un drama, el cual será breve o largo según la voluntad del poeta. Y si a éste le place que representes la P. de un mendigo, trata de representarla en forma adecuada. De igual modo, si te es asignada la P. de un cojo, de un magistrado, de un hombre común. Puesto que a ti sólo te corresponde el representar bien a la P. que se te destina, cualquiera que sea: corresponde a otro el elegirla’”. Ahora, páginas adelante, Abbagnano al estudiar el personalismo, explica: “(Esta) es una doctrina ético-política, que insiste acerca del valor absoluto de la persona y de sus relaciones de solidaridad con las otras personas, en contraposición al colectivismo por un lado, que tiende a ver en la persona nada más que una unidad numérica, y contra el individualismo, por otro lado, que tiende a delimitar las relaciones de solidaridad entre las personas. Persona es el concepto que significa la auto-relación o conciencia”.

El Diccionario de Símbolos, de Juan Eduardo Cirlot, define la “personificación” como “atribución a un objeto de las cualidades propias del ser humano o corporeización de una idea”.

Finalmente, Romano Guardini, en Mundo y persona (1936), escribe: “Frente al mundo, como el todo dado, se encuentra el hombre; o más exactamente, yo. En cada situación el hombre dice frente al mundo ‘yo’. El hombre sabe que una determinación de sentido anima su enfrentamiento con el mundo. La persona es la determinación del sentido”.

Te corresponde a ti, amigo lector, construir ahora tu concepto personal.