/ martes 22 de junio de 2021

PAN: ¿uno para todos o todos para uno?

Una vez concluida la elección y con un alcalde electo de Puebla encaminado a buscar la gubernatura en 2024, el PAN enfrenta, desde ya, la disyuntiva entre ser un partido que se alinee al proyecto de un solo hombre o lograr un contrapeso que obligue a Eduardo Rivera Pérez a incluir a todos los grupos para hacerse de la candidatura al Gobierno del Estado.

Parecen lejanas esas decisiones, pero la realidad es que la definición de la dirigencia estatal es la aduana para definir cuál de los dos rumbos tomará el partido en 2024, si uno para todos o todos para uno.

Hasta el momento cuatro son los liderazgos o corrientes que se frotan las manos para buscar hacerse de la presidencia del Comité Directivo Estatal, lugar desde donde se tendrá el poder para decir quién sí y quién no aparecerá en la boleta de una elección donde todos los cargos estarán en juego.

Sin duda la primera interesada es la actual presidenta del partido, Genoveva Huerta Villegas, quien cuenta con varios perfiles panistas que logró acomodar en el reparto de candidaturas de la reciente elección que podrían respaldar sus aspiraciones.

Sin embargo, dos son los factores que le juegan en contra. El primero es todos aquellos panistas que quedaron fuera de la designación de candidaturas y que alimentaron la cascada de impugnaciones en tribunales electorales o que simplemente dejaron sola a la dirigente estatal.

Francisco Fraile es un ejemplo de ellos.

El segundo, es que nadie olvida lo cansado que se la hizo a Eduardo Rivera Pérez para dejar pasar su candidatura a la presidencia municipal de Puebla, después de largas y largas negociaciones que llegaron a poner en riesgo la alianza con el PRI y PRD.

Y buscar la dirigencia sin el respaldo de Lalo, parece casi imposible.

Rivera Pérez es otro de los más interesados en hacerse del control de la dirigencia estatal para labrar el camino que lo lleve, primero, a la candidatura por la gubernatura del estado y después a Casa Aguayo, a través de un incondicional suyo que despacharía como gerente en el Comité Directivo Estatal: Marcos Castro.

El triunfo del panista lo coloca como el perfil más aventajado, sino es que el único del PAN, para buscar la gubernatura del estado en tres años y el único reto es sumar a todos los grupos a su proyecto.

El tercero en la pugna y que ayer hizo públicas sus aspiraciones es el dos veces dirigente estatal de Acción Nacional, Rafael Micalco Méndez, quien apuesta a que el partido no quede en manos de un gerente como en los tiempos de Moreno Valle y logre consenso con todos los grupos al interior del partido.

Pero para que Rafael Micalco tenga oportunidad de llegar a ese cargo, primero tendrá que reconstruir esa relación que algún día tuvo con Lalo.

Y es que es día, a dos semanas del triunfo, que ni siquiera se han reunido.

Finalmente, un cuarto aspirante puede ser el ya mencionado secretario general del PAN, Francisco Fraile García, quien, dicen, en próximos días podría asomarse para levantar su mano.

Paco Fraile fue uno de los damnificados en la definición de candidaturas impulsada por Genoveva Huerta y seguramente buscará pastorear el rumbo del partido desde la presidencia.

En fin, todavía faltan varios meses para la renovación y ya se asomaron los primeros interesados.

Al final, no importa cuántos aspirantes salgan, el PAN solo tiene dos opciones: dejar al partido en manos de un solo hombre o designar alguien que sirva de contrapeso para repartir el pastel a todos los grupos.

Ya veremos.

Twitter: Juarez_VH

Facebook: Hugo Juárez

Correo: v.hugojuarez.h@gmail.com

Una vez concluida la elección y con un alcalde electo de Puebla encaminado a buscar la gubernatura en 2024, el PAN enfrenta, desde ya, la disyuntiva entre ser un partido que se alinee al proyecto de un solo hombre o lograr un contrapeso que obligue a Eduardo Rivera Pérez a incluir a todos los grupos para hacerse de la candidatura al Gobierno del Estado.

Parecen lejanas esas decisiones, pero la realidad es que la definición de la dirigencia estatal es la aduana para definir cuál de los dos rumbos tomará el partido en 2024, si uno para todos o todos para uno.

Hasta el momento cuatro son los liderazgos o corrientes que se frotan las manos para buscar hacerse de la presidencia del Comité Directivo Estatal, lugar desde donde se tendrá el poder para decir quién sí y quién no aparecerá en la boleta de una elección donde todos los cargos estarán en juego.

Sin duda la primera interesada es la actual presidenta del partido, Genoveva Huerta Villegas, quien cuenta con varios perfiles panistas que logró acomodar en el reparto de candidaturas de la reciente elección que podrían respaldar sus aspiraciones.

Sin embargo, dos son los factores que le juegan en contra. El primero es todos aquellos panistas que quedaron fuera de la designación de candidaturas y que alimentaron la cascada de impugnaciones en tribunales electorales o que simplemente dejaron sola a la dirigente estatal.

Francisco Fraile es un ejemplo de ellos.

El segundo, es que nadie olvida lo cansado que se la hizo a Eduardo Rivera Pérez para dejar pasar su candidatura a la presidencia municipal de Puebla, después de largas y largas negociaciones que llegaron a poner en riesgo la alianza con el PRI y PRD.

Y buscar la dirigencia sin el respaldo de Lalo, parece casi imposible.

Rivera Pérez es otro de los más interesados en hacerse del control de la dirigencia estatal para labrar el camino que lo lleve, primero, a la candidatura por la gubernatura del estado y después a Casa Aguayo, a través de un incondicional suyo que despacharía como gerente en el Comité Directivo Estatal: Marcos Castro.

El triunfo del panista lo coloca como el perfil más aventajado, sino es que el único del PAN, para buscar la gubernatura del estado en tres años y el único reto es sumar a todos los grupos a su proyecto.

El tercero en la pugna y que ayer hizo públicas sus aspiraciones es el dos veces dirigente estatal de Acción Nacional, Rafael Micalco Méndez, quien apuesta a que el partido no quede en manos de un gerente como en los tiempos de Moreno Valle y logre consenso con todos los grupos al interior del partido.

Pero para que Rafael Micalco tenga oportunidad de llegar a ese cargo, primero tendrá que reconstruir esa relación que algún día tuvo con Lalo.

Y es que es día, a dos semanas del triunfo, que ni siquiera se han reunido.

Finalmente, un cuarto aspirante puede ser el ya mencionado secretario general del PAN, Francisco Fraile García, quien, dicen, en próximos días podría asomarse para levantar su mano.

Paco Fraile fue uno de los damnificados en la definición de candidaturas impulsada por Genoveva Huerta y seguramente buscará pastorear el rumbo del partido desde la presidencia.

En fin, todavía faltan varios meses para la renovación y ya se asomaron los primeros interesados.

Al final, no importa cuántos aspirantes salgan, el PAN solo tiene dos opciones: dejar al partido en manos de un solo hombre o designar alguien que sirva de contrapeso para repartir el pastel a todos los grupos.

Ya veremos.

Twitter: Juarez_VH

Facebook: Hugo Juárez

Correo: v.hugojuarez.h@gmail.com