Amigo lector, si trabajas desde que el sol brota sus primeros rayos, hasta las altas horas de la noche o la madrugada, llega el fin de mes y apenas puedes cubrir los pagos de las deudas y los satisfactores básicos, sin tener un momento de distracción y hacer algo sin presión alguna, quizá seas parte de un nuevo modo de esclavitud.
El próximo 2 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud, hecho muy importante que significó un gran avance en materia de derechos humanos y respeto a la dignidad.
Recordemos lo que significa esto como tal, desde hace milenios, hubo diferentes conquistas, guerras o tributos que hicieron que un grupo de personas pasaran a ser propiedad de otras que se consideraban superiores. Podemos hablar de la antigua Roma, donde había una distinción institucional entre los hombres libres, además de que la esclavitud era parte fundamental del accionar del imperio. Esto hoy se vería, con la bandera del clasismo, algo muy criticado, pero cuyos esfuerzos para reducirlo son mayormente una simulación, así como sucede con el racismo, pero eso es otro tema del cual he tratado anteriormente.
Recordemos esas expediciones hechas por los británicos, holandeses y otros europeos al continente africano, donde llegaban a cazar pueblos enteros para luego trasladar a esas personas en condiciones durísimas, a bordo de un barco que los conducía a una “tierra de oportunidades”, concepto que solo aplicaba a los hombres blancos y libres.
No puedo dejar de señalar que debido a la esclavitud se pudieron construir grandes obras, como las pirámides de Egipto y muchos países de primer mundo empezaron a ser grandes debido a tener mano de obra sin salario alguno, así que negar la esclavitud como cimiento de grandes naciones e imperios es absurdo.
Un hombre llamado Abraham Lincoln fue de los pioneros en abolir la esclavitud, él y otros más empezaron a erradicar esta figura jurídica y no fue hasta hace unas 4 décadas cuando, el último país donde había esclavos legales, dejó de tenerlos.
En el mundo y en México se nos dice que vivimos en un ambiente de libertades y derechos, sin embargo, no es necesario tener unos grilletes puestos para ser una especie de presidiario.
Empezamos hablando de quien tiene que sujetarse a una rutina laboral sin opción a otra cosa, debido a las circunstancias, también tenemos a quien se sujeta a un régimen político o jurídico debido a que no estar de acuerdo con él significaría una pérdida de la libertad o de la vida. Aunque hay mucha información en internet, muchos comercios que ofertan atractivos y vistosos productos y diversos lugares de diversión, muchas personas no conocen, no tienen los recursos para comprar y nunca asistirán a algún espectáculo, porque están sometidos económica y mentalmente a una esclavitud actual.
Qué decir de las millones de mujeres que son secuestradas y obligadas a prostituirse por bandas internacionales bien establecidas y que obtienen multimillonarias ganancias, es más, tenemos el caso de féminas que son recluidas en su propia ciudad y son explotadas por un delincuente que las tiene amenazadas o las hizo adictas a una droga.
En ese sentido también podemos hablar de una esclavitud por adicciones, las cuales no solo se podrían limitar a una substancia prohibida, sino a los dispositivos electrónicos y la internet. Es lamentable ver cómo un niño, adolescente y hasta adulto necesita tener en todo momento su celular para estas jugando o para intentar reafirmar una belleza o buena vida inexistente mediante una animación en una red social.
Ser libre actualmente es difícil, pero también lo es el querer y saber lo que es ser libre, especialmente en estos tiempos donde muy pocos valoran o desean la verdad. Cerremos lo mejor posible el fin de año y hasta la próxima.
@vicente_aven