El motor de la transformación en un país reside en la energía que produzca, esa que proviene de combustibles fósiles y no fósiles. La producción de Hidrocarburos, electricidad, y todos sus derivados que genere un país, requiere también planificar con un sentido de sostenibilidad, a largo plazo y con un desarrollo equilibrado; es decir, usando eficientemente los recursos naturales, renovables y no renovables.
La virtud que tiene México está en la biodiversidad que lo caracteriza, asentada en una superficie de 1 millón 964 mil 375 km2 de tierra firme. Sin embargo, a través de los años han cambiado los gobiernos y los objetivos que plantea cada administración. Efectivamente, a mediados del siglo XX se impulsaron instituciones que dieron pie a una transformación de la configuración nacional. El 14 de agosto de 1937 se creó la Comisión Federal de Electricidad para organizar y dirigir un sistema nacional de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, sin fines de lucro, para obtener un servicio a costos mínimos, pero será el 27 de septiembre de 1960 que se nacionaliza la industria eléctrica. El 7 de junio de 1938 se crea la empresa estatal Petróleos Mexicanos para explotar, transformar, comercializar hidrocarburos.
Sin duda, una apuesta de trascendencia e impacto; sólo que con resultados disminuidos a lo largo de 88 años al menos. Los yacimientos de petróleo datan de 1863 en Tabasco, 1928 y 1929, (petróleo.colmex.mx/historia-2/) y un sinfín de travesías para que finalmente fuera producción nacional. En el sexenio de José López Portillo se gritó a cuatro vientos “tenemos petróleo”, un recurso tan importante para el desarrollo nacional; no recuerdo que hubiera alguna conciencia de que es un recurso no renovable. Pero fueron épocas del llamado Desarrollo Estabilizador.
El 14 de mayo de 2020 se conoció de la caída libre de Pemex, a punto de declararse en quiebra después de ser una fuente casi inagotable de recursos públicos, porque no le es posible continuar operando, el riesgo es que de declararse en quiebra no podrá pagar a sus acreedores, a decir de las calificadoras (sin embargo.mx/14-05-2020/3786479), de hecho es la petrolera más endeudada del mundo y ha recibido del gobierno federal 165 mil 600 millones de pesos como apoyos para operar, sin posibilidad de recuperación. Las pérdidas históricas se pronunciaron desde 2019, además de los problemas estructurales y el conflicto internacional de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, además de su deuda y los costos de producción.
Así que, Luz Elena González al frente de la Secretaría de Energía, además de las dos empresas productivas del estado la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con Emilia Esther Calleja Alor como titular, y PEMEX, se reorganizarán para integrarse en un nuevo modelo bajo la Secretaría de Energía. La realidad impone una reorientación dados los problemas económicos que enfrentan. Amén de los problemas de corrupción que han padecido, nada más recordar la corrupción desde el sindicato de Pemex con su líder Carlos Romero Deschamps, que la colocaron como la más corrupta del mundo (El País, 17/02/2021), con los escándalos por Odebrecht y el Huachicoleo más la compra de Fertinal por 635 millones de dólares. Por lo pronto, se vislumbra mucha técnica en la propuesta, aunque la reafirmación del rechazo al neoliberalismo, aunque las medidas racionales no pueden provenir de otro lado ¿cómo hacer que no haya pérdidas en una empresa productiva, y cómo hacer que haya energías limpias? Ya veremos.
*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com