/ jueves 21 de enero de 2021

Perdieron de vista la pandemia por distraerse en lo electoral

El estate quieto que el INE puso al Presidente y los gobernadores de los estados por inequitativos, inquisitorios y excesivos en sus declaraciones oficiales de sesgo electoral es el correctivo que se necesitaba desde hacía buen tiempo.

Si lo acatan o se lo pasan por el arco del triunfo demostrarán al pueblo su condición demócrata o violatoria de las leyes e instituciones, según sea el caso, historia bellísima por contar.

Podríamos no coincidir con la tardanza de Lorenzo Córdoba y Ciro Murayama, pero más vale tarde que nunca. Y como ya se observa, la gran mayoría aplaude la medida correctiva de que AMLO, los gobernadores y alcaldes no deben inmiscuirse en asuntos electorales de aquí al 6 de junio.

Levitando en sus púlpitos, inflamados de odio y autoritarismo han venido tundiendo lindo a sus opositores políticos y críticos, escudándose en la investidura de autoridad pública sin restricción alguna y con la manga más ancha que Luis XVI.

Los principios rectores de equidad, legalidad e imparcialidad de toda elección constitucional fueron perniciosamente ignorados por las autoridades en turno tanto federal como estatales.

Favorecer a los suyos, incluso impulsar sus proyectos políticos con estructuras y recursos gubernamentales, a sabiendas de incurrir en lo ilegal, son prácticas vigentes pese al cambio de administraciones.

Por el arco del triunfo se han venido pasando la equidad y en mayor medida la imparcialidad, pues lo suyo fue dedicarle mayor tiempo a lo político que a la emergencia sanitaria con todo y sus muertos e infectados, la afectación económica, financiera y el desempleo parecieran para ellos asuntos secundarios.

Excepciones no hubo. En los estados con gobernadores de Morena de a tiro por viaje han atacado al PAN y partidos opositores. La misma historia se replica hacia el adversario electoral donde el PAN, PRI, PRD y MC son gobierno.

La principal referencia de ataques a la oposición y a sus críticos es AMLO desde la mañanera, pero no la única. Existen denuncias de gobernadores impulsando las carreras políticas de gente suya desde conferencias y declaraciones oficiales y, en contraparte, agrediendo soberbios y prepotentes a los de enfrente.

Abstenerse de enfrentar y fustigar a sus némesis partidistas en los comicios de este año, según se observa, no será una lección nada fácil de aprender para los gobernantes que siguen pisando terreno electoral, sin embargo, son ellos los que deben predicar con el ejemplo, el respeto a las instituciones como el INE y la Constitución.

El enorme poder concentrado en los gobernadores y el Presidente debió enfocarse sin distracciones para contrarrestar el Covid 19 y sus efectos negativos, pero en vez de eso, privilegiaron el escándalo, lo político, lo electoral y las venganzas hacia sus adversarios.

Si su enfoque hubiese sido por entero a la pandemia, el horror humano registrado hoy en día en vidas, desaparición de negocios y desempleo habría sido mucho menor.

Cada empleado despedido, deudo por Covid, micro, pequeño y mediano negocio quebrado o en situación de crisis financiera, y cada familia, tiene la mejor opinión de si sus gobernantes y Presidente fueron solidarios con ellos cuando más lo necesitaron en el 2020 y el pequeño trecho que llevamos de este 2021.

El estate quieto que el INE puso al Presidente y los gobernadores de los estados por inequitativos, inquisitorios y excesivos en sus declaraciones oficiales de sesgo electoral es el correctivo que se necesitaba desde hacía buen tiempo.

Si lo acatan o se lo pasan por el arco del triunfo demostrarán al pueblo su condición demócrata o violatoria de las leyes e instituciones, según sea el caso, historia bellísima por contar.

Podríamos no coincidir con la tardanza de Lorenzo Córdoba y Ciro Murayama, pero más vale tarde que nunca. Y como ya se observa, la gran mayoría aplaude la medida correctiva de que AMLO, los gobernadores y alcaldes no deben inmiscuirse en asuntos electorales de aquí al 6 de junio.

Levitando en sus púlpitos, inflamados de odio y autoritarismo han venido tundiendo lindo a sus opositores políticos y críticos, escudándose en la investidura de autoridad pública sin restricción alguna y con la manga más ancha que Luis XVI.

Los principios rectores de equidad, legalidad e imparcialidad de toda elección constitucional fueron perniciosamente ignorados por las autoridades en turno tanto federal como estatales.

Favorecer a los suyos, incluso impulsar sus proyectos políticos con estructuras y recursos gubernamentales, a sabiendas de incurrir en lo ilegal, son prácticas vigentes pese al cambio de administraciones.

Por el arco del triunfo se han venido pasando la equidad y en mayor medida la imparcialidad, pues lo suyo fue dedicarle mayor tiempo a lo político que a la emergencia sanitaria con todo y sus muertos e infectados, la afectación económica, financiera y el desempleo parecieran para ellos asuntos secundarios.

Excepciones no hubo. En los estados con gobernadores de Morena de a tiro por viaje han atacado al PAN y partidos opositores. La misma historia se replica hacia el adversario electoral donde el PAN, PRI, PRD y MC son gobierno.

La principal referencia de ataques a la oposición y a sus críticos es AMLO desde la mañanera, pero no la única. Existen denuncias de gobernadores impulsando las carreras políticas de gente suya desde conferencias y declaraciones oficiales y, en contraparte, agrediendo soberbios y prepotentes a los de enfrente.

Abstenerse de enfrentar y fustigar a sus némesis partidistas en los comicios de este año, según se observa, no será una lección nada fácil de aprender para los gobernantes que siguen pisando terreno electoral, sin embargo, son ellos los que deben predicar con el ejemplo, el respeto a las instituciones como el INE y la Constitución.

El enorme poder concentrado en los gobernadores y el Presidente debió enfocarse sin distracciones para contrarrestar el Covid 19 y sus efectos negativos, pero en vez de eso, privilegiaron el escándalo, lo político, lo electoral y las venganzas hacia sus adversarios.

Si su enfoque hubiese sido por entero a la pandemia, el horror humano registrado hoy en día en vidas, desaparición de negocios y desempleo habría sido mucho menor.

Cada empleado despedido, deudo por Covid, micro, pequeño y mediano negocio quebrado o en situación de crisis financiera, y cada familia, tiene la mejor opinión de si sus gobernantes y Presidente fueron solidarios con ellos cuando más lo necesitaron en el 2020 y el pequeño trecho que llevamos de este 2021.