/ miércoles 6 de febrero de 2019

Polevnsky contra Monreal en Puebla

Yeidckol Polevnsky contra Ricardo Monreal.

Esa parece ser la ecuación que se encuentra detrás de la puja por la candidatura al gobierno del estado que ya se cocina al interior de los partidos del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La dirigente nacional de Morena ha dicho dos veces en público que Luis Miguel Barbosa Huerta será otra vez abanderado en Puebla.

No solo eso.

Después de que Alejandro Armenta Mier pusiera en duda la presumible candidatura de Barbosa, cuando levantó la mano para anunciar que competiría por la nominación en ese partido, Polevnsky usó una entrevista con reporteros para decirle que se calmara, que no eran tiempos de destapes y que esperara los plazos formales para manifestar sus aspiraciones.

La presidenta de ese instituto político se valió de esa misma declaración, no obstante, para volver a exhibir sus simpatías por Barbosa, al afirmar ante micrófonos y cámaras de televisión que el candidato de 2018 era el mejor perfil en Morena para ir a la contienda extraordinaria.

Es decir, a Armenta el veto por estar a destiempo y a Barbosa el elogio nada más porque sí.

La presidenta del partido fundado por López Obrador quiere que la coalición Juntos Haremos Historia repita el candidato.

De eso no hay duda.

En la otra esquina está Ricardo Monreal Ávila, ni más ni menos que el coordinador de los senadores de Morena que en 2017 amenazó con cambiar de partido después de perder la candidatura a jefe de gobierno de la Ciudad de México.

Especialista en ejercer presión para más o menos salirse con la suya, como demuestra que lograra ser abanderado al senado y posteriormente líder de bancada gracias a sus amagos, Monreal es el soporte más visible de Armenta en esta lucha anticipada por la gubernatura.

El zacatecano metió presión pública a Yeidckol Polevnsky con una carta en la que pide que el proceso de selección de abanderado se abra a más aspirantes, no solo a Barbosa.

La misiva incluye, además de Armenta, a Nancy de la Sierra Arámburo, también senadora, pero fue elaborada y enviada con el único propósito de propinarle un espaldarazo al legislador.

Con Monreal de su lado, Armenta ha encontrado argumentos para pelearle al candidato de 2018 la nueva nominación, con el empleo de un discurso que presume tener confianza en los ideales de los liderazgos que abanderan la Cuarta Transformación para llevar a cabo una contienda democrática, sin dados cargados.

Digan lo que digan sus defensores, es muy poco probable que los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia opten por una lucha justa y equitativa para definir a su próximo candidato a gobernador de Puebla.

López Obrador no es precisamente un modelo de ejercicio de apertura, consenso y democracia al momento de tomar decisiones.

Eso obliga a los protagonistas a esperar que sea el presidente quien termine por elegir al candidato.

Si se apela solo al discurso reiterado de la dirigente de Morena, que no es poca cosa, sumado a los acontecimientos ocurridos en Puebla a partir de la definición del gobierno interino, no le busque más, habrá que apostar por la ratificación de Barbosa, con todo y las dudas que se plantean alrededor de sus condiciones de salud.

Si en cambio, se abre una rendija para medir el posicionamiento de los actores que aspiran a la candidatura, pero sin trucos ni simulaciones, el desenlace podría ser otro, con Armenta como ganador.

Entre los colaboradores de Barbosa se asegura que Polevnsky no se manda sola y que cuenta con el visto bueno del huésped de Palacio Nacional para pronunciarse por el ex senador perredista.

Eso es muy probable.

Entre los de Armenta se confía en la cercanía de Monreal con López Obrador para, en caso de que así fuera, hacerlo cambiar de parecer.

La batalla Yeidckol-Monreal ocurrida en Puebla podría ser un adelanto de la guerra por la sucesión del 2024, igual que su desenlace.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Yeidckol Polevnsky contra Ricardo Monreal.

Esa parece ser la ecuación que se encuentra detrás de la puja por la candidatura al gobierno del estado que ya se cocina al interior de los partidos del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La dirigente nacional de Morena ha dicho dos veces en público que Luis Miguel Barbosa Huerta será otra vez abanderado en Puebla.

No solo eso.

Después de que Alejandro Armenta Mier pusiera en duda la presumible candidatura de Barbosa, cuando levantó la mano para anunciar que competiría por la nominación en ese partido, Polevnsky usó una entrevista con reporteros para decirle que se calmara, que no eran tiempos de destapes y que esperara los plazos formales para manifestar sus aspiraciones.

La presidenta de ese instituto político se valió de esa misma declaración, no obstante, para volver a exhibir sus simpatías por Barbosa, al afirmar ante micrófonos y cámaras de televisión que el candidato de 2018 era el mejor perfil en Morena para ir a la contienda extraordinaria.

Es decir, a Armenta el veto por estar a destiempo y a Barbosa el elogio nada más porque sí.

La presidenta del partido fundado por López Obrador quiere que la coalición Juntos Haremos Historia repita el candidato.

De eso no hay duda.

En la otra esquina está Ricardo Monreal Ávila, ni más ni menos que el coordinador de los senadores de Morena que en 2017 amenazó con cambiar de partido después de perder la candidatura a jefe de gobierno de la Ciudad de México.

Especialista en ejercer presión para más o menos salirse con la suya, como demuestra que lograra ser abanderado al senado y posteriormente líder de bancada gracias a sus amagos, Monreal es el soporte más visible de Armenta en esta lucha anticipada por la gubernatura.

El zacatecano metió presión pública a Yeidckol Polevnsky con una carta en la que pide que el proceso de selección de abanderado se abra a más aspirantes, no solo a Barbosa.

La misiva incluye, además de Armenta, a Nancy de la Sierra Arámburo, también senadora, pero fue elaborada y enviada con el único propósito de propinarle un espaldarazo al legislador.

Con Monreal de su lado, Armenta ha encontrado argumentos para pelearle al candidato de 2018 la nueva nominación, con el empleo de un discurso que presume tener confianza en los ideales de los liderazgos que abanderan la Cuarta Transformación para llevar a cabo una contienda democrática, sin dados cargados.

Digan lo que digan sus defensores, es muy poco probable que los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia opten por una lucha justa y equitativa para definir a su próximo candidato a gobernador de Puebla.

López Obrador no es precisamente un modelo de ejercicio de apertura, consenso y democracia al momento de tomar decisiones.

Eso obliga a los protagonistas a esperar que sea el presidente quien termine por elegir al candidato.

Si se apela solo al discurso reiterado de la dirigente de Morena, que no es poca cosa, sumado a los acontecimientos ocurridos en Puebla a partir de la definición del gobierno interino, no le busque más, habrá que apostar por la ratificación de Barbosa, con todo y las dudas que se plantean alrededor de sus condiciones de salud.

Si en cambio, se abre una rendija para medir el posicionamiento de los actores que aspiran a la candidatura, pero sin trucos ni simulaciones, el desenlace podría ser otro, con Armenta como ganador.

Entre los colaboradores de Barbosa se asegura que Polevnsky no se manda sola y que cuenta con el visto bueno del huésped de Palacio Nacional para pronunciarse por el ex senador perredista.

Eso es muy probable.

Entre los de Armenta se confía en la cercanía de Monreal con López Obrador para, en caso de que así fuera, hacerlo cambiar de parecer.

La batalla Yeidckol-Monreal ocurrida en Puebla podría ser un adelanto de la guerra por la sucesión del 2024, igual que su desenlace.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx