Cada año que inicia surgen las expectativas sobre lo que sucederá en materia económica en el país. Estas perspectivas son muy importantes, así como muy esperadas, dado que la economía nacional tiene una repercusión directa en el bolsillo de los hogares mexicanos.
En este sentido, hay que tener presente que el tema económico está ligado a muchos otros factores, uno de ellos la inflación, la cual recientemente alcanzó niveles históricos y con ello se ha generado un alza generalizada en los precios a escala mundial.
Tan solo en Estados Unidos se llegó al 6.2% anual, su nivel más elevado en más de 30 años. Incluso especialistas como Grupo Financiero Monex estima que en el país el tipo de cambio se ubicará en 21.70 pesos por dólar a finales de este año.
Este escenario, aunado a la pandemia que no sólo continúa, sino que parece agravarse con la llegada de Ómicron, nos permite vaticinar que la economía mexicana no vivirá su mejor momento en este 2022.
La expectativa sobre la llamada cuarta ola que provocará la nueva variante del virus, está íntimamente ligada a la posibilidad de nuevos contagios, paros parciales e incluso totales de actividades, así como afectación a las cadenas de suministros, son situaciones que ya vivimos en el pasado y que nos invita a actuar y ser previsores.
Es por ello que en este espacio me permito hacer una serie de recomendaciones para que las familias mexicanas y poblanas tomen algunas previsiones en materia económica, durante este 2022 y muy en específico durante este mes en el que se vive la llamada “cuesta de enero”.
La primera sería elaborar un presupuesto familiar, con el fin de planear los gastos y las inversiones que se realicen durante este año. Asimismo, es importante que en la elaboración del mismo participen todos los integrantes de la familia y con ello se conozca su perspectiva respecto a sus propias necesidades.
Resultará prioritario que este presupuesto se ajuste a las necesidades reales de la familia y con ello se eviten gastos innecesarios que merman las posibilidades de una mejor economía.
Por otra parte, resultará prioritario privilegiar el ahorro que permita a la familia estar preparada ante los vaivenes de la vida y mucho más considerando que seguimos corriendo altos riesgos en la salud, derivados de la pandemia por Covid-19.
Lo anterior dado que el año pasado en México, el INEGI identificó la existencia de 33 millones de personas que no cuentan con derechohabiencia o afiliación a servicios de salud públicos o privados; aunque es una cifra mejor que la del 2010, cuando esta población fue de 38 millones. Asimismo, sólo el 8% de las personas en el país cuentan con un seguro de gastos médicos privados.
Otra recomendación es invertir, en la medida de lo posible en algún activo que permita a la familia generar ingresos extra a los que ya tienen de manera fija o regular. Una forma de hacerlo es generando algún negocio o emprendimiento.
Sin duda el consejo principal es evitar los gastos innecesarios, apretar los bolsillos en cuestión de cosas que no sean prioritarias o indispensables.
Hay que considerar que siempre será bueno darle uno que otro gusto a la familia, pero para que ello sea posible es importante hacer cálculos, planear gastos y tomar las consideraciones necesarias en el presupuesto.
Este 2022 actuemos diferente y dejemos atrás la vieja creencia que nuestra economía depende sólo del gobierno, ya que también está en nuestras manos abonar a una economía familiar sana.
